domingo, 25 de septiembre de 2011

Gabriel Ruiz: «Dotar de un tejado a la Catedral no significa que las bóvedas dejen de verse» (SUR)


Gabriel Ruiz Cabrero Arquitecto director del Plan Director de la Catedral de Málaga «Para hacer bien un plan director hay que ser muy prudentes, poner la mente en blanco y no ir con ideas prefijadas»

Gabriel Ruiz: «Dotar de un tejado a la Catedral no significa que las bóvedas dejen de verse»
El arquitecto Gabriel Ruiz Cabrero señala la grieta de una bóveda de la Catedral. :: ÁLVARO CABRERA
A sus 65 años, Gabriel Ruiz Cabrero asegura que el encargo que le ha hecho el obispo de la diócesis malagueña, Jesús Catalá, para que elabore el Plan Director de la Catedral de Málaga es lo mejor que le ha sucedido en mucho tiempo. «Es el regalo de mi vida», afirma este arquitecto madrileño. A su lado estará en la preparación del documento el arquitecto malagueño, Juan Manuel Sánchez La Chica. Ambos defienden que se dote al templo de un tejado a dos aguas. «Eso no significa que las bóvedas se tapen, seguirán viéndose e, incluso, estarán más bonitas», dice Ruiz Cabrero.
-¿En qué consiste el plan director que le han encargado?
-Es un documento que se utiliza cuando se trabaja con un edificio de la envergadura de la Catedral. El plan establece la dirección en la que hay que ir, marca plazos de etapas en las actuaciones y prevé una relación escalonada de todas las obras. Para ello, hay que llevar a cabo un estudio exhaustivo del edificio que permita hacer una interpretación del mismo.
-¿Las líneas que fije ese documento serán vinculantes o solo tendrán carácter consultivo?
-El plan director obliga a que las actuaciones se ciñan a lo que en él se ha aprobado. Por eso, se estudia todo muy minuciosamente y en su elaboración intervienen muchas personas y distintas instituciones para dar su aprobación. Lo que pasa es que ninguna acción humana es tan segura como para decir que no se va a cambiar.
-Se marcan el plazo de un año para redactar el estudio, ¿verdad?
-Hablamos de un año porque es lo que nos gustaría. No sabemos ahora con exactitud si seremos capaces de hacerlo en ese plazo. Es lo que queremos. Es un tiempo razonable.
-¿Qué proceso van a seguir para llegar a un conocimiento exhaustivo del primer templo de Málaga?
-Tenemos que estudiarnos la historia del templo en profundidad. Hay que saber todo lo que históricamente ha acontecido en este edificio para estar completamente seguros de que las líneas que planteamos son correctas. También hay que analizar con detalle los aspectos arqueológicos y los elementos del patrimonio artístico del edificio (pinturas, esculturas, etcétera). También hay que realizar un peritaje estructural del monumento para conocer cómo está funcionando. Por ejemplo, la Catedral tiene unas columnas de una esbeltez que es muy raro encontrar. Debemos asegurarnos de que esa esbeltez no presenta ningún problema.
-¿Cuál es la característica que mejor define arquitectónicamente a la Catedral de Málaga?
-Yo considero que la unidad que tiene. Desde que empezaron las obras de construcción hasta hoy han pasado por aquí los mejores arquitectos españoles del gótico, el renacimiento, el plateresco, el barroco y el neoclasicismo. Unas veces han actuado y otras han dado su opinión, como fue el caso de Ventura Rodríguez o de los Hernán Ruiz. Este edificio fue muy intenso desde el primer momento. Ha habido una reflexión colectiva extraordinaria a lo largo de la historia sobre el templo. La Catedral tiene una planta de estilo gótico que luego se levanta a la manera del renacimiento. El ornato u ornamentación es renacentista.
«Respeto por la unidad»
-O sea, que se mantuvo un mismo criterio en los 240 años que estuvo en construcción, ¿no?
-Efectivamente, hubo un gran respeto por la unidad. Esta es una iglesia que tiene lo bonito del gótico, que es la altura. ¿Quién compite con una catedral gótica en altura y con la luz entrando por arriba? Aparte, cuenta con una decoración renacentista de gran elegancia. Cuando llegaron los arquitectos barrocos, el cabildo catedral les pidió que siguieran con el estilo renacentista. Y, en un arranque tremendo de humildad, así lo hicieron. Dejaron algunos pequeños detalles barrocos: en la fachada principal hay ornamentos barrocos, pero no cobran protagonismo.
-¿Cómo es el estado general de conservación del templo?
-Es bueno. La Catedral está cuidadísima. Tiene, sin embargo, el problema de las bóvedas del techo. Entra agua por ellas. Es algo serio. Fuera de esa cuestión, no veo cosas graves, porque está muy bien conservada. Hay zonas en las que habrá que actuar porque ahora están cerradas; no se utilizan. No es que estén mal, sino que no tienen uso. Además, hay partes que se encuentran inacabadas.
-¿Es usted partidario de acabar esas partes inconclusas o es mejor restaurar lo que hay, pero sin añadir nada nuevo?
-Como arquitectos debemos movernos con extraordinaria prudencia. Si de pronto tenemos la idea de que hay que hacer la torre, lo mejor es quitárnosla de la cabeza. Ahora lo ideal es no tener ideas. Para hacer bien un plan director hay que poner la mente en blanco y no ir con ideas prefijadas. Si vengo con el pensamiento de que debo hacer la torre, me equivoco. Lo conveniente es estudiar la Catedral para que sea ella la que nos diga a los arquitectos si necesita o no la segunda torre. Cada parte del edificio será la que indique qué papel quiere jugar.
-Me imagino que si al elaborar el plan director ven que es mejor acabar la torre que dejarla como está lo dirán con claridad.
-Sí, claro. Si el plan director nos lleva a decir que hay que terminar la segunda torre lo diremos rotundamente. Lo que no queremos es tener una opinión previa.
-En cambio, no dudan de la necesidad de dotar de un tejado a la Catedral para mayor seguridad e impedir filtraciones de agua.
-Eso sí lo tenemos claro. Es algo evidente. La discusión sobre si se le pone o no la cubierta de teja existe desde hace muchos años. Yo entiendo que haya dos posiciones. Edificios con bóvedas como estas recuerdo la Catedral de Sevilla y una mezquita en Túnez. Eso es muy bonito. Comprendo que haya gente que quiera mantenerlo así. La intervención de cubrir las bóvedas con unos forros de cerámica se hizo muy bien -mejor, imposible-, pero se han agrietado. Ha fallado, pero no porque se hiciera mal, sino porque no era posible que diese resultado.
-¿Se puede construir un tejado a dos aguas de tal forma que se sigan viendo las bóvedas?
-Por supuesto que se van a seguir viendo las bóvedas, no se taparán. Tendremos que estudiar si dejamos la cubrición que hay ahora, que es un añadido, o se actúa para quitarla y que las bóvedas queden como estaban originalmente, lo que haría que se viesen todavía más bonitas. Serían de piedra. Ahora están bien, pero si se pone el tejado estarán mucho mejor. La cubierta, en el sitio más cercano a las bóvedas, permanecería a metro y medio de altura.
-¿Es muy complejo construir un tejado a dos aguas?
-No. Es un tejado como se han hecho muchos. Contamos con unos dibujos de Ventura Rodríguez, del siglo XVIII, que indican cómo hay que hacerlo.
-Otra cuestión que se defiende es la necesidad de dotar a la Catedral de una sacristía.
-Es que le falta. Y es necesaria para el mejor funcionamiento del templo. Habrá qué estudiar con detenimiento la posibilidad de dar a la Catedral esos espacios que no tiene.

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