jueves, 27 de octubre de 2011

La morosidad en los alquileres crece en Málaga un 26,3% en el último año (La Opinión)


La provincia, es junto a Sevilla, una de las que registra un mayor aumento en los impagos







EP La morosidad en los alquileres de viviendas en Andalucía aumentó un 24,7 por ciento en el último año –entre el 31 de septiembre de 2010 y el 1 de octubre de 2011–, casi diez puntos más que en la media del conjunto del país (15,4 por ciento), lo que convierte a la comunidad en la región en la que más crece este tipo de deudas, según el «V Estudio FIM sobre morosidad en los arrendamientos en España 2011», elaborado por el Fichero de Inquilinos Morosos (FMI), que ofrece información sobre sus potenciales inquilinos a sus clientes, entre los que se encuentran bancos, fondos de inversión y particulares. La deuda media de los inquilinos morosos andaluces alcanza los 4.720 euros, mientras que la nacional llega a 8.312 euros.

Sevilla y Málaga son las provincias de España con un mayor incremento de la morosidad de arrendamientos, un 28 y un 26,3 por ciento respectivamente. Mientras que Cádiz ocupa el cuarto lugar, con un 22,7 por ciento de crecimiento. El tercer puesto de esta lista lo ocupa la provincia de Valencia, con un 23,6 por ciento.

En Granada (19 por ciento), Almería (18,5 por ciento) y Córdoba (18,2 por ciento) esta morosidad también aumenta por encima de la media nacional; mientras que en Jaén crece un 12 por ciento y en Huelva un 9,1 por ciento.

Durante la presentación del informe, el director general del FMI, Fernando Sánchez Frutos, señaló que la morosidad en los alquileres no ha dejado de crecer en los últimos años –el Fichero ha registrado subidas del 13,79 por ciento en 2009 y del 16,81 por ciento en 2010–, lo que ha achacó a la falta de una «legislación clara» en este mercado y a la falta de medios materiales para llevar a cabo los desahucios.

Así, mientras que en el caso de las hipotecas existe una Ley de Morosidad que «hace más difícil» el impago, en el caso del alquiler no existe, lo que deja más espacio para los morosos, algunos de ellos «profesionales». Además, según Sánchez, en el ámbito del arrendamiento existe una auténtica dación en pago, puesto que las deudas se saldan con la devolución de las rentas impagadas y el desahucio de la vivienda. Como resultado, según Sánchez, se está produciendo un «trasvase de la morosidad de la compra al alquiler».

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