El Consistorio y los promotores alcanzan un acuerdo para impulsar el proyecto presentado en 1980, cuando la zona era suelo urbanizable
La corporación del Ayuntamiento de Ronda aprobó ayer un convenio entre la familia Sánchez Robles y la administración local para la construcción de 22 viviendas y un hotel en las Cornisas del Tajo, actualmente paraje no urbanizable de protección integral. El proyecto, que promueve la familia propietaria de los terrenos en la zona conocida como de la 'Casa Rúa' y con una superficie de dieciséis hectáreas, se presentó al Ayuntamiento en 1980 cuando, en base al anterior Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), la zona estaba catalogada como suelo urbanizable.
A pesar de ello, el proyecto de las 'Cornisas del Tajo' siempre contó con la negativa de las diferentes corporaciones que alegaban gran impacto visual contando con el respaldo de la Junta de Andalucía. Fue en 1988, cuando el Consistorio estaba dirigido por el socialista Manuel García Rubio, que se rechazó en sesión plenaria el proyecto. La familia Sánchez Robles recurrió a la vía judicial y tras 28 años de litigio, el Tribunal Supremo reconoció en el año 2006 mediante sentencia como urbanizables las 16 hectáreas, pudiéndose construir.
Menos impacto visual
No obstante, los propietarios de los terrenos han preferido durante todo este tiempo negociar con el Ayuntamiento la readaptación del Plan Parcial del proyecto, ya que, en principio, éste contemplaba la construcción de 121 viviendas en lugar de 22 y un hotel de menores dimensiones. Este último edificio pasará de 3.000 a 9.000 metros cuadrados para compensar el descenso en la edificabilidad de las viviendas. Además, se proyectan más zonas verdes, de 30.000 a 62.000 metros cuadrados, por lo que el impacto visual será menor. El convenio urbanístico fue aprobado con los votos a favor del equipo de gobierno (Partido Popular y Partido Andalucista) y PSOE, que destacaron el acatamiento de la sentencia del Tribunal Superior por parte del Consistorio rondeño y agradecieron la actitud de la familia. Por su parte, Izquierda Unida votó en contra por el impacto visual explicando que el proyecto «destruirá» la riqueza natural de la ciudad del Tajo.
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