viernes, 4 de noviembre de 2011

Urbanismo corrige el bordillo resbaladizo de Madre de Dios (SUR)


La pesadilla está a punto de finalizar para vecinos, comerciantes y usuarios en general de la céntrica calle Madre de Dios. El bordillo oblicuo que el Ayuntamiento instaló en esta vía para separar las aceras de la nueva calzada y carril para bicicletas está siendo tratado para que no sea tan resbaladizo ni ocasione las caídas que hasta ahora ha provocado. Los trabajos comenzaron hace unos días y, según fuentes consultadas por este periódico, están siendo desarrollados por una empresa distinta a la que ejecutó la renovación de la calle, contratada por la Gerencia Municipal de Urbanismo para esta labor en concreto.
La remodelación del bordillo es simple. Está consistiendo en arañar los sillares de piedra caliza que lo conforman para conseguir una superficie rugosa en un solo plano inclinado hacia la calzada, y no dos como hasta ahora. Según las fuentes, los trabajos para tratar el bordillo estarán listos en un plazo de diez días aproximadamente.
Quejas
El pasado 31 de enero, este periódico se hizo eco de las numerosas quejas de vecinos y comerciantes por las caídas que se producían en la renovada calle Madre de Dios y su continuación hacia la plaza de Montaño a consecuencia de las características de la franja de piedra caliza que separa la calzada de las aceras, que prácticamente han quedado situadas al mismo nivel.
Esta situación ha provocado numerosas caídas y resbalones que en algunos casos han precisado atención médica para las personas afectadas. Así sucedió con una mujer que, según explicaron testigos presenciales a SUR, resbaló en el bordillo, que estaba mojado por la lluvia, y cayó al suelo con la mala fortuna de que se golpeó en la frente con el saliente de un edificio que existe en la esquina de la calle Dos Aceras. Al herirse, la mujer empezó a echar abundante sangre, por lo que tuvieron que llevarla a un centro sanitario para que pusieran puntos en la herida.
Ciclistas y motoristas tampoco se han librado en los últimos meses de las consecuencias de este bordillo peligroso, hasta el punto de que algunos bares de la zona reconocieron que han tenido que echar mano del hielo previsto para las bebidas para aminorar los hinchazones provocados por las caídas.
La renovación de la calle Madre de Dios, la calle Montaño y la plaza de Montaño costó más de un millón de euros, financiados en un 70% con fondos europeos

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