La sociedad propietaria del palacio situado sobre las Cornisas del Tajo invertirá 2,5 millones para frenar el deterioro del inmueble
Los operarios aseguraron ayer la fachada con andamios. :: PLT
Los propietarios de la Casa del Rey Moro han decidido poner freno a su deterioro. La sociedad, representada por el empresario alemán Jochen Knie, empezó ayer a acometer los trabajos de urgencia previstos para evitar que el palacio situado sobre las Cornisas del Tajo siga sufriendo las consecuencias del paso del tiempo. Las obras, que pretenden asegurar la fachada mediante andamios así como actuar sobre el tejado con el objetivo de evitar filtraciones por las lluvias, suponen el arranque de la fase inicial de la rehabilitación de este inmueble cuya primera prueba documental data del siglo XVIII.
Las obras de restauración, que cuentan con el visto bueno de la Junta de Andalucía, supondrán una inversión de 2,5 millones de euros en todas sus fases. En la primera, los trabajos consistirán en el apuntalamiento de las instalaciones y aplicación de varias medidas de conservación para evitar la pérdida de elementos ornamentales, cornisas y revestimientos y, según Knie, serán cuatro las personas que trabajen en el proyecto pertenecientes a una empresa privada experta en patrimonio, tejados y estructuras de madera. El empresario explicó que la primera fase supondrá también un análisis de las instalaciones de cara a la segunda fase de la rehabilitación, que podría comenzar después de Navidad.
Usos del inmueble
El palacio iba a destinarse a un hotel de cinco estrellas, aunque los propietarios están estudiando otros usos. Así el objetivo pasaría por crear una especie de complejo dedicado a la celebración de eventos y enfocado al segmento de congresos y reuniones. Al mismo tiempo, habría habitaciones que permitan el alojamiento. «Queremos que el inmueble sea visitable», añadió Knie. La Casa del Rey Moro es uno de los principales monumentos de Ronda y su deterioro ha generado preocupación en la sociedad. Los Jardines de Forrestier y La Mina, excavada en la piedra del Tajo para bajar al mismo, son Bien de Interés Cultural desde 1943, mientras que la Casa no lo es.
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