sábado, 26 de enero de 2008

El sector confía en la obra pública para recuperar su actividad (La Opinión)

Analistas creen que, pese a la caída de ventas, la industria malagueña extiende su oferta al alquiler y a los hoteles
Expertos inmobiliarios coinciden en que el sector en la Costa del Sol es lo suficientemente dinámico para afrontar procesos de recesión y consideran que son las empresas jóvenes y con menos bagaje profesional las que han sufrido las consecuencias de la caída de ventas.Francisco Villalba, consejero delegado de Analistas Económicos de Andalucía (AEA), perteneciente al grupo Unicaja, aseguró que en los años de crecimiento del sector se creó un gran número de empresas, pero algunas no han evolucionado con el suficiente rigor. "Aunque la actividad ha descendido, no hay situación crítica, ni de desequilibrio patrimonial, y sólo están afectadas las empresas con menos capacidad financiera", indicó Villalba, quien precisó que si hay grandes grupos en crisis se debe probablemente a problemas en su gestión. Para este experto, las medianas y grandes empresas han diversificado su cartera de negocios, lo que les ha reportado estabilidad, aunque las ventas hayan bajado.En este sentido, indicó que el sector apuesta por nuevos nichos, como el mercado del alquiler, las residencias de la tercera edad, o equipamientos turísticos, y sobre todo por la obra pública, que "tiene mucho peso en Málaga y son proyectos a largo plazo, y eso reportará un volumen importante de ingresos", manifestó Villalba.Por su parte, el director del Instituto de Práctica Empresarial (IPE), José Antonio Pérez, aseguró que las empresas afectadas por el estancamiento de las ventas son aquellas que crecieron con la aceleración inmobiliaria, "incluida la banca". "Por cada euro invertido en el sector se multiplica por diez, gracias al motor del suelo, urbanización... pero igualmente se divide por diez la generación de riqueza por cada euro que se deje de vender en el sector", manifestó Pérez.
PUNTO DE VISTA:El peligro de crecer deprisaLa época de bonanza que ha vivido la provincia de Málaga ha llevado a algunos empresarios del sector inmobiliario a caminar en estos años al borde del precipicio, pensando que la demanda de vivienda era inagotable y que todas las promociones que sacaran al mercado se vendería como rosquillas. Con este pensamiento muchos se metieron en fuertes créditos para acometer la compra de suelo y la construcción de viviendas, calculando en que harían frente a los pagos con los bancos y proveedores a poco que los pisos comenzaran a tener salida.Pero el mercado se ha parado casi por completo, en especial en nuestra Costa del Sol, y las deudas no se perdonan. Quizá el problema sea, como se comenta desde algunos círculos empresariales, que muchos empresarios no ha hecho debidamente los deberes cuando era tiempo favorable y ahora pagan en demasía los años de vacas flacas. La suspensión de pagos presentada por varias promotoras y constructoras (además de otras empresas del sector inmobiliario) denota un modelo que no es el más idóneo para nuestra economía: el de un crecimiento facilón, irreflexivo y sin una base sólida que respondiera ante este cambio de ciclo. La enseñanza de cara el futuro debe ser cambiar ese crecimiento tan exponencial por el que se ha apostado (sobre todo en la construcción) por otro basado en la calidad, en la excelencia y en la productividad. Para que no nos pille el toro. Son los riesgos de crecer demasiado deprisa.José Vicente Rodríguez

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