Las licencias de obra caen a la mitad en dos años y los proyectos de rehabilitación se abaratan para hacerlos viables para las empresas
Los programas para las zonas más degradadas tardan en despegar
PUNTOS DÉBILES
La recuperación del Centro Histórico sigue, pero no al ritmo de años anteriores. El retroceso de la iniciativa privada a causa de la crisis y la demora de los proyectos promovidos por las administraciones públicas han hecho que la puesta a punto del casco antiguo se vea frenada. Se terminan proyectos pendientes desde hace años, pero se inician muy pocos. Así lo corrobora la estadística de las licencias de obras concedidas por la Gerencia de Urbanismo. De enero a mayo de este año se tramitaron 17 permisos para el casco antiguo, la mitad de los cursados en 2007.
Además, permanecen estancados por el momento destacados proyectos residenciales como los previstos en el antiguo edificio de Félix Sáenz, en la esquina de la plaza de la Constitución con la calle Granada, en la plaza del Teatro y en el antiguo cine Astoria. No obstante, algunos de sus promotores confían en poder retomarlos en breve tras la realización de excavaciones arqueológicas o la resolución de problemas financieros.
En cuanto a la iniciativa pública, no contribuye a la revitalización del Centro el retraso de cuatro años en el plan autonómico de las 'tecnocasas' para regenerar algunos de los sectores más deteriorados, ni la demora en el plan municipal de la Judería, si bien ha comenzado a andar el programa apoyado con fondos europeos por el que el Ayuntamiento impulsará hasta 2013 la construcción de equipamientos y renovará el pavimento de varias calles.
Diversos promotores y expertos consultados por este periódico reconocieron que la crisis económica ha ralentizado el ritmo constructor y rehabilitador en el casco antiguo. «Ha caído la financiación de los proyectos y la actividad está muy parada», apuntó David Castellón, de la empresa Centro Histórico 2002. Este promotor subrayó que hay muy poca obra nueva en el corazón de la ciudad por parte de los privados, que todavía tienen a la venta estudios y apartamentos que no han conseguido colocar por tener un precio muy elevado, que todavía se mantiene en muchos casos pese a la crisis.
Sin financiación
«Se están haciendo rehabilitaciones, muchas de ellas derivadas de las inspecciones técnicas obligatorias que se hicieron el año pasado, pero hay poco nuevo porque los bancos no dan la financiación necesaria», argumentó Castellón.
Por su parte, Antonio Trujillo, de la constructora Picasso, también confirmó la caída de la obra nueva en el casco antiguo y un descenso igualmente en los proyectos de rehabilitación de edificios. «Ya no se hacen grandes rehabilitaciones de varios millones de euros como antes, ya que los bancos no dan crédito. Ahora sólo se ven proyectos de rehabilitación parcial que rondan los cien mil euros», matizó este constructor, que añadió que las ventas siguen todavía muy paradas.
Excavaciones
Además, Trujillo llamó la atención sobre la complicación que todavía suponen las obligatorias excavaciones arqueológicas para las obras en el Centro. En ese sentido, criticó que la labor de los arqueólogos se prolonga en algunos casos más de un año, con el consiguiente incremento de costes para el empresario. «La arqueología es necesaria, pero a veces se convierte en una lacra. No hay más que darse un paseo por el Centro para ver que hay muy pocas obras en marcha porque se encuentran todavía en esa fase», señaló este empresario, que exigió más agilidad a la Consejería de Cultura a la hora de analizar los resultados de las prospecciones.
Otras fuentes expertas consultadas coincidieron igualmente en señalar que la recuperación del Centro Histórico va ahora a un ritmo más lento. «Hay una iniciativa latente, pero que se ve frenada porque los compradores de viviendas no pueden acceder a las casas por la dificultades para obtener un préstamo hipotecario», manifestaron. No obstante, destacaron que el hecho de que los precios no hayan caído en el casco antiguo al mismo nivel que lo han hecho en el resto de la ciudad demuestra que «el mercado sigue actuando y que el Centro sigue siendo aún un goloso escaparate de la ciudad».
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