sábado, 29 de enero de 2011

A la espera de Arraijanal (Málaga Hoy)

La Junta dice mantener su compromiso con un gran parque en este paraje, aunque carece de proyecto final a desarrollar · Los técnicos estiman que el inicio de la obra no será factible, como poco, antes de año y medio.

SEBASTIÁN SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 29.01.2011 - 01:00
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Imagen de archivo del paraje de Arraijanal.

Arraijanal, palabra árabe que significa lugar aromático, pero sinónimo en los últimos años de confrontación, pugna y fricción entre administraciones. Esta parcela de casi 55 hectáreas de superficie sigue esperando ser conquistada después de que hayan transcurrido casi treinta años sin que ninguna de las iniciativas que se han ido dibujando en este lapso de tiempo se haya hecho realidad. No lo hizo la marina deportiva que muchos veían como el atractivo final para elevar la potencialidad de Málaga como capital del turismo; no lo hicieron las miles de viviendas contempladas en la parcela, ni los usos hoteleros y comerciales que más recientemente se esbozaron. Ninguno de esos usos se han asentado sobre Arraijanal, que ahora espera transformarse en parque. Pero ¿cuándo?

No ha sido sencillo el tránsito al que ha sobrevivido un privilegiado espacio de la ciudad que ha acabado por convertirse en símbolo protegido contra la construcción y el ladrillo. Tal ha sido la obsesión que este suelo ha generado entre los gobernantes regionales y municipales, que de su destino ha dependido la resolución final del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), es decir, del documento que planifica el desarrollo de la urbe en los próximos 15 años.

Ahora, solventados los desperfectos causados por la tempestad del plan y a la espera de que sea publicado previsiblemente en mes o mes y medio, queda por resolver cuándo los malagueños podrán empezar a disfrutar de lo prometido en Arraijanal: un gran parque. La realidad va a obligar a esos mismos vecinos a armarse de paciencia antes de disfrutar de su particular Alamillo o de su versión reducida de la Casa de Campo de Madrid.

Si bien los responsables autonómicos insisten en el compromiso del Gobierno andaluz por desarrollar esta iniciativa, la mismo carece de partida económica propia en el Presupuesto autonómico de 2011 y de proyecto técnico que permita su impulso inmediato. Todo ha estado a la espera de que se cerrase la negociación sobre el Plan General. "El proyecto no puede dar pasos sin estar atentos a lo que se iba discutiendo en el debate sobre el PGOU; no hemos ido más deprisa que el plan porque no era procedente", explica a este periódico Damián Álvarez, director del Gabinete Asesor de Estudios de Paisajes de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía y responsable del diseño inicial del parque de Arraijanal. De hecho, señala que desde que se presentó públicamente el anteproyecto, a mediados de 2009, su departamento ha desarrollado una segunda fase con la que "garantizar la viabilidad" técnica, económica y de plazos de la acción propuesta.

Documentos, en cualquier caso, insuficientes para dar el pistoletazo de salida al inicio de los trabajos en la zona. ¿Cuándo sería ello factible? Por la respuesta de Álvarez no se trata de un asunto que se pueda abordar de una semana para otra. "La idea está planteada de forma sólida, con sus contenidos, y a partir de ahí lo lógico sería abrir el debate en el plano que se considere procedente, incluyendo a arqueólogos, botánicos, historiadores..., cerrando el programa del parque y a partir de ese momento se podrían redactar los proyectos constructivos", indica. Solventado este proceso inicial, el responsable autonómico considera que las primeras acciones en la zona podrían acometerse en un plazo de año y medio, si bien las actuaciones de regeneración del medio natural podrían iniciarse antes. Una vez iniciado el contador, la previsión que manejan desde la Junta elevaría el desarrollo de las obras a dos años. Es decir, que en un escenario razonable, difícilmente se podrá ver el parque de Arraijanal antes de tres años y medio o cuatro años; es decir, mediados de 2014 o principios de 2015. Como ejemplo de este calendario, Álvarez recuerda que el Parque del Alamillo, también de carácter metropolitano, se proyectó allá por el año 1987, siendo inaugurado en 1992.

En cualquier caso, la verdadera dimensión de esta zona verde no se constatará hasta pasados diez o 15 años, cuando se observe un desarrollo adecuado de los árboles. Aunque ello no impedirá su disfrute desde la misma apertura del espacio. "No es necesario hacer la construcción completa porque hay que acompañar ese desarrollo de la vegetación, con la definición final del proyecto paisajístico", comenta. Eso sí, Álvarez subraya que ciertos elementos del futuro parque habrán de estar protegidos durante su crecimiento, como los arbustos, así como la generación de los cordones dunares.

Sea como fuere, el director del Gabinete Asesor de Estudios de Paisajes de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía, hace suya la frase de Benjamin Frankilin, quien dijo: "Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea". "Es una oportunidad única, porque es muy difícil que la playa forme parte del parque", expone, a lo que suma la necesidad de integrar los restos arqueológicos de la zona, "a modo de aula de la historia de Málaga", y generando un jardín botánico dentro del propio espacio. Arraijanal sigue a la espera.

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