domingo, 11 de enero de 2009

Sin noticias del consejero ni del Metro (Málaga Hoy)

El responsable de Obras Públicas ha visitado los tajos una vez en sus seis meses en el cargo · Concepción Gutiérrez lo hizo hasta en cinco veces desde el inicio de los trabajos constructivos en junio de 2006
El silencio que mantiene desde hace meses la Junta de Andalucía respecto a los interrogantes que se ciernen sobre el Metro de Málaga empieza a ser preocupante. Con la mirada puesta casi en exclusiva en lo que sucede en la obra del suburbano sevillano, cuya inauguración forzosamente tuvo que ser aplazada tras el socavón que se produjo en la calle Almirante Lobo, la presencia del máximo responsable de la Consejería de Obras Públicas y Transportes, Luis García Garrido, en los tajos del ferrocarril urbano malagueño es prácticamente nula. Apenas en una ocasión el titular de este departamento, sobre cuyas manos descansa la toma de decisiones sobre el futuro de la mayor actuación en la historia reciente de la capital, ha pisado el tajo en Carretera de Cádiz y el tramo inicial del ramal a Teatinos. Y eso ocurrió el pasado mes de septiembre.Ésa ha sido la única ocasión en casi un año en la que un consejero del ramo ha acudido a comprobar in situ el devenir de las tareas de ejecución, lo que parece escaso si se tiene en cuenta la trascendencia de esta obra. Frente a esta escueta agenda basta con mencionar la agitada actividad de la ex consejera Concepción Gutiérrez, a la que, desde el inicio de la obra del suburbano, en junio de 2006, y hasta que abandonó el cargo, a finales de 2007, se le contabiliza una decena de presencias en la capital, en las que el suburbano estuvo muy presente. En este capítulo hay que incluir cinco visitas a los tajos y numerosos actos informales con los medios de comunicación para informar del transcurso del proyecto. Pero más allá de lo simbólico de que el actual responsable autonómico pise los túneles de Carretera de Cádiz, lo que se echa en falta son las explicaciones acerca de lo que sucede con una intervención que, de acuerdo con el contrato firmado en su día por la Administración regional y la unión temporal de empresas (UTE) a la que se adjudicó la construcción de las líneas 1 y 2 y su explotación comercial por 35 años, tendría que ser inaugurada el próximo mes.Esta aseveración, mantenida a lo largo de los meses por la ex consejera Concepción Gutiérrez, que a pesar de los evidentes retrasos insistía en aludir a esa fecha, cae por su propio peso al analizar el estado de cada uno de los tramos de las dos líneas. Cuando apenas resta un mes para cubrir la cuenta atrás asumida por la propia Administración autonómica en los documentos oficiales, en los que se precisa un plazo de 40 meses desde el comienzo de las obras, lo que ocurrió en junio de 2006, sigue sin iniciarse el grueso de la obra en la práctica totalidad de la línea 1 (Malagueta-Teatinos) y resta aún al menos año y medio para que esté acabada la línea 2 (Malagueta-Martín Carpena).De acuerdo con el escenario temporal dibujado en el contrato de adjudicación, finales de 2009 podría haberse convertido en el hito de apertura, un extremo que llegó a ser apuntado por el propio presidente del Gobierno andaluz, Manuel Chaves, en un desliz en la jornada de inicio de las tareas. Pero ni siquiera esto último tiene posibilidad de convertirse en cierto. Asumido el avance en los tajos de Carretera de Cádiz, cuya obra civil y construcción del túnel estarán acabados para mediados o finales de este ejercicio; el desbloqueo de los tramos entre la Universidad y Renfe, y la solución que se aporta a la parte final de la red del suburbano con la contratación del proyecto constructivo entre Guadalmedina y Malagueta, a día de hoy se mantienen buena parte de las dudas con respecto a la actuación. Al menos en lo que respecta al ámbito oficial.Oficialmente, la Junta de Andalucía no informa sobre el coste que se estima tendrá el Metro, ni sobre el momento en que, aproximadamente, los ciudadanos podrán ver en funcionamiento los trenes, ni se detalla qué motivó que se mantuviese en manos de la concesionaria del proyecto, la UTE encabezada por FCC, dos de los tramos del ramal a Teatinos, cuando la intención inicial era la contraria.Pero más allá de lo que oficialmente se diga desde la Administración autonómica, la realidad de los hechos tiene presencia por sí sola. Técnicamente, como este periódico ha informado ya en varias ocasiones, el Metro no entrará plenamente en funcionamiento, es decir, hasta la estación término que estará situada en Malagueta, antes del año 2014. Y eso es lo mismo que decir que no lo hará hasta al menos cinco años después de lo que previó la Consejería de Obras Públicas. Es de esperar que en las próximas semanas, como parece estar previsto, el actual responsable de este departamento ofrezca alguna respuesta sobre este hecho y señale el por qué de esta demora, tras la que, sin duda, siguen resonando los ecos de los errores cometidos por la propia Junta en el momento en que optó por el modelo concesional. De un mal primer paso se sucede una cadena continuada de traspiés que no parece tener fin. Pero en este contexto, a los interrogantes iniciales se suman otros nuevos: ¿Qué ocurre con la prolongación del suburbano hasta el PTA? ¿Se contempla alguna sanción económica para las empresas encargadas de ejecutar las obras tras comprobarse el incumplimiento de los plazos? ¿Qué sucede con el proyecto constructivo de la línea 3, que debe llevar el Metro hasta Rincón de la Victoria, y que hiberna desde hace más de un año?En poco más de seis meses desde que ocupase el sillón dejado por María del Mar Moreno, Luis García parece haber optado por aplicar a su gestión la máxima empleada por William Shakespeare: "Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras". Aunque al tratarse del Metro de Málaga, con su continua demora y sus interrogantes sin contestar, quizá sería más aplicable la frase de Isócrates: "Solamente en dos ocasiones has de hablar: cuando sepas fijo lo que vas a decir, y cuando no lo puedas excusar. Fuera de estos dos casos, es mejor el silencio que la plática".

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