La construcción está terminada y sólo está pendiente de calibrar los dispositivos de guía y señalización para que sea operativa
La nueva pista de vuelo está prácticamente terminada y a falta de calibrar los sistemas de navegación y guía, con la inauguración prevista en el primer trimestre de 2012. Arciniega
MIGUEL FERRARY MÁLAGA El aeropuerto de Málaga dispondrá de su segunda pista operativa para marzo de 2012, lo que le permitirá duplicar de forma efectiva su capacidad y asegurar el crecimiento futuro de estas instalaciones. Su construcción, con una inversión de unos 550 millones de euros, pondrá casi el punto final al Plan Málaga, que en diez años ha destinado 1.600 millones de euros en ampliar las instalaciones aeroportuarias.
La segunda pista está prácticamente terminada y sólo depende de calibrar los instrumentos para señalización y balizamiento, que permiten guiar a los aviones en las operaciones de despegue y aterrizaje. Los sistemas de navegación aérea y de ayuda en la aproximación, así como el sistema de luces, se encuentran adaptados a la nueva normativa nacional, que ha endurecido las exigencias de seguridad.
Las mediciones para obtener el calibrado de los dispositivos se realiza mediante un avión especialmente equipado para ajustar todo el sistema de guía de la pista.
Infraestructura
La entrada en servicio de la segunda pista permitirá diferenciar las operaciones de despegue y aterrizaje, de forma que, en función del viento, cada una se centre a un tipo de operaciones. Para ello, cuentan con calles para los aviones que conectan las actuales instalaciones con las nuevas.
La longitud de la pista es de 2.750 metros, a los que habría que sumar otros 340 metros adicionales como ayuda a la carrera de despegue y que permite que sea utilizada por los aviones de última generación, de más capacidad y peso. La anchura es de 45 metros, con siete metros en cada margen.
Junto a la pista principal, la obra también ha incluido una infraestructura de servicio como son cuatro calles de acceso y seis de salida a la pista y una calle de rodaje, paralela a la actual. También tiene capacidad para 27 aviones estacionados.
El director de la obra, Javier García Pérez, explicó que la pista cuenta con una capa de 32 centímetros de asfalto para soportar el peso de los aviones. Además, de una estación de bomberos propia, que entrará en servicio a la vez que la pista.
La construcción de esta infraestructura, que permitirá atender hasta 70 aviones a la hora frente a los 32 actuales, contó con dos dificultades principales. Por un lado, como señala García Pérez, se ha tenido que reducir el cauce del Guadalhorce en 70 metros, actuando en un tramo de 800 metros para compensar su capacidad de desagüe.
El segundo gran problema fue darle una solución a la línea del Cercanías que cruzaba el trazado de la pista. Para ello se construyó un túnel de 4,1 kilómetros bajo el Guadalhorce y la actual pista, utilizando un sistema mixto de muros pantalla y tuneladora, esta última para un tramo de 1,9 kilómetros bajo el río.
El subdelegado del Gobierno, Hilario López-Luna, que ayer visitó las obras, subrayó la importancia del aeropuerto para Málaga, ya que la mayor parte de los turistas llegan por esta infraestructura. «El aeropuerto genera más de 6.000 puestos de trabajo de forma directa, pero son muchos los indirectos y el empleo turístico, que depende del aeropuerto», recordó.
López-Luna adelantó que el nuevo acceso por el sur al aeropuerto desde la autovía del Mediterráneo se abrirá para comienzo del año próximo.
Certificado de calidad
La puesta en servicio de la segunda pista irá además acompañada de una profunda remodelación de la actual, que ha recibido una inversión de 11,6 millones de euros para renovar y mejorar sus instalaciones. Ambas actuaciones suponen que el campo de vuelo del aeropuerto de Málaga obtenga el certificado de calidad en seguridad operativa de Aviación Civil y que se convierta en el cuarto de España en obtenerlo.
Esta certificación de calidad sigue las exigencias del Real Decreto de 2009 que refuerza los requisitos obligatorios de seguridad aérea a nivel internacional. De hecho, la nueva pista se construyó siguiendo estas indicaciones, a la que se está adaptando la actual infraestructura.
