El que fuera el primer teatro de Europa dedicado en exclusiva al ilusionismo llevaba cuatro años cerrado y abandonado
19.02.2011 -
Las llamas se propagaron rápidamente generando una densa columna de humo. :: ANTONIO SALAS
Si el Magic Palace de Torremolinos tenía alguna posibilidad, por muy remota que pareciera, de volver a abrir sus puertas después de cuatro años de completo abandono, el fuego se encargó ayer de dar al traste con ella. Sin truco ni chistera, el edificio que en su día albergó el único teatro de Europa dedicado en exclusiva a la magia y a la ilusión fue ayer devastado por las llamas.
El origen del incendio, que se declaró poco antes de la una de la tarde por causas hasta el momento desconocidas, se prolongó hasta bien entrada la noche, debido a que los efectivos del Cuerpo de Bomberos no podían acceder al interior ante el riesgo de que se desplomara parte del techo como consecuencia de las altas temperaturas registradas en su estructura. Por ello, los tres vehículos autobomba desplazados se dedicaron a labores de refresco una vez controlado el incendio, que se extendió a gran velocidad por todo el inmueble generando una densa columna de humo que atrajo a numerosos curiosos. A su rápida propagación contribuyó especialmente la decoración del local, a base de moqueta y otros materiales de fácil combustión. No hubo que lamentar daños personales, ya que está emplazado en una zona no habitada, junto al parque acuático de la localidad.
Así transcurrió el acto final de un teatro cuya construcción y acondicionamiento a imagen y semejanza de los escenarios de Las Vegas supuso un desembolso de ocho millones de euros a la sociedad Kazan Magic Entertainment, que se hizo con la concesión de los terrenos de titularidad municipal por un periodo de 50 años. Sin embargo, la historia del Magic Palace fue mucho más breve de lo esperado. Ofreció su primera gala en julio de 2006 bajo la batuta del ilusionista holandés Hans Kazan, junto a sus hijos Oscar y Renzo y su nuera Mara. Su trayectoria les auguraba un gran éxito en su desembarco en la Costa después de haber colaborado con estrellas internacionales como David Copperfield o Siegfried & Roy.
Pero no fue así. Las expectativas no se cumplieron, de forma que tan solo ocho meses después (marzo de 2007) bajó el telón por última vez tras la decisión unilateral del accionista mayoritario, el también holandés Bram Baker, de no seguir financiando un proyecto cuya rentabilidad no estaba ni mucho menos garantizada. Desde entonces, las instalaciones se han ido degradando fruto de su total abandono, con pintadas, suciedad y puertas forzadas.
Nuevo horizonte
Ahora, una vez arrasado por las llamas, se abre un nuevo horizonte sobre el futuro de la concesión. Fuentes del Ayuntamiento explicaron que serán los servicios jurídicos los que determinen los pasos a seguir.
En cualquier caso, lo cierto es que el interés de la Administración local por resolver el contrato no es nuevo, toda vez que la citada empresa (de la que se desvincularon posteriormente los ilusionistas) no tiene intención alguna de reflotarlo e incluso lleva tiempo sin abonar el canon de 60.100 euros anuales estipulado.
El equipo de gobierno del PP llegó a iniciar a finales de 2009 los trámites para rescatar la concesión con el objetivo de volver a darle uso para que pudiera acoger todo tipo de espectáculos, bien bajo su propia gestión o volviendo a sacar a concurso su explotación. Sin embargo, posteriormente optó por aparcar sus intenciones a tenor de un informe jurídico en el que se advertía que la operación podría salir demasiado cara para las arcas municipales, recomendando esperar al menos una década.
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