jueves, 28 de abril de 2011

Benalmádena exigirá el derribo de la residencia Marymar si se cambia su uso. Benalmádena (SUR)

El Ayuntamiento rechaza el cierre del centro y amenaza a Unicaja con revisar los acuerdos comerciales y económicos
28.04.2011 -
FRANCISCO JIMÉNEZ |
BENALMÁDENA.

La indecisión de Unicaja sobre el futuro de la residencia Marymar una vez cierre sus puertas el próximo 31 de mayo ha llevado al Ayuntamiento de Benalmádena a realizar una clara advertencia a la entidad financiera que gestiona este establecimiento desde 1981. Si el inmueble permaneciera cerrado de forma indefinida o reabriera con otro uso diferente a la atención de mayores, el Consistorio no sólo revisará sus acuerdos comerciales y económicos con la caja de ahorros, sino que exigirá a la Dirección General de Costas que ejecute la demolición del edificio por invadir el dominio público marítimo-terrestre, requerimiento que permanece en situación de 'impasse' desde hace años.
Así de contundente se muestra la Administración local en la moción institucional consensuada por todos los grupos de la Corporación que se será aprobada en el pleno de hoy. En esta declaración impulsada por el alcalde, Enrique Moya (PP), el Consistorio expresa su «rechazo total» a la clausura de la residencia después de tres décadas prestando «una ayuda importantísima» a mayores y a sus propias familias; además de solicitar a la Obra Social de Unicaja información sobre las medidas para reubicar a los ancianos así como sus planes para sus 45 empleados.
El propio regidor municipal califica de «incomprensible» el anuncio de cierre apenas unas semana después de haber visitado las reformas que se han realizado en estas dependencias en los últimos años «por fases sin afectar radicalmente a su capacidad y sin mermar su importante función social».
La misma posición mantiene el portavoz socialista y candidato a la Alcaldía, Javier Carnero, quien recuerda que «la función de una obra social es prestar este tipo de servicios». En este sentido, la alcaldable de IU, Elena Benítez, subraya que «este cierre es una consecuencia de la conversión de las cajas de ahorros en bancos», a la vez que incide en que al no darse fecha de reapertura «parece todavía más sospechosa la intención de Unicaja de no volver a abrir». Por su parte, el edil no adscrito y candidato por UCB, Francisco Salido, lamentó el trastorno psicológico que el cambio de residencia puede provocar en los mayores, aplaudiendo la moción institucional porque «impedirá la posibilidad de que detrás de esta operación pudiera darse un pelotazo urbanístico».
Unicaja justifica el cierre de las instalaciones por motivos de seguridad alegando que el edificio, construido a mediados de los 60, necesita una serie de reformas de gran envergadura. Sin embargo, antes de dar luz verde a las obras, la caja analizará su viabilidad una vez disponga del estudio técnico del inmueble. En cuanto a los mayores, garantiza que «nadie se va a quedar en la calle», aportando como alternativas los centros que la Obra Social posee en Ronda y Marmolejo (Jaén), así como ofreciéndose a contactar con las residencias privadas del entorno para facilitar el ingreso de los 62 mayores que aún quedan por reubicar.

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