Una costosa rehabilitación integral del inmueble y una primera reparación no han sido suficientes para poner fin a las goteras que se producen cada vez que llueve con cierta intensidad en el remozado mercado de Atarazanas, según denunciaron ayer algunos de los comerciantes afectados.
«Nunca ha dejado de haber goteras por casi todo el mercado. Cala incluso dentro de los puestos», fue la respuesta de David Ruiz, presidente de los empresarios de este recinto, al ser preguntado por esta cuestión. Según explica, el problema parece estar en las tejas. «Estuvieron más de un mes localizando goteras y supuestamente lo arreglaron, pero cada vez que llueve vuelve a caer». El portavoz del colectivo reconoció que la cantidad no es exagerada, pero llamó la atención sobre lo que ocurre en los puestos de los pescaderos, donde el agua rezuma y cae por el foco de la luz y cala a los vendedores.
La concejala de Comercio, Purificación Pineda, comentó que su departamento volverá hoy a inspeccionar el recinto y realizará un informe. «Los técnicos opinan que no son goteras, sino que en el punto donde se recoge el agua, entre las tres cubiertas, cuando llueve racheado el canalón no tiene suficiente capacidad y cala dentro, por lo que sería un problema de los desniveles de la estructura original del edificio», explicó.
Pineda se comprometió a buscar soluciones técnicas, y anunció que ya está en marcha el cambio de los paneles de los puestos que se han oxidado, y que se van a sustituir por otros de un material más resistente.
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