viernes, 18 de febrero de 2011

Varias formas de medir la realidad (La Opinión)

El arquitecto y urbanista Aurelio Atienza presenta una alegación ante Urbanismo contra el proyecto de viviendas de lujo en dos inmuebles en ruinas de la calle Vendeja, porque se convierte en una planta más el espacio existente bajo los tejados


Aurelio Atienza, en su estudio de la calle Trinidad Grund, con los edificios abandonados detrás.
Aurelio Atienza, en su estudio de la calle Trinidad Grund, con los edificios abandonados detrás. Carlos Criado

ALFONSO VÁZQUEZ. MÁLAGA Aurelio Atienza, que tiene su estudio de Arquitectura y Urbanismo en la calle Trinidad Grund, señala una cifra: 2.804 metros. Es, según el último estudio de detalle, la superficie total construida de dos inmuebles que dan a la calle Vendeja 2 y 4 (el primero hace esquina con la plaza de la Marina y el segundo también da a la calle Trinidad Grund). Las dos fincas esperan convertirse en viviendas de lujo y la semana pasada fueron protagonistas de un reportaje en este diario, por el malestar de comerciantes y vecinos ante su deterioro.

Lo curioso es que, como destaca este arquitecto y urbanista, para el Catastro la superficie construida es menor de 2.804 metros (suma 2.452 metros) y para un anterior estudio de detalle, realizado en 2006 por un arquitecto catalán, la cifra baja a 2.239. La misma cifra se mantiene en el primer estudio, de 2003, encargo del propietario a un conocido arquitecto malagueño cuando la idea era hacer un hotel de cinco estrellas.

Este baile de superficies tiene importancia pues, según la normativa, cualquier actuación que se realice en un edificio protegido ha de respetar la superficie construida total que tenga, sin poder aumentarla. Entonces, ¿cómo pueden crecer 600 metros cuadrados unos edificios abandonados de los siglos XIX y XVIII? Aurelio Atienza basa el principal punto de la alegación, presentada el pasado diciembre ante la Gerencia de Urbanismo, en esta pregunta, para la que tiene una respuesta: «No se trata de que el edificio me quite la vista, que no me quita, sino que existe una ilegalidad», afirma.

Y la supuesta ilegalidad se basa, a su juicio, en que el último estudio de detalle para hacer viviendas de lujo hace un «cómputo erróneo» y convierte en una planta más la superficie bajo las cubiertas.

Con la exposición de esta alegación, el arquitecto quiere responder al abogado de la empresa propietaria, que la pasada semana afirmó en La Opinión que no se preveía aumentar la altura en la operación de las viviendas de lujo. Con esos 600 metros la principal consecuencia, recuerda, es la llegada de un ático. La alegación señala que la medición ha sido generosa «para intentar justificar una mayor edificabilidad y rentabilidad».

Para sustentar el cómputo erróneo, acude a las fotos tomadas del incendio que en 2007 terminó con lo poco que quedaba de estos dos deteriorados inmuebles. En el techo destrozado en el que trabajan los bomberos no aparece forjado bajo la cubierta sustentando las viguetas, solo el techo de escayola. «No hay ninguna planta bajo cubierta», recalca Atienza, que puntualiza que sólo aparecen, también en los planos del Catastro, un par de casetas con techo de uralita. Por eso, señala que confía «plenamente» en el Ayuntamiento, «que no va ser cómplice de esta burda maniobra especulativa».

Registro de solares
El arquitecto y urbanista aprovecha para destacar otros puntos presentados en la alegación, como el alineamiento de la fachada de las futuras viviendas de lujo con un tejado retranqueado y no con el que está en línea con la calle Vendeja.

La alegación también recuerda que los dos edificios fueron incluidos en 2008 en el registro municipal de solares y edificaciones ruinosas y que han visto modificada su protección arquitectónica en tres ocasiones y subraya que «se siguen modificando los elementos a proteger de forma que parece que se pretende premiar todo un proceso de deterioro que al final parece que quiere desembocar en hacer inviable la protección de los inmuebles y su recuperación para el patrimonio arquitectónica de la ciudad».

La fachada de bienvenida a Málaga de todos los cruceristas sigue creando polémicas de altura.

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