martes, 22 de septiembre de 2009

MALAGA. Una mirada a un pasado que todavía no es tan lejano. (LAOPINION)

Miguel Ferrary

No hace demasiado tiempo, la calle Larios se convertía en un lugar inhóspito en cuanto la última tienda echaba el cierre. Era cuando las calles Strachan y Bolsa tenían tráfico (¿se acuerdan?, con esa acera reducida a la mínima expresión) y Larios sólo tenía un carril de circulación, ya que otro era usado para aparcar y el tercero era una perenne doble fila que lo hacía intransitable.


En aquellos años la acera se convertía en una verdadera pista de patinaje cuando llovía, aunque en eso no hemos cambiado demasiado. Pero era una época de andar rápido a partir de las nueve de la noche y dejar el paseo para zonas más acogedoras.


Lo que son las cosas, la peatonalización de las calles y los negocios de hostelería (hay que reconocer que su presencia dan confianza al paseante) se han convertido en los motores de un cambio en el Centro. Se puede pasear casi a cualquier hora. Al menos por las principales calles. Sigue habiendo una serie de vías de Primera División y otras de Segunda División, si no Tercera o Regional.


El efecto calle Larios, tan comentado y que ha servido para poner tantas medallas, ha sido beneficioso para que la ciudad descubra el Centro Histórico por la noche. Pero queda mucho por hacer entre Larios y el cauce del río, la gran cuenta pendiente. La ciudad tiene en marcha planes de reforma en diversas zonas, como los entornos de Beatas, de Pozos Dulces y de Ollerías. Sin embargo, sigue faltando una remodelación de Especerías y Cisneros, San Juan, Camas, Nueva, Olózaga, Sagasta... La lista sigue, pero que sean los próceres municipales los que la completen con inversiones. Pero que la completen alguna vez, que no estaría mal pasear orgulloso también por otras partes del Centro.

La vocación marítima de Málaga siempre ha tenido un fiel reflejo en la pintura. No sólo por la afición del malagueño por tener cuadros de ambiente marinero, sino porque la ciudad sirve en numerosas ocasiones de inspiración para esos pintores que buscan retratar el salitre y el aroma marítimo de la ciudad.


Francisco Ojeda es uno de estos pintores, que además dispone de una amplia formación náutica que se aprecia en el detallismo y cuidado con el que pinta los barcos. Una parte de la obra de este malagueño se dará a conocer en la exposición que se inaugura mañana con el título ´Mirando al mar´ y que será visitable en el Hospital Noble.
El acto de inauguración de la muestra será a las 18.00 horas en este edificio municipal de la plaza del General Torrijos y contará con la presencia del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y del propio autor. Una buena ocasión para respirar un poco de brisa marina a través de los óleos de Francisco Ojeda.


Por cierto, que además de pintor también ha demostrado su pericia en el siempre complicado mundo de la literatura con dos novelas: ´Xabier el navarro´ y ´Balbo de Gades´.

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