Ninguna empresa se interesa por reformar y explotar la zona, una obra que tenía como carga levantar un nuevo edificio para la Aduana
El plazo para recabar las ofertas de empresas interesadas en construir y explotar las oficinas del Muelle de Heredia se abrió en mayo. :: SUR
La transformación que la Autoridad Portuaria pretendía dar al muelle paralelo a la avenida de Manuel Agustín Heredia, incorporando a la ciudad una franja de 25.000 metros cuadrados para levantar edificios de oficinas con bajos comerciales y sótanos de aparcamientos, se queda por el momento aparcada. Como ya se presagiaba, el concurso convocado al efecto para que una o varias empresas privadas asumieran la ejecución del proyecto, a cambio de su explotación y gestión, ha quedado desierto. Y es que la actual conyuntura económica no es el mejor caldo de cultivo para poner en marcha una actuación de esta magnitud.
Ayer finalizó en vacío el plazo de presentación de ofertas del concurso, según pudo confirmar este periódico. Queda ver ahora qué sucederá con el proyecto, una decisión que está en manos de la institución que lo promovió, la Autoridad Portuaria, que vio en él una buena manera de obtener beneficios que compensaran las pérdidas por la caída del tráfico de mercancías.
Requisitos
Al margen de las actuales condiciones del mercado, las bases del concurso establecían una serie de requisitos que habrán sido tenidos en cuenta por los posibles interesados para no lanzarse finalmente a presentar oferta alguna. Entre esas condiciones figura la demolición de todos los edificios que actualmente se encuentran en el muelle -incluido el cuartel de la Guardia Civil que esta semana ha sido objeto de un robo de droga-, el pago de una tasa anual por ocupación del suelo de al menos 332.661,9 euros, más otra tasa en función de la cifra de negocio que sería un 5% de su importe neto o el 20% de la tasa de ocupación, y la construcción de un nuevo edificio para la Aduana, junto a la entrada portuaria frente a la Alameda de Colón, que podría alcanzar un presupuesto de hasta cuatro millones de euros.
Además, el Puerto fijó un plazo de realización de las obras de tres años, si la oferta las planteaba en una sola fase, y de un máximo de seis si se dividían en varias.
Para facilitar que las empresas se interesaran por el proyecto, el pliego del concurso también incluía la posibilidad de obtener la concesión solo de una parte del suelo de la fachada del muelle, para lo que se dividió en tres sectores. El central incluía la obligación de edificar el nuevo edificio para la Aduana. Pero esta opción no ha servido finalmente para animar a los posibles interesados
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