sábado, 25 de julio de 2009

La tensión da paso a una tregua en la negociación del Plan General de Málaga. (SUR)

La tensión da paso a una tregua en la negociación del Plan General de Málaga
Espadas, a la derecha, en una reunión con el alcalde y otros concejales malagueños./ SUR
La pelota sobre el futuro planeamiento urbanístico de la capital vuelve a estar en el tejado del Ayuntamiento, que tiene ahora la palabra. La Junta de Andalucía acordó ayer devolver en su totalidad al Consistorio el documento del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Málaga para que corrija «las numerosas deficiencias» detectadas en el mismo y que, además de cuestiones menores de modificación de términos o nombres, afecta a algunos de los grandes proyectos impulsados desde la Casona del Parque como la construcción en Arraijanal o al norte de las rondas, el puerto deportivo del Morlaco o el traslado del colegio de los Maristas.
En un principio se había planteado que el documento se aprobase de manera parcial, dejando en suspenso aquellos asuntos en los que la Junta ponía reparos a iniciativas municipales como las anteriormente descritas. Sin embargo, un informe de los servcios jurídicos de la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio, conocido por su titular, Juan Espadas, en la tarde del pasado jueves, sostiene que lo mejor en este caso era la suspensión de la aprobación y su devolución al Consistorio.
Y para ello, el informe se basa en la doctrina de los recientes fallos del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) sobre el planeamiento de Chiclana de la Frontera (Cádiz) y en la doctrina del Tribunal Supremo donde se argumenta que la suspensión parcial de una parte del planeamiento debe adoptarse cuando ésta no afecte a los elementos sustanciales del plan. Un aspecto que no sucede en el caso del PGOU de Málaga.
Así, en la reunión celebrada en Sevilla, durante casi tres horas, la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo -donde están representadas las distintas administraciones, los agentes económicos y sociales y los colegios profesionales- acordó suspender la aprobación definitiva del documento y emplaza al Ayuntamiento a: «La subsanación de los errores detectados, a la corrección de éstos o a su eliminación, al entender que el proyecto presentado incluye sustanciales modificaciones respecto al modelo inicial, lo que se traduce en un alto grado de inseguridad jurídica que repercutiría de forma directa sobre los ciudadanos».
Entre las deficiencias detectadas en el proyecto, se advierte al Consistorio que no ha cumplido su obligación de adaptar el planeamiento urbanístico a las correcciones que le obligaba la Declaración de Impacto Ambiental en proyectos como la construcción de 2.100 viviendas al oeste del Parque Tecnológico o el levantamiento de viviendas en la vega de Campanillas, así como no haber tenido en cuenta el grado de protección fijado en Arraijanal. Asimismo, se amonesta al Consistorio por no atender a los dictámenes y recomendaciones de los informes sectoriales o por no adaptarse a las especificaciones del Plan de Ordenación del Área Metropolitana (Potaum) en asuntos como el puerto del Morlaco, cuyo preceptivo estudio de viabilidad no se ha incluido en el documento.
El informe, de 127 páginas avala, aunque de manera condicionada a ligeros retoques, las torres en Repsol, Martiricos y La Térmica.
La decisión de devolver el documento al Ayuntamiento se toma al final de una semana bastante caldeada a cuenta del planeamiento urbanístico de Málaga con duros cruces de reproches entre ambas administraciones. Este nuevo giro, sin embargo, no se interpreta como un revés para las pretensiones de la Casona del Parque sino que abre una nueva tregua entre Junta y Consistorio y establece una vía para intentar alcanzar acuerdos en asuntos en los que actualmente las posiciones están muy alejadas.
Antes de final de año
Juan Espadas y Francisco de la Torre, alcalde de la capital, coincidieron en afirmar que están dispuestos a alcanzar acuerdos y señalaron que la devolución del documento al Ayuntamiento no debe suponer un retraso en la aprobación del mismo. «No se ralentiza el procedimiento», aseguró el regidor.
Ambos responsables incidieron en que esperan que el PGOU de Málaga y su adaptación a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) sea una realidad a final del presente año. Cuando se subsanen los errores, el texto irá directamente al consejero y no deberá pasar por la comisión.

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