Urbanismo inspeccionó, tras la advertencia de una promotora, el inmueble en agosto de 2007 y comprobó su estado "lamentable" · La fachada está protegida
El Consejo de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga aprobará hoy la declaración de ruina de un palacete barroco, cuya fachada tiene protección arquitectónica de grado II y cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII, debido al "lamentable" estado de abandono que presenta. La actuación municipal se produce, no obstante, tras varias décadas de dejadez por parte de la propiedad, según reconocieron a este periódico fuentes municipales y recoge el informe del arquitecto contratado por la promotora que advirtió de las malas condiciones que presentaba la edificación. Las fuentes consultadas precisaron que el edificio, situado en la esquina de las plazas de los Mártires y San Juan de Dios, fue incorporado al catálogo del Pepri Centro hace un par de años, debido a las pinturas que presenta en su fachada, que deberá ser respetada. A pesar del deterioro acumulado, la acción del equipo de gobierno para garantizar su recuperación ha sido nula. De acuerdo con el expediente, los técnicos de Urbanismo no visitaron el edificio hasta agosto del pasado año y no por iniciativa propia sino tras la petición realizada por una empresa que construía un bloque en una parcela contigua, alarmada por los problemas que tenía la medianera."Lo que denunciamos es que Urbanismo no hace un seguimiento a este tipo de edificios protegidos", comentó el concejal de PSOE Sergio Brenes, quien afirmó que esta actuación se suma a la ocurrida con el Caserón de Virreinas, demolido por el Consistorio por su mal estado. "El patrimonio histórico se está viendo seriamente deteriorado en los últimos años. Una ciudad que aspira a ser Capital Cultural Europea no puede permitir esta situación", sentenció.El informe de los técnicos municipales constata el "lamentable estado" en el que se halla el interior del palacete. "El patio abalconado está totalmente destruido, con las cabezas de las vigas podridas y los escombros de los sucesivos desplomes parciales acumulados en la planta baja del edificio. La escalera se encuentra desplomada", describe. Ante estas circunstancias, se ordenó a la propiedad retirar los restos del patio y la escalera, medida que se cumplió en febrero de 2008.En agosto de 2008, Urbanismo elaboró un nuevo documento en el que se justifica la declaración de ruina por el coste de las reparaciones necesarias, al superar el 50% del valor de la reconstrucción. La cuantía de las actuaciones, que incluían la reconstrucción del patio y la escalera, de los forjados de planta, la reinstalación de electricidad, agua y saneamiento, así como todas las carpinterías los balcones de fachada, ascendía a 355.000 euros. Lo que elude este departamento es detallar las responsabilidades de lo sucedido. Algo que sí hace el arquitecto al que la promotora que dio la voz de alarma encargó un estudio sobre la medianera dañada. En su escrito, concreta que el palacete es objeto de "una evidente falta de mantenimiento desde hace decenios". "Esto se traduce en el desgaste evidente y el grado de pudrición notable que se observa a simple vista en su interior, permitiendo incluso ataques de termitas en las vigas principales de carga", agrega. Y concluye: "Las patologías observadas y que pueden ser consideradas de extrema gravedad corresponden principalmente al estado de abandono del mismo y al desamparo del edificio frente a las acciones de los agentes atmosféricos".
El Consejo de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga aprobará hoy la declaración de ruina de un palacete barroco, cuya fachada tiene protección arquitectónica de grado II y cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII, debido al "lamentable" estado de abandono que presenta. La actuación municipal se produce, no obstante, tras varias décadas de dejadez por parte de la propiedad, según reconocieron a este periódico fuentes municipales y recoge el informe del arquitecto contratado por la promotora que advirtió de las malas condiciones que presentaba la edificación. Las fuentes consultadas precisaron que el edificio, situado en la esquina de las plazas de los Mártires y San Juan de Dios, fue incorporado al catálogo del Pepri Centro hace un par de años, debido a las pinturas que presenta en su fachada, que deberá ser respetada. A pesar del deterioro acumulado, la acción del equipo de gobierno para garantizar su recuperación ha sido nula. De acuerdo con el expediente, los técnicos de Urbanismo no visitaron el edificio hasta agosto del pasado año y no por iniciativa propia sino tras la petición realizada por una empresa que construía un bloque en una parcela contigua, alarmada por los problemas que tenía la medianera."Lo que denunciamos es que Urbanismo no hace un seguimiento a este tipo de edificios protegidos", comentó el concejal de PSOE Sergio Brenes, quien afirmó que esta actuación se suma a la ocurrida con el Caserón de Virreinas, demolido por el Consistorio por su mal estado. "El patrimonio histórico se está viendo seriamente deteriorado en los últimos años. Una ciudad que aspira a ser Capital Cultural Europea no puede permitir esta situación", sentenció.El informe de los técnicos municipales constata el "lamentable estado" en el que se halla el interior del palacete. "El patio abalconado está totalmente destruido, con las cabezas de las vigas podridas y los escombros de los sucesivos desplomes parciales acumulados en la planta baja del edificio. La escalera se encuentra desplomada", describe. Ante estas circunstancias, se ordenó a la propiedad retirar los restos del patio y la escalera, medida que se cumplió en febrero de 2008.En agosto de 2008, Urbanismo elaboró un nuevo documento en el que se justifica la declaración de ruina por el coste de las reparaciones necesarias, al superar el 50% del valor de la reconstrucción. La cuantía de las actuaciones, que incluían la reconstrucción del patio y la escalera, de los forjados de planta, la reinstalación de electricidad, agua y saneamiento, así como todas las carpinterías los balcones de fachada, ascendía a 355.000 euros. Lo que elude este departamento es detallar las responsabilidades de lo sucedido. Algo que sí hace el arquitecto al que la promotora que dio la voz de alarma encargó un estudio sobre la medianera dañada. En su escrito, concreta que el palacete es objeto de "una evidente falta de mantenimiento desde hace decenios". "Esto se traduce en el desgaste evidente y el grado de pudrición notable que se observa a simple vista en su interior, permitiendo incluso ataques de termitas en las vigas principales de carga", agrega. Y concluye: "Las patologías observadas y que pueden ser consideradas de extrema gravedad corresponden principalmente al estado de abandono del mismo y al desamparo del edificio frente a las acciones de los agentes atmosféricos".
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