De la Torre defiende el consenso para cubrir el río Guadalmedina (La Opinión)

La Fundación Ciedes será el foro para acordar una postura sobre el embovedamiento y su hipotético uso ciudadano

De la Torre defiende el consenso para cubrir el río Guadalmedina

MIGUEL FERRARY MÁLAGA Todos los ojos se han vuelto a la Fundación Ciedes, sobre la que recae ahora la responsabilidad de impulsar el proyecto de embovedamiento del río Guadalmedina, tras las dudas despejadas por el informe realizado por el Centro de Estudios y Experimentación (Cedex), dependiente del Ministerio de Fomento.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, reconoció ayer que Ciedes ya está preparando una reunión de sus integrantes en las próximas semanas para analizar el informe del Cedex y empezar a trabajar en un consenso sobre este proyecto.

Para el regidor, el informe del Cedex despeja todas las dudas sobre el embovedamiento, abriendo claramente la puerta a que se pueda realizar. Por ello, defendió la propuesta de replantear el uso de la presa del Limonero y destinarla a la regulación y no al abastecimiento, lo que permitiría aumentar su capacidad de embalse ante la llegada de fuertes riadas. «Ahora tiene una utilidad escasa para el abastecimiento de la ciudad, ya que sólo supone el 2% del agua consumida», afirmó el alcalde ante la posibilidad de renunciar a esta reserva para permitir el embovedamiento.

A partir de ahí, el regidor hace una apuesta clara por el embovedamiento y recuperar ese espacio para uso ciudadano. De la Torre desempolvó el antiguo Plan Guadalmedina, que defendió Celia Villalobos cuando era alcaldesa en el año 2000. «Siempre he creído en ese plan», reconoció el alcalde, quien recordó que esa propuesta planteaba una «una forma inteligente» de aprovechar el espacio nuevo que se genera.

El alcalde defendió que la parte superior del hipotético embovedamiento se debería utilizar como espacio público de paseo y estancia, con zonas ajardinadas y arboleda. Además, reiteró que el proyecto no se puede plantear únicamente como poner una tapa de muro a muro en el cauce actual, sino bajando hasta el nivel de la calle e integrándolo en la ciudad.

«El cauce tiene una pendiente muy fuerte que permitiría bajar el nivel del lecho», reiteró el regidor, quien apostilló que entre el cajón de desagüe y la superficie quedaría espacio suficiente para darle un uso como aparcamiento, viales o para una hipotética línea de metro. «Hay que ver cómo se utiliza lo de arriba, pero también lo de abajo», aclaró.

«Tenemos las bases para plantear una acción ambiciosa, hermosa, de futuro y de consenso», manifestó Francisco de la Torre, quien aseveró: «La actual situación del río no es defendible; no es un río que embellezca la ciudad».

Apuesta por Ciedes

La delegada del Gobierno andaluz en Málaga, María Gámez, coincidió en que sea la Fundación Ciedes quien acoja el debate sobre el futuro del río Guadalmedina, ya que el informe del Cedex fue solicitado por esta entidad.

Gámez recordó que el informe no apuesta por ninguna alternativa concreta y que los condicionantes deberán de ser valorados por las instituciones que integran Ciedes. Además, mostró la disposición de la Junta de Andalucía a contribuir a su análisis. Asimismo, destacó que el Gobierno andaluz ha cumplido con su compromiso de encargar el informe y ponerlo a disposición de la Fundación Ciedes para que sirva de elemento de reflexión.

El portavoz de IU en el Ayuntamiento de Málaga, Pedro Moreno Brenes, insistió en la creación de un parque fluvial en el cauce, mediante la plantación de arbolado y vegetación de ribera que permita su uso como espacio verde recreativo y ciudadano.

Los arquitectos creen que no es prioritario

No es momento de embarcarse en el embovedamiento del río Guadalmedina. Al menos, no con una fecha y plan de obra a medio plazo. El presidente del Colegio de Arquitectos, Antonio Vargas, considera que hay otras prioridades en la ciudad y para reactivar la maltrecha economía malagueña. «No es algo que se pueda hacer a corto plazo, pero sí podemos empezar a pensar el proyecto y buscar el consenso de las tres instituciones, porque si no es imposible de realizar», apuntó Vargas, quien considera que ahora los esfuerzos concretos de las administraciones se deben volcar en la rehabilitación del Centro o de las barriadas, «que generaría más empleo en el sector de la construcción». No obstante, considera que esa perspectiva a largo plazo que tiene el embovedamiento del Guadalmedina debe ser utilizada para «reflexionar, con la hipótesis de integrar el río bajando la rasante al nivel de la calle».

Vargas también indicó que el primer debate debe centrarse en qué solución se le da al problema hidráulico de las riadas por el Guadalmedina. Así, apuntó que para integrar bien el cauce en la ciudad «hay que disminuir la sección del lecho del cauce y eso obliga a que se baje la capacidad de embalse del Limonero. Ahora, habrá que ver si interesa perder volumen de agua almacenada o se opta por desviar el cauce, que es más caro y hay que estudiar técnicamente».

División entre los vecinos

Los representantes vecinales presentaron versiones contrapuestas ante la posibilidad de embovedar el Guadalmedina. Mientras la federación Civilis se mostró a favor de esta posibilidad, el presidente de la federación Solidaridad considera que sería un gasto excesivo y no habría garantías de seguridad para la ciudad ante las riadas.

El presidente de Civilis, Antonio Fuentes, defendió que lo normal es que se acometa el embovedamiento y se reserve el nuevo espacio «para un uso ciudadano» e insistió: «Hay que poner en marcha este proyecto porque huele, por el tiempo que llevamos esperando». Además, defendió un concurso de ideas para definir el proyecto.

En cambio, el presidente de Solidaridad, Francisco Santos, apostó por la limpieza del cauce «para darle ya un uso ciudadano» y aseguró: «El embovedado costará una barbaridad de dinero sin dar garantías definitivas de seguridad, porque hay 7 u 8 arroyos que desembocan bajo la presa y el peligro que supone la presa».