jueves, 16 de septiembre de 2010

Dos proyectos y un barrio que busca su modelo (La Opinión)

El apoyo de las administraciones al proyecto del Soho ha puesto de relieve una extraña dualidad


MIGUEL FERRARY No me entero. Lo siento, pero no logro encajar las piezas. Algo se me escapa y no sé qué es. Desde hace unos meses estoy leyendo artículos sobre un proyecto ciudadano para renovar el llamado Ensanche del Centro, que es la zona comprendida entre la Alameda Principal y el Muelle de Heredia. La idea es muy buena, el origen ciudadano y el apoyo de las administraciones, fundamental para conseguir que llegue a buen puerto.
El sugerente nombre de Soho, en imitación de los barrios más cool, como dirían los cursis, de Londres y Nueva York, nos invita a soñar en un barrio creativo, moderno, culto y abierto a la ciudad y a los turistas.
Todo muy bien y muy bonito. Fantástico. Pero empiezo a buscar más referencias sobre el tema y me encuentro que hay dos asociaciones, con proyectos similares y con distinta autoría. Y eso despista. Sergio García y Aurora de la Rosa aparecen como los principales valedores de ambas posturas, que no es que sean proyectos irreconciliables, al contrario, son iguales. ¿Dónde deja esta bicefalia el proyecto del Soho?
Lamentablemente sólo el tiempo dará la respuesta a esta pregunta. Pero por la experiencia en otros proyectos que se han llevado a cabo, se corre el riesgo de convertir el Soho en un campo de batalla de egos. No sé quien tuvo la primera idea o la mejor. No sé si alguien se puede llevar todo el mérito o sólo una parte. No sé si hay intereses ocultos en alguna de las propuestas. En cambio, sí sé que las buenas ideas, que enciman logran un apoyo mayoritario, no abundan y hace falta muy poco para cargársela. Será mejor que el Soho aclare su futuro.

Solares vacíos

La existencia de solares vacíos y mal cuidados es una de las habituales críticas que aparecen, con cierta frecuencia, cuando se habla del estado del Centro Histórico. Sin embargo, este problema no es patrimonio exclusivo de la zona antigua de Málaga. También en los barrios se encuentran parcelas sucias, llenas de matojos y como un foco de una fauna poco recomendable. Es más, en los barrios esta situación es hasta más grave, ya que el Centro es escaparate de la ciudad y está más cuidado. Sin embargo, una de estas parcelas en un barrio alejado es como quien mete el polvo bajo la alfombra, no se ve tanto, pero está igualmente sucio.
Esto ocurre en la parcela que ocupa los números 148 y 150 de la avenida José Calderón, en Campanillas. Este terreno está lleno de matojos secos, un combustible muy peligroso en caso de que salte cualquier mínima chispa. Pero es que hay también una buena representación de basura variada, incluido un sillón que alguien ha dejado abandonado y con pinta poco recomendable.
Es cierto que la limpieza de este espacio corresponde al propietario del suelo, así como su vallado para evitar accidentes y conservarlo en buen estado. Si no cumple con su responsabilidad de mantener el suelo, por los motivos que sean, es el Ayuntamiento quien debe tomar la iniciativa. Una vez limpiado, le pasará la factura al propietario, pero al menos se eliminará esa imagen de abandono y dejadez.

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