lunes, 14 de septiembre de 2009

El mercado del alquiler mira al campus (SUR)

La crisis dispara las ofertas para universitarios, que pueden encontrar pisos hasta un 15% más baratos a pocos días del inicio del curso

El mercado del alquiler mira al campus
OFERTAS. Los anuncios de alquiler de pisos empapelan estos días los alrededores del campus de Teatinos.
Los jóvenes que cada año se mudan a Málaga para estudiar en la universidad tienen este curso más pisos donde elegir. Aunque ninguno les ofrezca las comodidades que dejan atrás, al salir de casa de sus padres, la saturación del mercado del alquiler ha hecho que muchos propietarios se planteen una opción que rechazaban antes de la crisis: arrendar a estudiantes.
«Se están poniendo en contacto con nosotros muchos propietarios que antes alquilaban rápidamente y ahora recurren a este sistema para ver si le dan salida a los pisos», afirma Lina Jiménez, persona encargada del servicio de alojamiento de la Universidad de Málaga (UMA). Actualmente están registradas en torno a 1.500 viviendas -entre las que buscan inquilino y las que ya lo han encontrado- y sólo 375 estudiantes, que desde mayo hasta agosto han recurrido a esta vía para encontrar un sitio donde vivir durante el curso.
El número de pisos en sumarse a esta bolsa aumenta por momentos y más ahora que el inicio del curso académico es inminente. «Están entrando muchísimos, cuando hace sólo unos años éramos nosotros los que teníamos que buscar personas dispuestas a alquilar», agrega Jiménez. Sin embargo, el servicio de alojamiento de la UMA no sólo recibe llamadas de nuevos caseros, sino también de antiguos que deciden rebajar el precio.
En este sentido, la zona de El Ejido es la más perjudicada. El traslado a Teatinos de las escuelas universitarias de Industriales, Politécnica y Empresariales lleva consigo el desplazamiento de más de 5.000 estudiantes. Un vacío imposible de llenar por el apenas medio millar de alumnos de Bellas Artes y Arquitectura que este curso hacen el camino inverso. Este éxodo del campus con más historia de la UMA ha hecho que los alquileres de los pisos próximos al lugar se hayan abaratado hasta un 15%.
Así, si un apartamento en las calles colindantes a El Ejido antes costaba una media de 600 euros, ahora sale entre 100 y 50 euros más barato. Si bien, todo depende del número de habitaciones que tenga y de las condiciones en las que se encuentre. Por ejemplo, Cintia pide 700 euros por un apartamento de 90 metros cuadrados, con tres dormitorios y totalmente equipado en la barriada de La Victoria, a menos de cinco minutos de este campus. El curso pasado lo ocupaban dos estudiantes de Empresariales y su marcha hacia Teatinos ha cambiado la suerte de esta propietaria.
Caseros con problemas
«Otros años por estas fechas me habían preguntado un montón de estudiantes, pero por ahora no nos ha llamado ninguno», comenta Cintia, quien ha empapelado las calles y plazas cercanas a El Ejido con decenas de anuncios. «He rebajado 20 euros al mes, pero si a mediados de septiembre no lo alquilo tendré que bajarlo más», agrega. Si bien, hay quien considera que el mercado del alquiler de esta zona no sólo se nutre de universitarios. «Hay menos demanda de estudiantes, pero mucha gente alquila aquí porque está cerca del Centro o del Conservatorio», declara Ana Belén Herruso, de Rentacasa.
Los caseros con menos problemas son los de Teatinos. Una zona en la que los precios han descendido entre un 5 y un 10%, costando entre 600 y 800 euros al mes según el número de habitaciones. No obstante, lo normal sería que el aumento de los universitarios que buscan piso en esta zona los hubiese puesto por las nubes. «Creemos que puede deberse a la desconfianza de algunos propietarios que prefieren bajar el alquiler para elegir a los inquilinos o mantener a los de cursos anteriores», valora Francisco González, de Inmocasa.
Encontrar un compañero de piso con el que repartir los gastos tampoco es difícil en los alrededores del campus de Teatinos. Antonio Sánchez, estudiante de Informática, buscaba alguien para cubrir una habitación en un apartamento situado en El Cónsul, donde vive con un alumno de Telecomunicaciones. «Encontrar un nuevo compañero ha sido fácil, pusimos el cartel y a los dos días ya lo teníamos», cuenta Antonio, quien gasta 195 euros mensuales en su alojamiento.
La habitación de al lado de Antonio la ocupará este curso uno de los alumnos que estrenarán el nuevo edificio de la Escuela Universitaria de Empresariales, antes ubicado en El Ejido. Como él, otros muchos estudiantes se han convertido este curso en un ir y venir de inquilinos que han trastocado un mercado del alquiler cada vez más extenso.

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