La nueva terminal está pensada para aprovechar el buen clima de Málaga.
El autor destaca que se han puesto en práctica novedosas técnicas de climatización y de ahorro de energía mediante el uso de la luz natural
21.03.2010 -
El cielo bajo el que creció Picasso iluminó su paleta y le dio la tonalidad a muchas de sus obras. El mismo cielo, la famosa luz de Málaga, muy cerca de la terminal que lleva su nombre, es la protagonista en el diseño de la T3 del aeropuerto, que esta semana ha comenzado a operar con total normalidad. Así lo explica su autor, el arquitecto Bruce Fairbanks, nacido en Siracusa, en el estado de Nueva York (EE.UU.) hace 47 años. Vino a España hace ya dos décadas por una oportunidad de trabajo y, como él dice en un castellano impecable, «una cosa llevó a la otra»: fundó su despacho, GOP Oficina de Proyectos, en Madrid; se casó con una española, también arquitecta, y ha abordado infraestructuras aeroportuarias importantes como las torres de control de los aeropuertos de Madrid-Barajas (1997), Málaga (2001) y Barcelona (2004). El despacho ha extendido sus fronteras, con una delegación en Abu Dhabi, y tienen en marcha cinco torres de control en Argelia y el edificio terminal del aeropuerto de Sharm el Sheik en Egipto. En las siguientes líneas Fairbanks desgrana las claves de la infraestructura que permitirá el desarrollo de la provincia y de Andalucía en las próximas décadas.
-La luz natural llena cada espacio de la terminal ¿Qué papel ha desempeñado en el proyecto?
-Tuvimos la idea desde el principio: hacer un espacio exterior, cubierto, para aprovechar el buen clima de Málaga. Es el espacio que hemos diseñado a nivel de llegadas, la plaza con el intercambiador de transporte que llamamos el atrio. Como es un aeropuerto turístico era necesario un intercambio fluido con el coche, el bus, el taxi, el tren en un futuro y la pasarela que conecta con los aparcamientos, sin necesidad de cruzar viales. Esta es una gran parte del proyecto.
-¿Qué otros elementos destacan en su diseño?
-La gran cubierta compuesta por cúpulas que cubre las áreas de facturación, el vial de salidas y la plaza de llegadas, estas dos últimas al exterior. También hemos dedicado especial atención al muro cortina que hemos diseñado, que sale de la cubierta y cubre el 'hall' de facturación. Hemos intentado ganar la máxima transparencia para darle la continuidad a los espacios, esto es, traer el exterior al interior de la terminal. Y permite que entre una gran cantidad de luz, con un sistema de última tecnología, de cables tensados, que reduce mucho la cantidad de estructura necesaria para resistir la fuerza del viento, es como una piel flexible. Desde la plaza de llegadas hasta la cubierta hay 30m de altura libre. Si contamos las cúpulas serían unos 36 metros de altura total. Dentro del hall de facturación, por encima del nivel de salidas hay cuatro niveles; el primero esta dedicado a la restauración y salas VIP y los tres siguientes son de oficinas.
-Uno de los principales retos era la climatización y la reducción del consumo energético, en una zona especialmente cálida en verano como Málaga. ¿Cómo se ha conseguido?
-La pieza más importante del edificio es la cubierta, que recibe el sol todo el día. Se ha utilizado un buen aislamiento, protegido de la insolación. Las cúpulas de zinc están ventiladas y permiten que no haya ganancia de calor en el interior. En el dique, las fachadas sur y oeste están protegidas por un sistema de lamas fijas para que no reciba una insolación directa, mientras que en la parte de oficinas se ha hecho una doble fachada, como una segunda piel, de forma que entre las dos existe una gran cámara ventilada. En consumo energético la luz es muy importante, y por eso intentamos utilizar al máximo la luz natural mediante el muro cortina de cristal, para reducir la necesidad de iluminación artificial.
-El muro cortina de cristal también es resistente al calor.
-El vidrio tiene un tratamiento de protección solar para mejorar su rendimiento, que no deja pasar la radiación pero sí la luminosidad. Se ha progresado mucho, los vidrios tienen capas de filtro para permitir la máxima ganancia de luminosidad y una imagen estética para que no se vea tintado, sino que a la vista parece normal. Es un mundo aparte y un campo siempre en avance.
-Qué sistema de climatización se ha empleado?
-Se trata de aire por desplazamiento, aire frío que sale a la altura del suelo y que se calienta cuando asciende, de manera que sólo climatiza la altura donde está el pasajero. Los motores de refrigeración son enfriadores adiabáticos, de nueva generación, que aparecieron hace cuatro años. Son más eficientes que las torres de refrigeración normales y evitan la legionella.
-¿Qué supone una terminal como esta para Málaga?
-Supone tener una terminal de gran capacidad, que permite hasta 30 millones de pasajeros. Es una gran infraestructura para Málaga y para toda Andalucía. La terminal ha sido muy bien recibida. Por lo que he visto los malagueños están muy contentos, lo que me alegra mucho. El lunes fue un gran día para todos.
-¿Cómo lo ha afrontado usted a nivel profesional?
-Ha sido un honor tener la oportunidad de proyectar esta obra en Málaga. Como en todos los proyectos, lo hemos hecho con muchas ganas e ilusión. En este caso debido al singularidad de la obra llevamos muchos años dedicado a él. Dentro de la arquitectura aeroportuaria, y después de haber construido varias torres de control, es el primer edificio terminal grande que hemos hecho en nuestra oficina, era un reto. Hemos trabajado con mucho esfuerzo e ilusión en él y nos sentimos satisfechos con el trabajo hecho, esperamos que la ciudad y los usuarios lo disfruten.
-Y ello a pesar de que ha sido una obra muy compleja, por las restricciones de espacio.
-Las grandes estructuras como esta tienen dos momentos: uno, proyectarla, hacer los cálculos; y otro ver cómo se puede construir con el máximo nivel de seguridad. Lo más espectacular de la obra ha sido construir los árboles, los brazos de la cubierta en el suelo, y utilizar los propios pilares para elevarlo con gatos hidráulicos y desplazarlos hasta su posición. Asimismo, las cúpulas, en módulos de 18 metros cuadrados, fue construida en el suelo y elevada hasta su posición para evitar trabajos en altura y permitir un mayor seguridad. La utilización de grúas era muy complicada porque la altura estaba muy acotada por la torre de control. El proyecto se dividió en dos fases: los aparcamientos y accesos provisionales y la estación de autobuses en el sótano; y luego otra parte en la que se construyó encima. La operatividad durante las obras fue muy compleja, la hemos sufrido todos, trabajadores y usuarios, con desvíos y la circulación que cambiaba cada dos por tres. El condicionante del aeropuerto es muy claro, limitado por la terminal Picasso, la pista y el ferrocarril, es una zona urbana muy reducida para una obra de este calibre. En Málaga se estaba haciendo un aeropuerto dentro de otro y sin dejar de operar, ha sido un gran logro.
-¿Qué proyectos está desarrollando en estos momentos?
-Hemos tenido la suerte de salir al exterior. Tenemos una oficina en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) y estamos haciendo el diseño del edificio terminal del aeropuerto de Sharm el Sheik en Egipto, un gran destino turístico y en este sentido es parecido al aeropuerto de Málaga, pero este está muy asentado como destino y por eso tenía otras necesidades, sobre todo de transporte. También hemos hecho cinco torres de control en Argelia.
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