JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ. MÁLAGA El mercado inmobiliario en Málaga sigue en situación de colapso, con un 40% menos de viviendas construidas en 2010 y cada vez menos visados de futuros proyectos que tomen el relevo en la actividad. El año que nos ha dejado ha contabilizado sólo 2.362 proyectos visados para nuevas viviendas, un 30% menos que en 2009, y eso que era difícil empeorar un ejercicio que supuso el retorno de la provincia a datos de otra época, concretamente a los de hace medio siglo. Los registros de 2010, según los datos del Colegio de Arquitectos de Málaga, dejan a la provincia apenas unos cuantos visados por encima de aquellos 2.004 que se visaron en el lejano año de 1960. En algunos puntos de la Costa del Sol como Benahavís, Estepona, Manilva o Benalmádena, los descensos de visados oscilan entre el 70% y el 90% y dejan a estas localidades con cifras casi anecdóticas.
Los constructores lo tienen claro: nadie se va a lanzar a edificar nuevas viviendas mientras la provincia siga acumulando ese abultado stock de pisos totalmente acabados y si vender. Dice el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), José Prado, que pese a una cierta mejora de las ventas, el dichoso stock sigue anclado en 22.000 viviendas, así que de visar nuevos proyectos, nada de nada. «Mientras no se dé salida a esos pisos no se puede hacer mucho», admite. Una prueba de este resquemor es que más de un 30% de las viviendas visadas en este 2010, concretamente 736, han sido VPO. Otros años, las viviendas protegidas apenas representaban un 5% de la oferta total de la provincia, ya que todo el mundo se lanzaba a edificar promociones privadas.
Los PGOU, única salida
El único rayo de esperanza lo traen las aprobaciones de los planes urbanísticos, que pueden animar algo la actividad promotora en 2011. El caso más visible es el de Marbella, que aprobó su PGOU en mayo y que ha elevado un 353% el número de visados, pasando de los paupérrimos 73 proyectos de 2009 a 331 en este 2010. No es mucho para una localidad que en el boom inmobiliario llegó a visar entre 2.000 y 3.000 viviendas al año, pero por algo se empieza.
También Mijas, donde el PGOU ya está adaptado a la legislación urbanística, presenta una mejora del 132% en sus visados, que pasan de 67 a 156. Otros municipios con mejoras son Torremolinos o Antequera, al margen de la situación de los planes urbanísticos, pero con cifras más modestas. Los promotores esperan que el nuevo año extienda esta dinámica de aprobación de los PGOU al resto de localidades, empezando por Málaga capital que acaba de hacerlo en diciembre y que ha cerrado 2010 con 576 visados, un 24% menos que el año anterior. De todas formas, Prado es realista y ha advertido de que el efecto real de los PGOU en la economía de las empresas de la construcción sólo se verá a medio plazo.
«Desde que se aprueba un plan hasta que se puede empezar a construir las primeras casas puede pasar un año», sostiene desde hace tiempo el portavoz del sector, que critica a las administraciones por haber detenido la maquinaria constructora durante varios años.
Cada vez menos actividad
El año 2010 también revela otra dinámica preocupante: hasta ahora, el sector había paliado el descenso en el inicio de nuevos proyectos mediante la ejecución de viviendas ya proyectadas de años anteriores. Pero ese filón se va acabando a medida que pasa el tiempo. Las viviendas terminadas en Málaga en 2009 se acercaron a las 14.000. En 2010, sin embargo, la caída ha sido brutal, del 40%, con sólo 8.257 finalizadas. «Hasta ahora las viviendas terminadas correspondían a visados de 2006 y 2007, cuando el mercado estaba todavía en alza, pero poco a poco los proyectos heredados en el ciclo final del boom se agotan. Este 2010 han sido muchas menos porque han tocado las visadas en 2008, ya a la baja», dicen fuentes del sector. Eso significa que si en 2011 se empiezan a ejecutar las viviendas visadas en los dos últimos años, la actividad será cada vez más residual. Está por ver si la cifra de 42.000 parados en la construcción en Málaga, contenida en los últimos meses, ha agotado definitivamente su subida.
¿Y el mercado? Según la ACP, sigue poco boyante debido a la poca confianza que tienen los posibles compradores en conservar su empleo y al cerrojo crediticio de las entidades financieras. En cuanto a los precios, los constructores dicen que es imposible bajarlos más tras recortarlos entre un 20% y un 30%, aunque otras instancias piden un 10% más. La demanda decidirá.
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