miércoles, 10 de febrero de 2010

MARBELLA La Junta amarra la inversión privada para la ampliación del puerto de La Bajadilla. (SUR)

Obras Públicas aborda con la Confederación de Empresarios el interés por el proyecto, que se licitará de manera inminente.

La Junta quiere tenerlo todo atado para que la ampliación de Marina-La Bajadilla llegue, nunca mejor dicho, a buen puerto. La Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA), dependiente de la Consejería de Obras Públicas, está manteniendo reuniones en el marco de la comisión bilateral que integra junto a la Confederación de Empresarios de Andalucía para amarrar la presencia del sector privado en una de las obras de mayor envergadura de su hoja de ruta. El objetivo es asegurar que el recrecimiento del recinto náutico, presupuestado en 52 millones de euros y que permitirá sumar 452 atraques a los 270 amarres actuales, no sufra las consecuencias de la actual crisis económica, que está dejando en el aire decenas de proyectos que salen a concurso bajo la fórmula de concesión administrativa. Esto es, una empresa se hace cargo de la obra a cambio de la explotación del servicio durante un periodo de tiempo fijado de antemano.

«Lo estamos tratando dentro de la comisión bilateral, donde se analizan todas las inversiones en colaboración pública y fijada, para asegurarnos de que va a haber concurrencia del sector privado», señalaron a este periódico fuentes del Gobierno andaluz. En este caso, no parece que el proyecto vaya a hacer aguas por la crisis. «En Marbella hay interés, no parece que vaya a ser difícil», indicaron. Tanto, que la licitación de la construcción y explotación de la ampliación de La Bajadilla se anuncia como «inminente».

Margen de maniobra
Será sólo el primer paso de una burocracia a la que le quedarán varios peldaños más. Cuando se conozca el nombre de empresa adjudicataria, ésta tendrá que encargarse de elaborar el proyecto constructivo, que ampliará al detalle el básico dibujado por la Junta. Dentro de unos límites, la empresa tendrá un amplio margen de maniobra, también para incluir la ansiada llegada de cruceros al puerto de Marina-La Bajadilla. «Deberá ser capaz de garantizar el calado y un servicio en tierra para los cruceristas» advirtieron las mismas fuentes.

Eso siempre que no se arrincone al sector pesquero, «que genera empleo estable», o al de recreo. «Si son capaces de meter barcos mayores a los de 90 metros sin que afecte a estos dos aspectos, no nos vamos a oponer», apuntaron. Este ha sido durante meses el gran punto de fricción entre el Gobierno andaluz y el Ayuntamiento. Para el primero, las embarcaciones de estas dimensiones son minicruceros; para el segundo, megayates, lo que daría al traste con una de las grandes aspiraciones del sector turístico y comercial. De momento, lo único garantizado es que este año se dará un impulso definitivo al proyecto. Los presupuestos de la Junta para 2010 incluyen un millón y medio de euros para el 'papeleo' derivado de la licitación: estudios complementarios, anuncios o permisos.

A esta primera ampliación le dará el relevo una segunda para la que todavía no hay fecha. Desde la Agencia Pública de Puertos de Andalucía trabajan en un recrecimiento hacia poniente, en unos 400 metros lineales de la costa. Tanto los empresarios como el Ayuntamiento siempre han reclamado que se aborde la ampliación de una tacada para evitar que la segunda fase caiga en el olvido. La petición cayó en saco roto. El Gobierno andaluz prefiere ir paso a paso; al ritmo pausado que impone la burocracia.

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