viernes, 14 de diciembre de 2007

Cuatrocientos años de historia en el corazón de Málaga (SUR)


El Colegio de Prácticas número 1 celebra el cuarto centenario de su edificio con añoranza por su pasado e incertidumbre por su posible traslado a otro lugar
TRAYECTORIA
1607: Finalizan las obras del edificio, que fue promovido por la Compañía de Jesús en el año 1588. La iglesia se consagró el 28 de septiembre de 1630. Durante más de un siglo fue colegio de los Jesuitas, donde se ofrecía una enseñanza gratuita y abierta a todo tipo de alumnos. Se impartían clases a unos 300 discípulos de gramática, 30 de filosofía y 500 de primeras letras.
1767: En la madrugada del 3 de abril de ese año, los Jesuitas fueron desterrados de España. A los de Málaga se les detuvo en su propia residencia.
1787: Tras años de abandono, el edificio pasa a albergar el Colegio de Náutica, que formó parte del Consulado del Mar, creado en 1785. En el inmueble se formaban a marineros y navegantes para trabajar en los barcos del comercio con América, una vez que el puerto de Málaga fue abierto a éste por el ministro de Carlos III José de Gálvez, natural de Macharaviaya.
1859: Tras ser la primera sede del primer instituto de bachillerato de Málaga (actual Instituto Gaona) durante un año, pasa a albergar la Normal de Magisterio, donde mujeres aprendían a ser profesoras, y la escuela y museo de Bellas Artes.
1956: Magisterio pasa al campus universitario de El Ejido pero en el edificio queda la escuela de prácticas para los profesores, que se ha mantenido hasta la actualidad. La escuela de Bellas Artes pasó también a El Ejido en 1986. Su lugar lo ocupan actualmente las instalaciones de El Ateneo de Málaga.

ENTRAR en su patio es llegar a la antesala de un singular trozo de la historia de Málaga. Cuatro siglos dan para mucho en un edificio y, si éste se encuentra situado en el punto neurálgico de la ciudad, la plaza de la Constitución, más todavía. El Colegio de Prácticas número 1 celebra estos días su cuarto centenario con una sencilla exposición de fotografías que pretende reivindicar la importancia histórica del inmueble que, desde que fuera inaugurado como sede de la Compañía de Jesús en 1607, no ha dejado de servir como lugar para la enseñanza. En el tarde de ayer, volvió a ser punto de encuentro de antiguos alumnos, en su mayoría vecinos del Centro, que hoy ven cómo sus hijos les han tomado el relevo en los que posiblemente sean los pupitres con más solera de la capital.Es el caso de Susana Luna, que se siente muy identificada con el centro en el que cursó sus primeros estudios junto con sus hermanas Inma y Marisa. «Vivíamos en Pozos Dulces y hoy seguimos en el Centro, así que ahora reciben clases aquí mis hijos», relata Susana, quien confía en que la celebración del cuarto centenario sirva para movilizar a otros antiguos alumnos con el objetivo de crear una asociación que defienda la historia del colegio, cuya permanencia en el edificio no es segura.
Futuro
El Ayuntamiento y la Junta de Andalucía han incluido el inmueble en un acuerdo de permuta de varios terrenos repartidos por la ciudad. Según lo estipulado por ambas administraciones, el edificio pasará a manos municipales una vez que la Consejería de Educación decida el cese de su actividad o su traslado, previsto por el Gobierno andaluz a unas instalaciones de Sevillana situadas en la calle Don Rodrigo, junto a la avenida de la Rosaleda, dentro del plan autonómico para la rehabilitación de la zona noroeste del Centro. El Consistorio lo utilizará para una posible ampliación del Museo Thyseen, previsto en el cercano Palacio de Villalón.No obstante, profesores, padres y antiguos alumnos no quieren pensar aún en que llegue ese momento. «Llevan muchos años diciendo que se lo van a llevar, pero por ahora aquí seguimos y lucharemos por esto hasta el final», asegura Susana Luna. Junto a ella, la actual directora del centro, Mercedes Tous, reconoce que tendrán que acatar las órdenes que dicte la Consejería de Educación, aunque resalta que un colegio es un equipamiento «que da vida a la zona en la que se encuentra». «No hay más que ver en la puerta a los padres de los 170 alumnos que tenemos», subraya Mercedes, quien adelanta que está prevista la publicación en próximas fechas de un libro que aglutinará las tesis doctorales que han tenido como objeto la historia del inmueble. Sus puertas están abiertas por las mañanas hasta la próxima semana para todos los que quieran acercarse a su historia.Un gran conocedor de ella es Miguel Fenech, que lleva 17 años como conserje y se conoce al dedillo todos y cada uno de los rincones del edificio. «Tras ser el colegio de los Jesuitas, fue la escuela náutica de Málaga, en la que se aprendía a navegar desde los nueve a los 19 años», cuenta Miguel. «Todavía existe un aula que tiene pintado en el techo un mapa de las estrellas», agrega.
Personajes ilustres
«Este edificio ha estado siempre ligado a la enseñanza y así debería seguir. Aquí recibió sus primeras lecciones Antonio Cánovas del Castillo e impartió clases de dibujo el padre de Picasso, ya que hasta 1986 fue sede de la escuela de Bellas Artes», prosigue Miguel, que ha dedicado buena parte de los últimos años a investigar sobre la trayectoria del colegio. Desde 1859 fue sede de la Normal de Magisterio, donde se formaban a mujeres para ser profesoras. Este centro tenía un colegio adjunto, de ahí que se le conozca como Colegio de Prácticas número 1. Además, debido a su proximidad con el antiguo Ayuntamiento, que se encontraba en la plaza, aún conserva el archivo de los notarios malagueños de los últimos cien años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario