M. FERRARY La veintena de ficus nítida que pueblan la Alameda se enfrentarán en unos meses a un importante reto para su supervivencia, como es la construcción del túnel del metro. Al menos en teoría, ya que esta especie tiene una característica que juega a su favor: las raíces se extienden horizontalmente y son poco profundas. Este hecho reducirá de forma sensible los posibles daños que sufran los ejemplares de la Alameda. El sistema de construcción del túnel, mediante muros-pantalla, asegura que la afección a las raíces sea mínima, como también lo será el efecto de éstas en la estructura, ya que suelen levantar con cierta facilidad el pavimento más superficial.
No obstante, el proyecto del metro contempla sustituir la actual tierra que hay en la Alameda por una de mayor riqueza para reforzar a los ejemplares situados en el lateral norte y que se verán afectados por los trabajos.
Queda por ver el futuro de los dos ejemplares que se encuentran en mal estado y que, en uno de los casos, corre el riesgo de partirse. Aunque el Ayuntamiento no plantea su sustitución, las obras del metro aconsejan estudiar su destino.
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