domingo, 11 de enero de 2009

La crisis vacía oficinas y locales, pero perdona a la calle Larios (La Opinión)


Situada como la séptima calle con alquileres más caros de España, Larios se mantiene como escaparate comercial de la ciudad apoyada en las franquicias
MIGUEL FERRARY. MÁLAGA Los locales comerciales y las oficinas también están en crisis. Se ha hablado mucho, y se habla, sobre el derrumbe de la construcción, la falta de demanda para comprar pisos y la no concesión de créditos hipotecarios. Pero el problema inmobiliario va mucho más allá de las viviendas. La oferta de locales en el Centro, la zona comercial tradicional de Málaga, se está convirtiendo en termómetro de esta crisis económica. Salvo en un punto: la calle Larios, cuyo entramado comercial permanece ajeno a las fluctuaciones económicas.El caso de la calle Larios es peculiar. Su reforma en el año 2002 supuso su explosión como escaparate comercial de importancia, no sólo dentro de la ciudad, también a nivel nacional. La revalorización fue tal que en pocos años se ha situado como la séptima calle comercial más cara de España, tal y como certifica un estudio realizado por la consultora inmobiliaria Cushman & Wakefield.Este encarecimiento se ha producido de forma evidente a partir de 2006, año en el que estaba situada como la número 12 en este particular ´ranking´ nacional. Desde ese año hasta la actualidad los alquileres se incrementaron una media de 480 euros el metro cuadrado, hasta situarse en los 1.560 euros por metro cuadrado. Curiosamente la escalada se vio frenada en seco el año pasado. Los alquileres no variaron ni un ápice, según el estudio, siendo el único síntoma de la crisis que ha sufrido la calle Larios hasta el momento. Y parece que el único, como apunta el secretario del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Roberto Grandfils, quien apunta que la situación de Larios como "gran escaparate comercial" hace que la crisis tenga poco impacto en estos comercios, apoyados en su mayor parte por franquicias: "Como no son de productos de lujo, sino asequibles, mantienen un nivel de ventas que le permite una enorme estabilidad en los locales". Apenas hay movimientos. Mejor dicho, no hay cambios en estos comercios y conseguir un espacio es imposible."Siempre hay gente paseando y animación con distintas actividades, lo que asegura una importante afluencia de personas y que interese mantenerse", reconoce Grandfils, al tiempo que apunta que las cosas son diferentes en el resto de calles del Centro y su entorno.Demanda. En estas vías la movilidad es muy grande entre los pequeños locales del Centro, que además tienen una alta demanda. "Suelen tener alquileres más bajos y los negocios que se instalan suelen ser muy volátiles", afirma el secretario del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria. De hecho, es difícil encontrar un local vacío. Pero también es fácil el cambio de actividad en pocos meses. "Aunque estemos en crisis, siempre hay alguien que intenta poner un negocio en el Centro", indica Grandfils, ya que es una zona atractiva y, si sale bien, muy productiva. Eso sí, los precios de los alquileres han parado la subida desenfrenada de los últimos años y ahora tienden a la baja: "Es más ajustar el alquiler a su coste real, porque estaba disparados".Es curioso cómo, según los locales se alejan del Centro, tienen más dificultades para encontrar vacíos. Si en un extremo está la calle Larios, sin locales libres, en el otro está la Prolongación de la Alameda o Armengual de la Mota, donde empiezan a ser usuales los espacios vacíos que no encuentran arrendador. "En el extrarradio del Centro se nota más la crisis", sentencia Roberto Grandfils.Como paradigma de esta especie de regla no escrita están los polígonos industriales. Estas zonas empresariales han pasado de estar con el cartel de lleno a disponer de naves vacías. Muchos de los cierres corresponden a empresas de distribución de productos para las conocidas como tiendas de ´veinte duros´. Los bajos márgenes comerciales, la competencia y el descenso de las ventas han llevado echar el cierre a muchas de las empresas que surtían a estos negocios.Oficinas. Unas víctimas de la crisis de las que nadie habla es el sector de alquiler de oficinas. El cierre de numerosas inmobiliarias y pequeñas constructoras han vaciado los despachos del Centro de actividades económicas.Ahora hay muchos que se han quedado libres y el mercado no ofrece suficiente demanda para cubrir estos huecos. El bajón experimentado en estos negocios va asociado al final de la época de la ´gallina de huevos de oro´ de la construcción, con el cierre de aquellas empresas del sector que no han sido capaces de adaptarse a la crisis o no han diversificado sus negocios.La marcha de Aifos de su sede en la calle Císter es un claro ejemplo de esta estampida. Roberto Grandfils señala otro ejemplo muy significativo, como el cierre de la oficina de la inmobiliaria Remax junto a la Cortina del Muelle y sus sustitución por una tienda de ropa y material para la práctica de surf.Justo al lado, otra inmobiliaria, en este caso de origen holandés, que ocupaba un local junto al aparcamiento Catedral, también ha cerrado dejando libre el local. Y puede que alguna más se sume a esta lista de ´defunciones´ empresariales de inmobiliarias y promotoras en el Centro, dejando una parte importante del suelo empresarial de esta zona sin actividad y a la espera de tiempos mejores.

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