La distinción resuelve un expediente iniciado en 1987 que incluye un perímetro de conservación alrededor del edificio municipal. La Junta de Andalucía otorga la máxima protección a la sede del centro de arte.
Quien se acerque un lunes no festivo por el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga) y se encuentre con sus puertas cerradas, al menos tendrá el consuelo de poder apreciar desde fuera un monumento. Es la categoría con la que ayer quedó inscrito el edificio en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
Se trata del máximo grado de protección que puede recibir un inmueble incluido en este listado, como ayer explicaba el delegado provincial de Cultura Manuel García. Con esta resolución, la Junta resuelve un expediente que empezó a tramitarse en 1987 y que establece un perímetro de conservación alrededor del recinto proyectado por Luis de Soto en 1939 e inaugurado en 1942.
Según la nota difundida ayer por el Gobierno andaluz, esa zona de protección incluye «las parcelas, inmuebles y espacios públicos y privados de la Avenida Comandante Benítez y las calles Navalón y Alemania», en cuya intersección se erige el centro expositivo de titularidad municipal.
Visto bueno necesario
En cuanto a las modificaciones que se pudieran realizar en el edificio, el delegado provincial de Cultura aclaró que cualquier actuación deberá contar antes con el visto bueno de la Comisión General de Patrimonio, un requisito necesario desde que se comenzó a tramitar el expediente hace ahora 23 años. De este modo, la ampliación del centro diseñada por el arquitecto Rafael Moneo -que va camino de cumplir cinco años en el dique seco- también necesitaría el beneplácito de esta comisión.
Curiosamente, el propio Rafael Moneo ya realizó una propuesta de reforma del edificio en 1984, como recoge la 'Guía artística de Málaga y su provincia' firmada por Rosario Camacho e Isidoro Coloma. El mismo volumen recuerda que la rehabilitación se acometió al final en 1999, con diseño de Miguel Ángel Díaz Romero.
Así, la sede del CAC Málaga se presenta como «el edificio más representativo de la arquitectura racionalista de la ciudad», en palabras de los especialistas. Asimismo, entre las características del nuevo monumento destacan su planta trapezoidal, sus líneas rectas y sus volúmenes cúbicos repartidos en sus 2.400 metros cuadrados.
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