martes, 10 de abril de 2012

La construcción expulsa a 61.000 trabajadores y tiene ya más parados que ocupados (La Opinión)


El sector se queda con sólo 35.000 afiliados a la Seguridad Social y más de 45.000 desempleados


Una promoción de viviendas en Málaga capital con las obras paradas.
Una promoción de viviendas en Málaga capital con las obras paradas.  Gregorio Torres

La bajísima actividad constructora, el cierre del grifo hipotecario y la escasa inversión en obra pública perfilan un aumento de la tendencia

JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ La construcción sigue apurando el cáliz de la crisis y sobrevive con sólo una cuarta parte de los trabajadores a los que dio cobijo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, dando lugar a situaciones paradójicas como el hecho de que el sector tenga ahora mismo inscritos en Málaga más parados (45.955) que ocupados (poco más de 35.000), según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. El desequilibrio promete hacerse aún más grande a lo largo de este año 2012, ya que ni el sector privado está iniciando o proyectando nuevas promociones de viviendas ni los Presupuestos Generales del Estado (PGE) tienen previsto desembolsos significativos en obra pública.

El pico de actividad llegó a mediados del año 2006, cuando más de 96.100 personas llegaron a trabajar en los incontables tajos de obra que había en la provincia, ya fuera de edificaciones o de obras públicas como el AVE o la ampliación del aeropuerto. Seis años después, la cifra de ocupados ha bajado dramáticamente y se queda en sólo 35.069, según los últimos datos de afiliados a la Seguridad Social facilitados por el sindicato CCOO. Casi 61.000 trabajadores se han quedado por el camino y han pasado a engrosar las filas del paro o, los que han podido, a reintegrarse en el sector de la hostelería o en el agrícola, de donde salieron muchos de ellos en aquellos años atraídos por los sueldazos que se empezaban a pagar en la construcción.

Fuentes del sector recuerdan que en aquella época un simple peón podía cobrar más de 2.000 euros al mes y un trabajador mínimamente cualificado, por encima de los 3.000. También cuentan cómo los encargados de obras se rifaban literalmente a las cuadrillas de trabajadores, que cambiaban de obra de un día para otro porque siempre había alguna empresa constructora o promotora que les pagaba «un poco más». Aquella época dorada para el sector del ladrillo se fue para siempre, ya que todos apuntan a que la construcción podrá recuperarse pero nunca vivir de nuevo la fiebre de actividad que presidió el lustro comprendido entre 2002 y 2007.

La crisis, a la que todavía no se le atisba una salida temporal fiable, ha provocado que el paro haya pasado en estos años de marcar un suelo histórico de apenas 11.000 personas en Málaga a contar más de 45.000 demandantes. El secretario general de CCOO en Málaga, Alfonso Galisteo, afirma también que muchas personas continúan ligadas al sector aunque en la economía sumergida.

«Por un lado hay personas que sobreviven realizando chapuzas a domicilio que no declaran. Luego, y esto a mi juicio es lo más grave, existen empresarios que tienen a trabajadores sin contrato, pagándoles el mínimo y llamándolos sólo para días sueltos. La economía sumergida existe en todos sitios, pero en la construcción aún más», reconoce.

Baja actividad, bajo empleo. Galisteo ve el futuro del empleo en el sector con bastante pesimismo, teniendo en cuenta la poca actividad que muestran los indicadores. En el año 2011 sólo se visaron ante los ayuntamientos 1.186 proyectos de futuras viviendas y se terminaron 3.321 pisos, las peores cifras en Málaga desde 1960. Y 2012 ha empezado aún más flojo. El visado de viviendas ha arrancado el año con un bajada del 26% y se mueve en niveles ridículos. El número de viviendas terminadas también cae un 15%, lo que demuestra que tampoco hay mucho interés por parte de los constructores de acabar los proyectos en obra, dado que no hay demanda suficiente entre la población, doblemente castigada por el alto paro y por la negativa de los bancos a conceder hipotecas. Todo ello ha redundado en constante salida de trabajadores del segmento residencial, que permanece en datos de hibernación.

En cuanto a la otra pata del empleo en el sector constructor, el de la obra pública, hay que recordar que la inversión en infraestructuras en Málaga cayó en el año 2011 a los 290 millones de euros y este año promete quedarse en el entorno de los 150. Ambas cifras se quedan muy lejos de los 1.000 millones que los empresarios del sector calculan como el mínimo imprescindible para mantener el empleo de la construcción. En los años previos a la crisis, la obra pública llegó a dar empleo a entre 30.000 y 45.00 personas.

Hoy, esa cifra se ha reducido al mínimo ya que sólo permanecen activas la obra del metro –aunque a ritmo aletargado– las obras de la línea de Alta Velocidad Bobadilla-Granada y la ampliación del Parque Tecnológico. Para el futuro sólo está en perspectiva a medio plazo el anillo ferroviario de Antequera y la cárcel de Archidona, aunque en el primer caso el proyecto todavía tiene que ser convalidado por la Unión Europa y, en el segundo, los ajustes del Gobierno de Mariano Rajoy, serán los que dicten los plazos reales de ejecución del proyecto.

LAS CLAVES

Los asalariados bajan un 70%; los autónomos casi un 26%

En el año 2006, Málaga tenía dados de alta en la Seguridad Social a 96.105 trabajadores de la construcción (82.002 eran asalariados del Régimen General y 14.103 autónomos).  En el 2012, la cifra ha bajado a 35.069 (24.604 por cuenta ajena y 10.465 autónomos). Los asalariados han caído un 70% y los autónomos sólo un 25,8%. CCOO cree que esta diferencia esconde que las empresas han obligado a algunos de sus empleados a darse de alta como autónomos.

El despido directo, ahora más fácil que negociar un ERE
La reforma laboral ya está provocando algunas consecuencias, según el sindicato. Hace unos días una empresa extractiva de Alhaurín de la Torre que durante semanas había estado negociando un ERE de suspensión temporal optó por despedir a 8 de sus 25 empleados gracias a las condiciones del nuevo texto legal.

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