23.10.10 - 01:52 -
JESÚS HINOJOSA jhinojosa@diariosur.es | MÁLAGA.
Una carretera por la que pasan más de doscientos camiones de recogida de basuras al día, una subestación eléctrica de más de tres mil metros cuadrados y las cocheras y talleres de los vagones del metro. Un terreno rodeado por todas estas infraestructuras resulta a primera vista el menos idóneo para construir viviendas, pero todavía se presenta como más nocivo si lo que se desea instalar es un centro sanitario. Pues bien, estas condiciones son las que reúnen los suelos que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) reserva para el macrohospital proyectado por la Junta de Andalucía para unificar los cuatro pabellones de Carlos Haya, incluidos el Hospital Civil y el Materno. Se trata de un total de 254.453 metros cuadrados enclavados en lo que hoy son las viviendas sociales de Los Asperones y los desguaces de vehículos que existen junto a ellas.
El inicio de las obras del macrohospital es todavía una incógnita, ya que la Consejería de Salud no ha cerrado el proyecto. El único paso dado hasta ahora es que ha sacado a concurso la redacción del diseño del Instituto de Biomedicina que irá junto al futuro complejo sanitario.
En cambio, los otros elementos que rodearán al macrohospital están bastante avanzados en su ejecución. La parcela hospitalaria estará limitada al oeste por las cocheras del metro, ya levantadas, que serán la trastienda del funcionamiento de esta importante infraestructura urbana. Aunque se trata de naves cerradas, fuentes consultadas por este periódico reconocieron que serán una fuente de ruido permanente que sobre todo se producirá a altas horas de la noche, ya que el mantenimiento de los vagones del suburbano se hará sobre todo de madrugada.
Además, el entrar y salir de convoyes será constante durante todo el día a estas naves, que también podrán emitir malos olores por la generación de residuos contaminantes. Aunque las cocheras del metro dispondrán en su interior de una pequeña planta de tratamiento y reciclaje de residuos, la manipulación de aceites, lubricantes, líquidos de freno y baterías puede generar una cierta contaminación en forma de olores que serán perceptibles en el entorno más inmediato, es decir, en las habitaciones del futuro macroproyecto hospitalario.
Por el norte también habrá otra instalación de la que hasta el momento no se ha hablado demasiado pero que también resulta cuanto menos llamativa para un lugar en el que se va a insertar un centro de atención sanitaria. Se trata de una parcela en la que el PGOU prevé la construcción de una subestación eléctrica. Según recoge el documento del Plan General, la reserva para esta subestación, instalación siempre denostada por los vecinos al atribuirle efectos dañinos por sus campos electromagnéticos, es obligada para el Ayuntamiento por las disposiciones del plan urbanístico metropolitano elaborado por la propia Junta.
El otro elemento en discordia con la implantación del macrohospital en Los Asperones es, como ya adelantó este periódico (ver SUR 16/4/2010), la realización de la nueva sede central de Limasa en una parcela situada al norte de los suelos, junto a la carretera que conduce al vertedero de Los Ruices. El Consistorio ha improvisado sobre la marcha un cambio en este proyecto para colocar las oficinas de la empresa de limpieza en la parte más cercana al futuro hospital y más al norte lo que serán talleres y aparcamientos para sus vehículos de recogida de basuras. Junto a ellos también se trasladarán los desguaces de coches de la zona.
Acceso a Los Ruices
No obstante, el transitar de camiones de Limasa por la citada carretera, único acceso hacia Los Ruices, será constante, con lo que ello puede comportar de ruidos y contaminación a escasos metros de las habitaciones de los pacientes. La obra de la nueva sede central de Limasa está ya muy avanzada. La estructura de los edificios de oficinas está levantada y también se realiza la preparación del terreno para el aparcamiento de los camiones. La intención de sus responsables es poder trasladarse a este lugar para el primer trimestre del año próximo, dejando libres las actuales instalaciones en La Térmica para la construcción de unas trescientas viviendas y la prolongación de una avenida. El PGOU indica la conveniencia de rodear las nuevas propiedades de Limasa con vegetación para minimizar su impacto en el lugar.
De todos estos males adolece el suelo previsto por la Junta y el Ayuntamiento para la actuación del macrohospital, un proyecto igualmente condicionado por la lenta salida de las familias que habitan las casas sociales de Los Asperones. Según los datos facilitados a principios de este mes, en tres años de desarrollo del plan acordado por ambas administraciones para realojar a estas familias en otras viviendas repartidas por la capital y la provincia, sólo ocho han abandonado esta barriada marginal, en la que todavía residen casi doscientas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario