miércoles, 18 de junio de 2008

Una ciudad convulsa (SUR)


Miembros o ex miembros del GIL han controlado la Concejalía de Urbanismo desde 1995 hasta 2007 en una Estepona que ha crecido a un ritmo vertiginoso

Si Marbella tose, Estepona se resfría. De esta forma tan gráfica definen los empresarios esteponeros su relación con la localidad vecina. Estas dos ciudades de la Costa del Sol han experimentado un crecimiento inusitado en apenas diez años, sustentado en una política urbanística similar y con un génesis común: El gilismo. Si bien es cierto que Jesús Gil Marín sólo gobernó Estepona entre 1995 y 1999, también es verdad que hasta 2007 ha habido algún ex miembro del GIL dirigiendo la Concejalía de Urbanismo o desempeñando un puesto relevante en este departamento.La reciente historia política de esta ciudad, que en 1995 tenía poco más de 40.000 habitantes y ahora supera los 65.000 censados -más de un diez por ciento de ellos, extranjeros- está marcada por una serie de mociones de censura, pactos y contra pactos que han tenido como protagonistas o al PP o al PSOE, pero siempre con ex miembros del Grupo Independiente Liberal (GIL)Estepona fue el segundo objetivo del desaparecido Jesús Gil y Gil para acrecentar sus sueños de expansión por las costas malagueñas y gaditanas. Pese a tener una superficie de 136,80 kilómetros cuadrados, la mayoría de este terreno permanecía 'virgen' en 1995, cuando Jesús Gil Marín siguió la senda de su padre.El Ayuntamiento de Estepona, como lo venía haciendo el de Marbella desde 1991, comenzó a pagar obras públicas (embellecimiento de calles, especialmente) con terrenos del propio Consistorio o, directamente, firmando convenios con empresas que obtenían una mayor edificabilidad en sus parcelas. Mientras, se desatendían obligaciones previas contraídas con entidades financieras o con la Seguridad Social.
Pago de nóminas
Eso sí, la nómina de empleados municipales crecía de forma constante, lo que le obligaba al equipo municipal de gobierno a aumentar los presupuestos anuales de forma interrumpida para poder hacer frente a los salarios de la plantilla. Más gastos que ingresos supone buscar atípicos para lograr un equilibrio presupuestario. Estepona, como Marbella y otras localidades costasoleñas, salían adelante incrementando el número de convenios urbanísticos firmados anualmente y recurriendo a los bancos hasta alcanzar las cotas máximas de endeudamiento.Se podría decir que las economías de Marbella y Estepona tienen una relación de 'vasos comunicantes'. De hecho, cuando la Junta le retira las competencias urbanísticas a Marbella en 2005 y, por lo tanto, se frena la construcción en esta ciudad, es Estepona la que toma el testigo en 2006 y 2007, según los datos de inmuebles visados por el Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga.
Declive
Jesús Gil Marín, por diversos motivos más relacionados con la idiosincrasia del esteponero que con sus políticas, no logró revalidar su mayoría absoluta en las elecciones de 1995, aunque fue el candidato más votado, con nueve ediles. Un cuatripartito (PSOE, PP, IU y PA) desbancó al GIL y el socialista Antonio Caba sustituyó como alcalde a Gil Marín, que no quiso ser el jefe de la oposición y abandonó la política y la ciudad. Pero los nueve concejales del GIL sí permanecieron en el Ayuntamiento con un protagonismo decisivo en la política urbanística que se ha desarrollado en esta localidad hasta 2007.En 2001, el socialista Antonio Caba abandona la vara de mando al ser imputado en un caso de blanqueo de capitales -cargos de los que ha quedado exonerado en sentencia del Tribunal Supremo-. Ese año fue la primera incursión de Barrientos en la Alcaldía, pero su mandato fue exiguo, sólo seis meses. Rosa Díaz, del PP, gana una moción de censura apoyada por cinco ex concejales del GIL, que previamente se pasaron al Grupo Mixto. Otros cuatro se mantienen al margen, entre ellos, José Ignacio Crespo.
Rechazo de la Junta
El PP logra ser la lista más votada en la cita electoral de 2003, pero lejos de la mayoría absoluta. El socialista Antonio Barrientos llega al poder gracias al apoyo de los cuatro ex ediles del GIL (enrolados ahora en el PES de Crespo) que no apoyaron al PP en la anterior moción, más un edil de Izquierda Unida. Llegan al acuerdo de que Urbanismo lo controlarían los tres partidos, aunque el gerente sería miembro del PES.Esto supone que, de una manera u otra, la impronta del GIL ha estado presente en la toma de decisiones sobre la ordenación del territorio de Estepona hasta 2007, año en el que que Barrientos logra 11 concejales y puede pactar con PA e IU, cerrado el periplo gilista.La unión temporal de Barrientos con el PES (2004-2007) le causó más de un dolor de cabeza al alcalde esteponero en sus delicadas relaciones con las direcciones provincial y regional del PSOE e, incluso, en su misma agrupación local. La Consejería de Obras Públicas, presidida por Concepción Gutiérrez, cercenó el proyecto de expansión ideado por el equipo de urbanismo, dirigido por el concejal gilista Manuel Reina con el beneplácito del alcalde.El primer 'encontronazo' se produce a finales de 2004, a causa de las denominadas 'donaciones'. Barrientos calificaba de lícitas y éticas las aportaciones que diversas empresas constructoras realizaban en metálico al Ayuntamiento frente a las críticas de la oposición del PP. Barrientos sí tuvo que dar marcha atrás en marzo de 2006 cuando inició el expediente para recalificar 600.000 metros cuadrados de Selwo. El propio Manuel Chaves consideró el proyecto contrario al modelo de la Junta.

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