12.10.2009 -
La promoción, de la constructora Aifos, está ubicada junto al colegio Añoreta de Rincón de la Victoria. /E. G.
Pablo Iglesias compró un piso en la zona de Añoreta, en Rincón de la Victoria, en 2002. La promotora Aifos se lo vendió por 120.000 euros. Tras varios años de espera, la promoción no se llegó a construir debido a problemas con la licencia de obra. Tras dos años de juicios por lo civil y por lo penal, él y otros muchos afectados, lograron que la empresa les permutara las viviendas por otros pisos que estaban construyendo a sólo unos 800 metros, junto al campo de golf.
En esta misma situación se encuentra la mayoría del centenar de propietarios de la urbanización Parador de Añoreta cuya obra comenzó en 2005. Ahora, cuatro años después, las viviendas ya están acabadas, y sólo están pendientes de la instalación de un centro de transformación para el suministro eléctrico. Una vez resuelta esta carencia el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria estará en disposición de dar el visto bueno a las licencias de primera ocupación.
Sorpresa
«El problema es que la promotora se declaró en julio en suspensión de pagos y nos hemos encontrado con que la empresa rehipotecó las viviendas sin comunicárnoslo, y ahora el banco nos exige unos 45.000 euros más de media sobre el precio de compra», explica Iglesias. Se trata de pisos de tres y cuatro dormitorios de entre 70 y 90 metros cuadrados. Los afectados se sorprendieron con la noticia cuando recibieron una carta para que aceptaran la carga añadida de los inmuebles. «Pedimos la nota simple de los pisos y las cifras varían según el piso», apunta Pablo Iglesias.
El centenar de propietarios ha creado una Plataforma de Afectados del Parador de Añoreta para exigir que les entreguen sus pisos sin cargas adicionales a las que firmaron en el momento de la compra.
Hace una semana miembros de la plataforma se reunieron con los administradores concursales que se han nombrado para resolver las deudas de la promotora, y con el presidente de la Audiencia Provincial. «El encuentro fue muy positivo y se han comprometido a dar prioridad a solucionar este problema», explica Luis Ortiz, miembro del colectivo.
Alquiler
La promotora tenía previsto entregar las viviendas en 2007. En estos dos años la mayoría de los propietarios han tenido que vivir de alquiler o en casa de algún familiar. «Yo estoy viviendo en Málaga de alquiler y la hipoteca de mi piso ha pasado de 125.000 a 193.000 euros», indica Ortiz, quien afirma que se trata de un gasto insostenible.
La plataforma confía en conseguir en breve el visto bueno de Industria para instalar el centro de transformación pendiente. «Esperamos que no se demore y podamos obtener rápidamente la licencia de primera ocupación del Ayuntamiento», asegura. De esta forma, podrán por fin firmar sus hipotecas y estrenar sus pisos.
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