lunes, 6 de junio de 2011

¿Una cuestión de persianas? (La Opinión)

La compra de persianas para la sede Urbanismo reabre el debate sobre el uso de cristaleras por el exceso de luz


Arriba, la sede de la Gerencia Municipal de Urbanismo. Abajo, la sede de la Diputación Provincial.
Arriba, la sede de la Gerencia Municipal de Urbanismo. Abajo, la sede de la Diputación Provincial.
MULTIMEDIA

La adquisición de persianas por parte de Urbanismo para su nueva sede ha reabierto el debate sobre la conveniencia de edificios en los que primen las cristaleras frente a otra arquitectura más tradicional. El exceso de luz o de calor son las críticas, pero no todo son quejas.

MIGUEL FERRARY La Gerencia Municipal de Urbanismo ha iniciado la contratación de un suministro de persianas para su nueva sede. La razón que esconde esta compra son las críticas continuas de los trabajadores ante la excesiva luz que reciben en sus puestos de trabajo y que molesta al realizar sus funciones. De hecho, muchos habían colocados folios pegados a las ventanas para tamizar la luz.

Esto ha reabierto un viejo debate en la ciudad sobre la conveniencia de grandes edificios públicos con muros-cortina de cristal. Por un lado, hay quien apunta que son ineficientes al concentrar el calor y requerir más gasto en climatización. Además, se apunta que la luz de Málaga es excesiva para este tipo de edificios, pensados en Centroeuropa para captar al máximo la exigua iluminación natural de estos países.

Luis Machuca, arquitecto y diseñador de la sede de la Diputación Provincia, afirma que no es una cuestión de usar más o menos superficie de cristal, sino del buen uso de los materiales. «Si algo está bien hecho, no tiene que haber problemas», asegura. En este punto, recuerda que las nuevas tecnologías permiten grandes superficies acristaladas y eviten los posibles problemas que deriven de ellas: «Hay filtros solares que se pueden adosar a los cristales, una doble piel que deje una bolsa de aire y vidrio translúcidos», entre otras medidas para suavizar el impacto.
Machuca defiende, en el caso de la Diputación, que está cubierta por una malla exterior de acero inoxidable que mitiga la luz y el calor. Además, apuesta por edificios con muros-cortina en Málaga «porque aprovecha la luz natural y produce un ahorro».

No obstante, matiza que tienen más sentido para edificios oficiales que tienen una función representativa y apunta que no son especialmente caro, con un coste de 1.000 euros por metro cuadrado en el caso de la Diputación «incluyendo el mobiliario y los sistemas, en la época en que la construcción era más cara».

El presidente del Colegio de Arquitectos, Antonio Vargas, considera también que no hay que demonizar los muros-cortina de cristales y que la clave está en darle un uso apropiado. Para ello apuesta por estudiar las fachadas, ya que en Málaga, la fachada oeste es la que más luz recibe, mientras que en la norte, se puede perder calor. Por ello recomienda su uso en los edificios que miran al sur y al este.

En su opinión, este estudio de las fachadas favorecerá «una arquitectura más sostenible» y que la solución adoptada sea «coherente con las condiciones de cada orientación», buscando un equilibrio entre el coste y los resultados que se obtienen.

Vargas defendió la arquitectura no cómo un problema de diseño formal del exterior, sino de buscar de forma eficiente soluciones a las necesidades de las personas.

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