La modificación del plan especial supone elevar la altura de los locales que irán en el muelle 1
Los operarios trabajaban ayer en la modificación de la altura de los locales del Paseo de la Farola . C. Criado
Sólo IU rechazó que se aprueben las obras una vez realizadas. El PP reconoció la anomalía pero la juzgó buena para la ciudad.
JAVIER GARCÍA RECIO Más de ocho meses después de que la promotora de las obras del puerto pusiera en marcha, sin permiso, una modificación del proyecto, el Ayuntamiento en pleno dio ayer su autorización.
El delegado de Urbanismo, Diego Maldonado, reconoció la irregularidad y admitió que «podríamos haber parado las obras hasta su aprobación, pero hubiese sido peor el remedio que la enfermedad pues hubiese significado un retraso para la ciudad».
Al respecto el concejal de IU, Eduardo Zorrilla, le recordó que la Gerencia de Urbanismo, «que vela por el cumplimiento de la legalidad urbanística, no permite que ningún particular ni ningún promotor inicie obras sin permiso, pero en este caso primero se ejecuta y luego se aprueba», para recordarle a continuación que «la mayoría absoluta del PP no le da derecho a subvertir el orden legal».
Con todo, la autorización para la modificación del plan del puerto salió adelante con el único rechazo de IU ya que el PSOE unió sus votos favorables a los del PP.
Vulnera el proyecto
Los socialistas se conformaron con una ligera regañina al alcalde y sus concejales por «las formas», ya que «vamos a convalidar una actuación ya realizada y esto no debe ocurrir». Ello no fue obstáculo, sin embargo, para que votaran a favor.
La única oposición contra esta actuación la esgrimió el grupo de IU. Eduardo Zorrilla señaló en su intervención que la modificación que se está realizando «vulnera el proyecto portuario consensuado en 2004 y supone la ruptura del consenso ciudadano alcanzado entonces».
A su juicio, detrás de esta modificación sólo están «los intereses comerciales de la promotora, que se han puesto por encima de los de la ciudad». Eso en cuanto al fondo del asunto, pues en cuanto a las formas volvió a airear la vulneración de la normativa y a señalar que «no es justificable legalmente hacer una actuación y luego legalizar la misma».
El delegado de Urbanismo si bien reconoció que se ha alterado la normativa, aseguró que «no ha habido ilegalidad» y defendió que las obras siguieran adelante pese a no contar con autorización, «por el bien de la ciudad».
Rechazó que todo se deba a intereses comerciales de la promotora al señalar que de los 56.320 metros cuadrados que tiene esta parte del plan del puerto, «sólo 14.000 tienen uso comercial».
Las modificaciones
La modificación del plan especial del puerto que ahora queda autorizada supone tres aspectos. De un lado, la eliminación del vial de servicio que discurre por la trasera de los nuevos locales, lo que permitirá ganar más espacio para uso ciudadanos y resuelve la carga y descarga por el frente; la segunda modificación es el incremento en 40 centímetros de la altura de los locales del muelle 1, lo que supone que el paseo de la Farola –que discurre sobre la cubierta de los establecimientos– se eleve levemente sobre la rasante actual de la calle, al discurrir a 7 metros de altura respecto del muelle, frente a los 6,50 metros proyectados. El tercer cambio es reordenar el viario y las superficies de estacionamiento bajo rasante, adaptando el documento urbanístico a las modificaciones realizadas.
El delegado de Urbanismo, Diego Maldonado, reconoció la irregularidad y admitió que «podríamos haber parado las obras hasta su aprobación, pero hubiese sido peor el remedio que la enfermedad pues hubiese significado un retraso para la ciudad».
Al respecto el concejal de IU, Eduardo Zorrilla, le recordó que la Gerencia de Urbanismo, «que vela por el cumplimiento de la legalidad urbanística, no permite que ningún particular ni ningún promotor inicie obras sin permiso, pero en este caso primero se ejecuta y luego se aprueba», para recordarle a continuación que «la mayoría absoluta del PP no le da derecho a subvertir el orden legal».
Con todo, la autorización para la modificación del plan del puerto salió adelante con el único rechazo de IU ya que el PSOE unió sus votos favorables a los del PP.
Vulnera el proyecto
Los socialistas se conformaron con una ligera regañina al alcalde y sus concejales por «las formas», ya que «vamos a convalidar una actuación ya realizada y esto no debe ocurrir». Ello no fue obstáculo, sin embargo, para que votaran a favor.
La única oposición contra esta actuación la esgrimió el grupo de IU. Eduardo Zorrilla señaló en su intervención que la modificación que se está realizando «vulnera el proyecto portuario consensuado en 2004 y supone la ruptura del consenso ciudadano alcanzado entonces».
A su juicio, detrás de esta modificación sólo están «los intereses comerciales de la promotora, que se han puesto por encima de los de la ciudad». Eso en cuanto al fondo del asunto, pues en cuanto a las formas volvió a airear la vulneración de la normativa y a señalar que «no es justificable legalmente hacer una actuación y luego legalizar la misma».
El delegado de Urbanismo si bien reconoció que se ha alterado la normativa, aseguró que «no ha habido ilegalidad» y defendió que las obras siguieran adelante pese a no contar con autorización, «por el bien de la ciudad».
Rechazó que todo se deba a intereses comerciales de la promotora al señalar que de los 56.320 metros cuadrados que tiene esta parte del plan del puerto, «sólo 14.000 tienen uso comercial».
Las modificaciones
La modificación del plan especial del puerto que ahora queda autorizada supone tres aspectos. De un lado, la eliminación del vial de servicio que discurre por la trasera de los nuevos locales, lo que permitirá ganar más espacio para uso ciudadanos y resuelve la carga y descarga por el frente; la segunda modificación es el incremento en 40 centímetros de la altura de los locales del muelle 1, lo que supone que el paseo de la Farola –que discurre sobre la cubierta de los establecimientos– se eleve levemente sobre la rasante actual de la calle, al discurrir a 7 metros de altura respecto del muelle, frente a los 6,50 metros proyectados. El tercer cambio es reordenar el viario y las superficies de estacionamiento bajo rasante, adaptando el documento urbanístico a las modificaciones realizadas.
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