lunes, 25 de julio de 2011

La Unión recupera el pulso (La Opinión)

Tras dos años de obras, la calle vuelve a la normalidad con novedades como la pérdida de aparcamientos


Perspectiva de la calle de La Unión.
Perspectiva de la calle de La Unión. Juan I. Mozos
JAVIER GALLEGO Quizá sea por la crisis, o porque se ha ensanchado la acera o porque la gente aún no se ha enterado de que ya está abierta al tráfico y disponible para el paseo, pero la calle de La Unión todavía no refleja ese paisaje de vida y ajetreo que tanto la caracterizaba antes de que se iniciaran las obras del metro y de reurbanización en este barrio malagueño. Éste, que es uno de los barrios con más población de Europa –más de 20.000 vecinos según la Cooperación Cruz de Humilladero–, aún no se ha recuperado de la brecha que le abrieron hace ya dos años, pero por lo pronto ya puede echar un pulso a la recesión sin la presencia de grúas y cortes de tráfico.Los comerciantes son los que más han notado el efecto desbandada que produjeron las obras y por el que aún no han conseguido recuperarse. Con una bajada, en muchos de los casos, de más el 50 por ciento en sus ventas desde que empezaron a levantar el suelo, las tiendas de la calle de La Unión, a día de hoy, todavía no consiguen el mismo tránsito de clientes que tenían hace algunos años.Desde que acabaron las obras «hemos notado que hay menos polvo en los locales y nos hemos librado de las molestias causaban las grúas», declaró Jesús Sánchez, comerciante y vecino de la zona, pero dijo: «Aún no hemos conseguido que venga a comprar la gente de fuera del barrio».


Uno de los motivos por lo que estas personas que solían pasar por La Unión, calle tradicionalmente comercial, para hacer sus compras ya no lo hacen puede ser la falta de aparcamiento.De hecho, a la mayoría de comerciantes no les gusta la ampliación de la acera, que consideran excesiva, y el estrechamiento de la carretera, a lo que se suma la desaparición de algunos plazas de aparcamiento.Esto también ha afectado de alguna forma a los vecinos de la zona, ya que los edificios colindantes son de construcción antigua y no disponen de aparcamiento subterráneo, por lo que su única alternativa era dejar el coche aparcado en la calle, cosa que ahora les resulta más complicado.Desde la asociación de vecinos, Antonio Vega, presidente de la Cooperación Cruz de Humilladeros, aclaró que antes de que se iniciaran las obras la representación vecinal quería que se hiciera tal y como se ha hecho.«Nosotros en su día lo solicitamos así», aseguró Vega, por lo que la pérdida de algunas plazas de aparcamiento «era necesaria» para conseguir una ampliación de las aceras.Por otro lado, la bajada del tránsito diario de personas no preocupa demasiado a Vega. «Eso poco a poco se animará solo», aseguró. «Desde la asociación de comerciantes pueden publicitar que la zona ya está abierta el tránsito para que se enteren las personas que no lo sepan», señaló.Pero no todo ha quedado bien para la asociación de vecinos; Vega recuerda que aún faltan por habilitar zonas verdes que le den «más alegría» a la calle, al igual que piden parques en donde puedan jugar los niños.Por ahora, sólo han plantado algunos árboles además de nuevos bancos para que los vecinos puedan descansar sus pies después de dar un paseo por el kilómetro que mide la calle de punta a punta.Manuel Bueno Baez, de 78 años y corredor de fondo, tiene a algunos miembros de su familia viviendo en La Unión y pidió a la concejala del distrito Cruz de Humilladero, Teresa Porras, que plantara naranjos.Una vez que los puede ver en la calle, manifestó su satisfacción por sentirse escuchado pero ahora quiere hacer un llamamiento a la concejala para que cuide las plantas y mande regarlas con más regularidad. «Ahora que nos han arreglado la calle, nos toca a los ciudadanos cuidarla y mantenerla», dijo Manuel mientras se tomaba un tinto. «Con los bancos, la han dejado bastante bien; ya era hora de que se arreglara calle La Unión», opinó.Por su parte, Emilio Javier Cañamero, propietario del bar Cañamero, se ha visto afectado directamente por la reestructuración de la calle: «me han quitado parte de la terraza que tenía antes». Aunque admitió que lo que le han quitado por un lado lo ha conseguido «recuperar por otro espacio», por lo que en términos generales está «contento».Además añadió que «desde que han terminado las obras se ha notado la mejoría» respecto a la llegada de los clientes que, al coincidir también con la temporada de verano, «ha vuelto a niveles de antes de la obra», aseguró.El tráficoEn cuanto al tránsito de vehículos que había en esta calle hace unos años, los que desde siempre han conocido la zona pueden decir que el tráfico ha descendido notablemente.Los vecinos intuyen que esto se debe a que, en el momento de su apertura, la circulación no se permitía hasta el final de la calle, y ahora, tanto a la entrada como a la salida, se están ejecutado obras que pueden molestar a los conductores, un motivo de disuasión a la hora de pasar por la calle.Para los vecinos, otro de los motivos de la falta de tráfico es el estrechamiento de los carriles y la desaparición de algunos aparcamientos. Hace años los conductores se permitían dejar sus vehículos en segunda fila pero ahora, si lo hicieran, impedirían el paso del resto de coches.

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