El Grupo de Protección de la Naturaleza de la Policía Local de Málaga realiza una férrea vigilancia a los cambios producidos en el suelo no urbanizable · Los diseminados son las zonas más conflictivas
RAQUEL GARRIDO / MÁLAGA | ACTUALIZADO 03.05.2012 - 01:00
La crisis económica y la mayor vigilancia policial han frenado los desmanes urbanísticos en el suelo no urbanizable de la capital, pero todavía son muchos los que se arriesgan a pesar de las multas e incluso la demolición de la construcción a las que se enfrentan por infringir el planeamiento. El Grupo de Protección de la Naturaleza (Gruprona) de la Policía Local de Málaga denunció el año pasado 37 obras construidas de forma irregular y 27 de ellas fueron constitutivas de un presunto delito contra la ordenación del territorio que terminaron en los tribunales.
Las zonas norte, este, Campanillas y Puerto de la Torre son las más conflictivas y en las que los agentes de este grupo especializado en medio ambiente ponen especial atención por lo recurrente de este tipo de alteraciones del entorno natural. Cuentan para ello con una herramienta de gran utilidad basada en un programa de ortofotografía capaz de comparar el estado actual de una zona con años anteriores a fin de determinar qué construcciones se han levantado en ese tiempo pese a la prohibición de construir en ese tipo de suelo.
Pero también a pie los agentes en las inspecciones periódicas que realizan o ante una denuncia concreta, pueden descubrir si alguien ha construido en suelo no permitido, según explicó ayer el subinspector del Gruprona, Juan Somé, que señaló que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Málaga es como la biblia para ellos. Sólo el año pasado se llevaron a cabo 61 inspecciones, muchas en diseminados rurales donde se detectan gran parte de las infracciones urbanísticas y donde más se notan los cambios en el paisaje.
De las 37 obras construidas en suelo no urbanizable que fueron denunciadas, no todas terminaron en los juzgados. Otras diez se debieron a meras infracciones administrativas, por ejemplo, carecer de licencia de la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital para realizar una reforma en una construcción previa en este tipo de suelo. Para pasar inadvertidos y poder llevar a cabo una mejor investigación, los policías suelen recurrir a visitar de paisano la zona en cuestión y comprobar la evolución de una obra irregular detectada en suelo no urbanizable antes de ser denunciados. Pero aún así, los hay que se resisten a cumplir con la legislación a pesar de ser denunciados en reiteradas ocasiones. Antonio Miranda, oficial de este grupo especializado en medio ambiente de la Policía Local de Málaga, aseguró que hay casos en los que "se empieza a denunciar cuando se ve el primer movimiento de tierra y aún así terminan por levantar la casa entera".
Aparte de las denuncias puestas el año pasado por los agentes del Gruprona por casas ya construidas, otras 46 también terminaron en infracción por alteraciones urbanísticas, pero de menor calado. Tales como movimientos de tierra previas a la construcción de una vivienda o no haber pedido licencia para un vallado.
El ámbito urbanístico no es lo único que motivó el año pasado una denuncia en materia ambiental por parte de este grupo, que realizó 4.759 intervenciones entre decomisos, inspecciones, actuaciones y denuncias. En materia estrictamente ambiental, es decir, la contaminación de agua, atmósfera residuos, zonas verdes o caza ilegal, se saldó con 165 denuncias durante el año pasado.
Las zonas norte, este, Campanillas y Puerto de la Torre son las más conflictivas y en las que los agentes de este grupo especializado en medio ambiente ponen especial atención por lo recurrente de este tipo de alteraciones del entorno natural. Cuentan para ello con una herramienta de gran utilidad basada en un programa de ortofotografía capaz de comparar el estado actual de una zona con años anteriores a fin de determinar qué construcciones se han levantado en ese tiempo pese a la prohibición de construir en ese tipo de suelo.
Pero también a pie los agentes en las inspecciones periódicas que realizan o ante una denuncia concreta, pueden descubrir si alguien ha construido en suelo no permitido, según explicó ayer el subinspector del Gruprona, Juan Somé, que señaló que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Málaga es como la biblia para ellos. Sólo el año pasado se llevaron a cabo 61 inspecciones, muchas en diseminados rurales donde se detectan gran parte de las infracciones urbanísticas y donde más se notan los cambios en el paisaje.
De las 37 obras construidas en suelo no urbanizable que fueron denunciadas, no todas terminaron en los juzgados. Otras diez se debieron a meras infracciones administrativas, por ejemplo, carecer de licencia de la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital para realizar una reforma en una construcción previa en este tipo de suelo. Para pasar inadvertidos y poder llevar a cabo una mejor investigación, los policías suelen recurrir a visitar de paisano la zona en cuestión y comprobar la evolución de una obra irregular detectada en suelo no urbanizable antes de ser denunciados. Pero aún así, los hay que se resisten a cumplir con la legislación a pesar de ser denunciados en reiteradas ocasiones. Antonio Miranda, oficial de este grupo especializado en medio ambiente de la Policía Local de Málaga, aseguró que hay casos en los que "se empieza a denunciar cuando se ve el primer movimiento de tierra y aún así terminan por levantar la casa entera".
Aparte de las denuncias puestas el año pasado por los agentes del Gruprona por casas ya construidas, otras 46 también terminaron en infracción por alteraciones urbanísticas, pero de menor calado. Tales como movimientos de tierra previas a la construcción de una vivienda o no haber pedido licencia para un vallado.
El ámbito urbanístico no es lo único que motivó el año pasado una denuncia en materia ambiental por parte de este grupo, que realizó 4.759 intervenciones entre decomisos, inspecciones, actuaciones y denuncias. En materia estrictamente ambiental, es decir, la contaminación de agua, atmósfera residuos, zonas verdes o caza ilegal, se saldó con 165 denuncias durante el año pasado.
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