lunes, 28 de noviembre de 2011

San Felipe Neri reabre con esplendor un año después de las obras (La Opinión)


El templo barroco por excelencia de Málaga brilla ya con luz propia a partir de una completa rehabilitación


ALEJANDRA GUILLÉN Es el templo barroco por excelencia de Málaga. La iglesia de San Felipe Neri, en pleno centro histórico, ha recobrado el esplendor dieciochesco de antaño a partir de una completa rehabilitación del interior del templo y un compromiso firme por la calidad artística de esta joya del XVIII.

El artífice de este cambio espectacular es el obispo de Málaga, Jesús Catalá, que apoyó desde el principio este ilusionante proyecto, que ayer quedó inaugurado de forma oficial para el disfrute de todos los malagueños. Su tesón y su seguimiento personal han hecho posible que este ejemplo arquitectónico del barroco brille ya con luz propia.

Con el templo a rebosar, el obispo de Málaga descubrió ayer junto al alcalde Francisco de la Torre una placa conmemorativa, y a continuación bendijo la iglesia recorriendo todo el pasillo central. Jesús Catalá animó a los malagueños a no «perder detalle» de todas las mejoras y también a que los cristianos sean un «altar espiritual».

La rehabilitación, que ha sido ejecutada por ORP y con Pablo Pastor como arquitecto técnico y responsable de las obras, ha salido adelante gracias a la inversión del Obispado con una ayuda del Ayuntamiento, que ha rozado en total el medio millón de euros.

Más de cincuenta personas han trabajado durante más de un año de obras en la parroquia de la calle Parras, entre carpinteros, pintores, albañiles, restauradores, electricistas y ya se han trasladado las tres cofradías con sede en esta parroquia –Sangre, Salutación y Santa Cruz–, cuyas capillas son un claro ejemplo de la unidad del diseño.

Los problemas de humedades han sido el verdadero talón de Aquiles de la parroquia, que perjudicaron de forma notoria el suelo y las paredes tanto de la parte baja de la capilla primitiva, que popularmente se conoce como cripta, como de la nave elíptica de este templo barroco.

Ayer, Málaga pudo contemplar uno de los aspectos más llamativos de este resurgimiento de San Felipe Neri: la restauración y revalorización de diversas piezas religiosas, que ha sido firmada por Enrique Salvo Rabasco, y la incorporación de otras nuevas, gracias a los escultores Raúl Trillo y Salvador Lamas y el pintor Raúl Berzosa, que han plasmado su esencia original, en ambos casos a partir de las fotografías del Archivo Temboury.

En la zona primitiva de la iglesia, la del presbiterio, lucen seis tablas de grandes dimensiones, pintadas por Berzosa. Los dos óleos sobre tabla de la parte central recrean escenas de la vida de San Felipe Neri: Éxtasis de San Felipe y La visión de la Virgen María. Las cuatro restantes exhiben escenas de la Resurrección de Cristo: La cena de Emaús, La aparición de Cristo a María Magdalena, La incredulidad de Santo Tomás y Aparición en Galilea.

El tabernáculo del altar mayor, realizado por José Martín de Aldehuela en 1790, también ha cambiado su imagen con la escultura que simboliza la fe, obra de Raúl Trillo y Salvador Lamas. Ellos también son los autores de dos ángeles que se han colocado en unas peanas en el altar mayor. Otra de las nuevas esculturas es el crucificado del interior del baldaquino del altar mayor y un San Felipe Neri nuevo.

Salvo Rabasco se ha encargado de la restauración de las piezas antiguas, especialmente el crucificado del XVII y la cruz original con remates en pan de plata, que presiden el altar mayor de la capilla subterránea, que tendrá un uso litúrgico. El restaurador también ha recuperado otro crucificado del XVIII para la sacristía, un San Juanito, que va en el baptisterio, un cuadro del XIX que es una copia del Pasmo de Sicilia, obra del pintor renacentista Rafael y se ha colgado detrás del altar mayor, debajo de una Inmaculada, y el Cristo de los Afligidos, del XVIII.

Por útimo, junto a la capilla subterránea se ha habilitado un columbario con 132 nichos y se han recuperado las pinturas murales originales con formas geométricas del acceso.


Una larga historia de cambios y reformas

La primera piedra fue colocada el 3 de marzo del año 1720 en la entonces plaza de los Canteros, junto a la calle Gaona. La construcción de la primitiva capilla, lo que en la actualidad es el presbiterio, fue encargada por un personaje de la nobleza malagueña, Antonio Tomás Guerrero Coronado y Zapata, el segundo conde de Buenavista.

Desde entonces, la iglesia de San Felipe Neri ha sido el resultado de muchas ampliaciones y reformas desde que se levantó esta primera capilla, cuya obra se atribuye al arquitecto Felipe de Unzurrúnzaga.

La parte baja de San Felipe Neri, en los años 70, se habilitó para salones parroquiales, lo que obligó a la retirada de los columbarios. Pero el mal estado de los muros y del suelo por culpa de las filtraciones de agua hizo imposible desarrollar esta labor religiosa, que se retomará gracias a los nuevos arreglos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario