jueves, 2 de febrero de 2012

Fuengirola exige el mismo trato que Benalmádena para ampliar su puerto (SUR)


La ampliación del Puerto Deportivo de Benalmádena trae consecuencias no solo para la propia localidad, también para su vecina Fuengirola. Y es que, la alcaldesa de esta ciudad, Esperanza Oña, denunció ayer «el maltrato deliberado y sectario de la Junta de Andalucía con Fuengirola» en lo que respecta a la reforma y ampliación de las instalaciones portuarias.
En concreto, se refirió a la adjudicación de un documento que permite la ampliación del puerto deportivo para Benalmádena «a pesar de que ya contaba con la concesión anterior», apuntó la mandataria, que calificó la situación de «insólita, sobre todo porque ya tenía una». Al respecto, hay que aclarar que la concesión del puerto deportivo de Fuengirola es del 1985 y la del municipio vecino de 1972. «El agravio es tan inmenso que hoy mismo -por ayer- he enviado una carta a la Consejera de Obras Públicas (Josefina Cruz) para reclamar explicaciones de por qué se desbloquea en unos meses la ampliación del puerto en el municipio vecino cuando nosotros llevamos 20 años reclamándolo», anunció Oña, quien a su vez adelantó que Cruz «deberá explicar por qué se castiga a Fuengirola». Así, anunció que va a «exigir a la Consejera que nos den el mismo trato que a Benalmádena».
En palabras de la alcaldesa, existe «un claro sectarismo, un maltrato absolutamente decidido y deliberado, beneficiando a otro municipio por la ideología con el dinero de todos». Al respecto, cuestionó que «por qué no puede la ciudadanía de Fuengirola disfrutar de un nuevo puerto deportivo que viene reclamando desde hace dos décadas, por qué los comerciantes de Fuengirola no pueden tener comercios competitivos, modernos, por qué no puede generar empleo y riqueza en la ciudad, haciéndonos mendigos e indigentes de la política socialista».
Uno de los trámites necesarios para acometer estas mejoras en las instalaciones portuarias tiene que ver con la declaración de impacto ambiental. En el caso de la Villa Blanca está aprobada desde 2008, mientras que la de Benalmádena caducó, y durante el año pasado se recibió un documento que acreditaba que la situación medioambiental no se había modificado con respecto al informe inicial, que data de 2002. «En unos minutos se resuelve el problema de Benalmádena, pero el de Fuengirola necesita mucho más la remodelación», valoró la regidora.
Menos atraques
Otra de las circunstancias que Oña considera injusta tiene que ver con el proyecto en sí: «A la ampliación del puerto de Fuengirola se asignan 675 nuevos atraques, para un total de 1.200, pero a la localidad colindante se le conceden 825 atraques hasta llegar a los 1.700». Por último, aseguró «no comprender por qué dicen que en los presupuestos de 2012 se contempla la ampliación del puerto de la ciudad. Entonces, por qué no se ha venido a firmar lo mismo que a Benalmádena», sentenció.
El delegado de Obras Públicas de la Junta, Enrique Benítez, recordó que «uno de los proyectos de ampliación portuaria por los que está apostando la Junta es el de la Bajadilla en Marbella, con gobierno del PP, de manera que no existe ningún agravio político». Matizó que su departamento trabaja en las iniciativas «que se encuentran más maduras y tienen mayores posibilidades de financiación a través de una colaboración público-privada, como ocurre tanto con el caso marbellí como en el benalmadense». Afirmó que «la Junta apuesta por la mejora de las instalaciones en estas localidades, además de las de Caleta de Vélez y Fuengirola».
Así, pidió a la mandataria que se alegrase «por un proyecto que es beneficioso para la economía y el turismo tanto provincial como andaluz».

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