sábado, 21 de junio de 2008

La jueza envía a la cárcel al alcalde y a su mano derecha por la trama de presunta corrupción en Estepona (SUR)


Al regidor socialista se le imputan los supuestos delitos de cohecho, tráfico de influencias, malversación y blanqueo. Junto a Barrientos y José Flores la magistrada ordenó ayer el ingreso en prisión del edil del PES Manuel Reina

Antonio Barrientos llegó a los juzgados a la una del mediodía. Siete horas y media más tarde el alcalde de Estepona abandonaba la sede judicial como llegó: esposado y en un furgón policial. La sonrisa con la que atravesó el arco de entrada se esfumó cuando escuchó los abucheos de los vecinos que le esperaban a la salida. Ya se sabía que la jueza de Primera Instancia e Instrucción 1 había decretado su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza por los presuntos delitos de cohecho, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos y blanqueo de capitales. No fue el único. De los cinco detenidos que ayer pasaron a disposición judicial por la presunta trama de corrupción urbanística, tres abandonaron los juzgados camino del presidio, previo paso por la Comisaría. El primero en salir escoltado fue José Flores, jefe del Gabinete de Alcaldía y mano derecha de Barrientos imputado de los supuestos y aún provisionales delitos de cohecho, tráfico de influencias, malversación, y blanqueo de capitales. Con gesto serio abandonó la sede judicial a las 20.15 horas entre vítores de familiares, compañeros y amigos y abucheos de más de un centenar de vecinos que se congregaron al otro lado del edificio entre gritos e insultos. La jueza instructora, Isabel Conejo, decretó un tercer ingreso en prisión en la tarde de ayer, el de Manuel Reina, ex edil de Hacienda y actual concejal del PES, imputado por los presuntos delitos de cohecho, tráfico de influencias, malversación, fraude y blanqueo de capitales. El resto de los detenidos que ayer prestaron declaración, Juan Simón, abogado y miembro de la Ejecutiva del PSOE, y Francisco Zamorano, actual concejal de Hacienda y portavoz del grupo municipal, salieron en libertad con cargos. En el primero caso, con fianza de 300.000 euros bajo la imputación de cohecho, tráfico de influencias y blanqueo de capitales. En el segundo, bajo fianza de 50.000 euros por cohecho, tráfico de influencias, prevaricación y negociaciones y actividades prohibidas a funcionarios públicos, el único en estar imputado por este delito. Fueron los dos primeros en abandonar los juzgados. Con ellos son ya cinco de los 26 detenidos de la 'operación Astapa' los que ingresan en prisión sin posibilidad de eludirla bajo fianza. Los delitos que se les imputa son muy similares, y en algunos casos, idénticos. Un día antes la magistrada enviaba a la cárcel al ingeniero X W. y al también edil del PES José Ignacio Crespo, imputado igualmente de cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales y malversación. El resto de los detenidos han salido en libertad, aunque la mayoría bajo fianza de entre 15.000 y 500.000 euros según su patrimonio y la gravedad de los delitos que se le imputan provisionalmente. De no hacer efectiva la cuantía en los próximos días -algunos de ellos han comentado que les será muy difícil reunir el dinero en tan poco tiempo- podrían ingresar en prisión hasta nueva orden. De momento, han anunciado que compañeros de partido, amigos y familiares están realizando una colecta para conseguir el dinero. Muchos de sus seguidores incondicionales se congregaron ayer ante la sede de los juzgados de Estepona para mostrar su apoyo a los detenidos, especialmente a Barrientos, el personaje más esperado en los cuatro días en los que se han desarrollado los interrogatorios judiciales.
La escena se repite
A un lado los amigos, familiares, compañeros de partido y cargos de confianza del PSOE. Al otro, los ciudadanos y curiosos que se agolpaban desde primeras horas de la mañana en la puerta del juzgado de Estepona. La entrada y salida de los cinco detenidos fue muy similar con la única diferencia de que los amigos permanecieron inmutables a pesar del cansancio y el calor frente a los detractores que fueron yendo y viniendo. El alcalde fue recibido al grito de «Antonio, estamos contigo; hemos venido a apoyarte». Eran sus compañeras de gobierno, que ayer salían en libertad tras declarar ante la jueza que instruye el caso. El primer edil, visiblemente desmejorado, agradeció la muestra de cariño de sus compañeros lanzándoles un beso al aire. En el otro bando, le abucheaban e increpaban mientras -con los brazos cruzados para esconder las esposas, y la cara al descubierto- se dirigía hacia el juzgado. «Ladrón», «chorizo», gritaron los presentes, que incluso se atrevieron a lanzar algún objeto al regidor antes de entrar en la sede judicial. La escena se repetía horas más tarde a su salida, pero esta vez su gesto de preocupación lo decía todo.

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