Los datos de hipotecas conocidas estos días nos devuelven en Málaga a cifras de mercado tan bajas que nos retrotraen al año 2000. Han sido menos de 23.000 las concedidas el pasado año en la provincia, una cifra que no estaría mal si no fuera porque el sector inmobiliario sigue asfixiado por ese tapón de entre 20.000 y 50.000 pisos acabados y sin vender que no consigue colocar ni en pintura. Son tiempos raros; los pisos no se venden y las ayudas de la Junta al fomento del alquiler siguen sin ser pagadas.
Unos 13 millones es lo que el Gobierno andaluz adeuda en Málaga a agencias, propietarios e inquilinos que se acogieron desde 2005 a un programa que pretendía estimular el alquiler en una época en la todo el mundo se hipotecaba al precio que fuera. Lo permitían esas mismas entidades que ahora te piden la sangre para un mísero crédito.
El sí de Herrero. La semana pasada el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Santiago Herrero, anunció que aceptaba la vicepresidencia de la CEOE que le fue ofrecida en diciembre por el nuevo presidente de la patronal, Joan Rosell. A Herrero y su círculo se le nota todavía algo dolido por cómo salieron las cosas en las elecciones, ya que tras su pacto con Jesús Banegas las cuentas parecían salirle para imponerse a Rosell. Sin embargo, un inesperado pacto Madrid–Barcelona (el catalán Rosell recibió el apoyo de Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña) removió muchos apoyos recolectados por Herrero y dio al traste con sus aspiraciones.
El propio Herrero recordó en el acto de la asamblea en que anunciaba su sí a la vicepresidencia de la CEOE que hubo «situaciones políticas, financieras y empresariales que hicieron cambiar la situación en los últimos días y con independencia de la valía personal de Rosell, es posible que alguien pensara en la influencia del resultado de la elección sobre una remodelación territorial de país». Bueno, pues aunque hubiera conchabeo en la CEOE, que lo hubo, Herrero ha hecho lo que tenía que hacer, y es asegurar que la CEA andaluza está debidamente representada en la nueva junta.
Adiós en la Cámara. El pleno de la Cámara de Comercio de Málaga recibió ayer de su comité ejecutivo la dimisión presentada el pasado lunes por el hasta ahora gerente, Andrés García, por «razones personales». Han sido nueve años los que ha estado García como gerente de la Cámara, siempre de la mano del presidente Jerónimo Pérez Casero. Se especula con un enfriamiento de la relación entre ambos y está por ver si la Cámara nombrará o no un sustituto, ya que no es obligatorio que ese cargo –con naturaleza de personal de confianza– esté ocupado. La complicada situación económica en la que han quedado las cámaras tras haber suprimido el Gobierno la obligatoriedad del pago de las cuotas por parte de los empresarios podría inclinar la balanza hacia esta opción.
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