Este proyecto de adaptación se inició en abril de este año y terminará en dos fases. La obra civil, a cargo de las empresas Assignia y EOC, se dará por completada a finales de este mes. Quedará la renovación de la señalización y balizas que guían las operaciones de vuelo, ejecutada por la empresa Cobra y que se dará por concluida el 30 de octubre. Estas últimas implican además un cambio en la denominación de las pistas, que debe ser informada a las compañías y operadores con 60 días de antelación.
La segunda pista está prácticamente terminada y sólo depende de calibrar los instrumentos para señalización y balizamiento, que permiten guiar a los aviones en las operaciones de despegue y aterrizaje. Los sistemas de navegación aérea y de ayuda en la aproximación, así como el sistema de luces, se encuentran adaptados a la nueva normativa nacional, que ha endurecido las exigencias de seguridad.
Las mediciones para obtener el calibrado de los dispositivos se realiza mediante un avión especialmente equipado para ajustar todo el sistema de guía de la pista.
Infraestructura
La entrada en servicio de la segunda pista permitirá diferenciar las operaciones de despegue y aterrizaje, de forma que, en función del viento, cada una se centre a un tipo de operaciones. Para ello, cuentan con calles para los aviones que conectan las actuales instalaciones con las nuevas.
La longitud de la pista es de 2.750 metros, a los que habría que sumar otros 340 metros adicionales como ayuda a la carrera de despegue y que permite que sea utilizada por los aviones de última generación, de más capacidad y peso. La anchura es de 45 metros, con siete metros en cada margen.
Junto a la pista principal, la obra también ha incluido una infraestructura de servicio como son cuatro calles de acceso y seis de salida a la pista y una calle de rodaje, paralela a la actual. También tiene capacidad para 27 aviones estacionados.
El director de la obra, Javier García Pérez, explicó que la pista cuenta con una capa de 32 centímetros de asfalto para soportar el peso de los aviones. Además, de una estación de bomberos propia, que entrará en servicio a la vez que la pista.
La construcción de esta infraestructura, que permitirá atender hasta 70 aviones a la hora frente a los 32 actuales, contó con dos dificultades principales. Por un lado, como señala García Pérez, se ha tenido que reducir el cauce del Guadalhorce en 70 metros, actuando en un tramo de 800 metros para compensar su capacidad de desagüe.
El segundo gran problema fue darle una solución a la línea del Cercanías que cruzaba el trazado de la pista. Para ello se construyó un túnel de 4,1 kilómetros bajo el Guadalhorce y la actual pista, utilizando un sistema mixto de muros pantalla y tuneladora, esta última para un tramo de 1,9 kilómetros bajo el río.
El subdelegado del Gobierno, Hilario López-Luna, que ayer visitó las obras, subrayó la importancia del aeropuerto para Málaga, ya que la mayor parte de los turistas llegan por esta infraestructura. «El aeropuerto genera más de 6.000 puestos de trabajo de forma directa, pero son muchos los indirectos y el empleo turístico, que depende del aeropuerto», recordó.
López-Luna adelantó que el nuevo acceso por el sur al aeropuerto desde la autovía del Mediterráneo se abrirá para comienzo del año próximo.
Certificado de calidad
La puesta en servicio de la segunda pista irá además acompañada de una profunda remodelación de la actual, que ha recibido una inversión de 11,6 millones de euros para renovar y mejorar sus instalaciones. Ambas actuaciones suponen que el campo de vuelo del aeropuerto de Málaga obtenga el certificado de calidad en seguridad operativa de Aviación Civil y que se convierta en el cuarto de España en obtenerlo.
Esta certificación de calidad sigue las exigencias del Real Decreto de 2009 que refuerza los requisitos obligatorios de seguridad aérea a nivel internacional. De hecho, la nueva pista se construyó siguiendo estas indicaciones, a la que se está adaptando la actual infraestructura.
Este proyecto de adaptación se inició en abril de este año y terminará en dos fases. La obra civil, a cargo de las empresas Assignia y EOC, se dará por completada a finales de este mes. Quedará la renovación de la señalización y balizas que guían las operaciones de vuelo, ejecutada por la empresa Cobra y que se dará por concluida el 30 de octubre. Estas últimas implican además un cambio en la denominación de las pistas, que debe ser informada a las compañías y operadores con 60 días de antelación.
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