domingo, 30 de noviembre de 2008

Bruttomesso: «Hay que replantear que haya uso residencial en los puertos» (La Opinión)

El experto italiano en la integración de los recintos portuarios con la ciudad alaba el proyecto de Málaga, que considera muy equilibrado cercano al Centro

MIGUEL FERRARY. MÁLAGA Rinio Bruttomesso ofreció el pasado jueves una conferencia en la Oficina de Medio Ambiente Urbano (OMAU) sobre la unión puerto-ciudad, algo en lo que este arquitecto italiano pasa por ser un experto a nivel mundial y director de la entidad Citta d´Acqua, con sede en Venecia, que agrupa a autoridades portuaria italianas y ciudades para fomentar la relación entre los recintos portuarios y la sociedad.

-¿Por qué existe en la actualidad ese interés por facilitar el uso ciudadano de instalaciones portuarias?
-Los puertos ya no son lo que eran hace 15 años. Las infraestructuras están cambiando para hacerse más competitivas en un mercado planetario. Los puertos deben modernizar sus instalaciones, abandonando las que están más cerca de las áreas ciudadanas, que quedan desfasadas. Los nuevos muelles cada vez están más lejos de la costa y eso deja un espacio libre que se une en los planes urbanos. Durante siglos la relación entre los puertos y las ciudades ha sido muy buena y ahora no existe el diálogo y eso hay que cambiarlo.
-¿De dónde surge esta incomprensión mutua?
-La gente no conoce qué es un puerto. Antes eran estructuras abiertas, incluso durante mi conferencia el jueves en la OMAU los más mayores recordaban que antes podían pasear por el Puerto. Todo eso ha cambiado, en especial a partir del 11-S con las medidas de seguridad impuestas. Todo se ha cerrado y sólo los puertos con cruceros son algo más abiertos.
-Pero al final, la unión puerto-ciudad significa dejar espacios portuarios para uso ciudadano.
-En realidad habría que hablar más de colaboración. La unión se hace en muchas ocasiones cuando el puerto deja parte de sus muelles más viejos, porque el tráfico de contenedores no se hace en estos muelles, que son más pequeños o no tienen calado. Ese traslado se ha aplicado en ciudades como Barcelona, Bilbao o Valencia con buenos resultados. En Sevilla, por ejemplo, el muelle de las Delicias se ha transformado en un área urbana cotizada. El puerto ha dejado a la ciudad que ocupe algunas áreas propias, pero la ciudad debe facilitar nuevas áreas exteriores, con amplios espacios libres, que permitan el tráfico de contenedores. Además de dar acceso a las carreteras y ferrocarriles. Al final hay una relación de necesidad, el puerto no puede resolver sin la ciudad sus conexiones e infraestructuras y la ciudad debe reconocer que el puerto es una estructura productiva fundamental para el territorio.
-¿Cuál es el modelo de las uniones entre el puerto y la ciudad?
-No hay recetas milagrosas. Cada ciudad tiene su modelo propio que consiste en una mezcla de usos. El modelo norteamericano es el más seguido, con un elemento comercial y de ocio prevalente y algunas infraestructuras culturales. Hay un elemento, que es imposible en España porque lo prohíbe la ley, como introducir elementos residenciales. España debería repensarlo para que en los planes portuarios se introduzcan algunas viviendas junto a comercios y hostelería.
-Entonces, ¿qué hay que contemplar en esta integración?
-Hay que prestar gran atención a la identidad del sitio, porque se están haciendo muchas operaciones parecidas en todo el mundo. Eso es fatal, porque hay que conservar la memoria de lo viejo. Por otro lado, además de la mezcla de usos, habría que repensar la posibilidad de incluir algún elemento residencial y mantener alguna actividad portuaria que sea compatible con la vida urbana. Por último, hay que cuidar mucho la calidad del diseño, que sean iconos de la ciudad.
-¿Cómo valora el proyecto de integración portuaria de Málaga?
-Me parece una intervención muy interesante. He seguido las noticias del palmeral del muelle 2 por Internet y creo que los problemas que pueda tener son solucionables. Tiene un buen proyecto de Jerónimo Junquera, que es muy sensible y recuerda a los primeros pasos que se hicieron en Barcelona.Utiliza el verde de una forma que no es banal, porque no se trata de hacer un jardín, debe haber una idea. Es muy interesante que se pueda disfrutar de la cercanía con el Centro y que el muelle mantenga la actividad portuaria con la llegada de pequeños cruceros.
-¿Y respecto al muelle 1?
-Plantea una operación muy oportuna, porque el Puerto necesita una actividad que permita obtener recursos económicos y ofrecer algo atractivo. Me gusta mucho que también incluya atraques de megayates junto a la zona comercial y de ocio, es una mezcla que puede funcionar. El dique de Levante es muy completo y oferta calado para grandes cruceros con más de 350 metros de eslora, algo que tienen pocas ciudades. Además, los atraques están muy cerca de la ciudad y eso permite llegar fácilmente al Centro. No veo elementos peligrosos. Siempre habrá una zona con vallas por la actividad portuaria, pero es inevitable.
-¿Qué medidas se pueden tomar para abrir los puertos?
-A la gente le gusta el mar y disfrutar de él. Los puertos son aguas urbanas, que penetran hasta el centro de las ciudades. Málaga es un ejemplo, porque el mar está a unos 200 metros de la Catedral. Por eso hay que permitir pescar, pasear por los muelles cuando no hay actividad portuaria y mezclar usos.
-¿Qué peso económico tienen los puertos en una ciudad?
-El 80% de las mercancías del mundo pasan por los puertos, lo que sitúa al tráfico marítimo como el gran protagonista económico. Sería estúpido que la ciudad no lo reconozca, ya que su desaparición supondría reducir la riqueza de una urbe entre el 20 y el 30%. Los ayuntamientos deben facilitar la vida de los puertos y viceversa.
-Sin embargo, siempre hay voces de personas a las que no les gusta vivir cerca de un puerto.
-Los puertos han cambiado mucho en 20 años por la revolución de los contenedores. En la conferencia del OMAU había gente que decía que el Puerto se debía trasladar porque se ven las grúas y los contenedores. A mí me gustan, son un elemento del paisaje contemporáneo y sería una tontería eliminarlas. Hay experiencias en China y en Japón en las que se construyen puertos artificiales en medio del mar, pero es una solución muy costosa. Creo que hay salidas más baratas, como enseñar qué es un puerto a los ciudadanos y abrirlos para que la gente los visite.

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