sábado, 22 de enero de 2011

MALAGA. No podían haber hablado antes del Guadalmedina. (LAOPINION)

Algún tipo de tara estructural impide a los políticos debatir con seriedad sobre el río.


ALFONSO VÁZQUEZ El único parecido que nuestro reseco río Guadalmedina guarda con el Guadiana es la capacidad que tiene para aparecer cuando nadie se lo espera. Tiempo han tenido nuestros políticos para hablar con seriedad de este río que nos convierte en una Al Capone urbana, por eso de la famosa cicatriz del cauce. Pero mira por donde, justo ahora es cuando los ojos del Guadalmedina nos lo devuelven a escena.
El problema es que no es la primera vez que nos vienen con estas triquiñuelas. En tiempos de la ministra Celia Villalobos, nuestra exalcaldesa presentó, en vísperas de unas elecciones nacionales, un proyecto rompedor sobre el río sin respaldo económico detrás, acompañado por un responsable de la antigua Confederación de infausto recuerdo. Eso sí, hay que reconocer que los dibujos eran preciosos.
Emociona también ver estos días la contrapropuesta socialista, que ha echado mano del cauce idílico de una ciudad mexicana para mostrar a los malagueños de lo que es capaz este partido.
Siempre moviéndonos en el terreno de la virtualidad, que es el mejor de los terrenos porque no se gasta dinero y la gente pica y se ilusiona, el alcalde habló en un primer momento de embovedar el río, pero luego, para no añadir inquietud a una parte del electorado, reticente a una explanada con macetones, ha ofrecido un referéndum, consciente de que los malagueños elegirán la mejor solución técnica.
Haendel, el músico alemán recriado en Inglaterra, compuso la Música para los Reales Fuegos de Artificio. Esta es la composición que debería sonar en el cauce del río todo el santo día. Sería además la solución más barata. Sin ir más lejos, en el Parque del Oeste, cuando pasas bajo un puente, se activa la Música Acuática del mismo genio.
Fuegos de artificio son al fin y al cabo estas florituras pre-electorales, que no pueden llegar en un momento más absurdo, en mitad de una crisis económica internacional especialmente sangrante en España.
Si los políticos quieren hablar del Guadalmedina, serían más creíbles si contaran con dinero y si no estuvieran a las puertas de unas elecciones. No es la primera vez que nos venden humo y ya se sabe, está prohibido fumar casi en cualquier sitio. Más respeto para los votantes.

jardines

Si ustedes pasean por la plaza del Niño de las Moras, se encontrarán, aunque no vayan con ese propósito, con el magnífico busto del Niño de las Moras, inaugurado en 1976.
La escultura de este afable y veterano cantaor ya sufrió hace unos años un intento de robo. De hecho, de intento nada: fue robado y lo rescataron a punto de perecer en una fundición, según relata un miembro de la asociación de vecinos del Palo.
El estrés que ha experimentado la estatua o más bien el paso del tiempo puede verse en la actualidad de este busto: el alero posterior del sombrero de este flamenco se ha resquebrajado y cualquier día el Niño de las Moras aparece tocado por una gorra de beisbol. Que algo tan horrendo no lo vean los siglos.

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