La actividad junto a la avenida de la Aurora es mínima, ante la desesperación de los vecinos y los comercios por la ausencia de plazos
La avenida de Andalucía y la calle Callejones del Perchel permanecen desde hace 27 meses tomadas por unos trabajos a los que no se les ve el final. :: JAIME GALLARDO
Una máquina pilotadora ejecuta inyecciones de hormigón junto a la calle Malpica. Otro grupo de obreros se afana en el extremo más cercano a la plaza de la Solidaridad, mientras que una decena de personas, entre arqueólogos y operarios, culminan las excavaciones junto al cruce con la avenida de la Aurora. A ellos se suma algún operario más, que va y viene con una pequeña máquina cargada con materiales, que están almacenados en la glorieta de Albert Camus.
Este era el escenario laboral ayer por la mañana en la calle Callejones del Perchel, una actividad constructiva a todas luces insuficiente para completar un tramo de vital importancia para el desarrollo del suburbano, que supondrá el primer acercamiento al Centro: la estación Guadalmedina, que irá enclavada frente a El Corte Inglés, tiene comprometida su apertura en el año 2014. En definitiva, se trata de un nuevo parón en las obras de este eje -como el que ya se produjo en febrero- y que complica seriamente los plazos para que la infraestructura pueda continuar hacia la Alameda Principal y la plaza de la Marina, como está previsto. De hecho, según el compromiso adquirido entre la Junta y el Ayuntamiento, esta última fase no podrá arrancar nunca antes de que concluya la anterior.
Y todo esto sucede ante la desesperación de los vecinos y la veintena de comerciantes y hosteleros que aún quedan en este eje y sus aledaños, donde la mayoría de los locales están vacíos y con carteles de 'se alquila', tras 27 meses soportando una combinación letal de obras y crisis económica. Los empresarios han vuelto a plantear movilizaciones y cortes de carreteras para exigir una salida a su situación.
Las palabras de Francisco Ruiz, dentista y responsable de la clínica Picasso, en Callejones del Perchel, resumen la posición de los afectados: «Estamos desesperados, vamos por dos años y medio de obras y no vemos el final, porque el metro no nos informa. No pueden tener Málaga abierta en canal indefinidamente», asegura este profesional, y reitera que actualmente el ritmo de los trabajos es el mínimo: «Solo están los arqueólogos y una máquina».
A su juicio, el problema es que la Junta no tiene dinero para pagar a la constructora y que aumente el personal y los turnos. Por ello, coincide con la mayoría de los consultados en que deben reabrir la calle hasta que la situación económica mejore y se pueda concluir con plenas garantías.
Enrique Salvo, director de la Oficina del Metro de Málaga, reconoce que la ocupación en superficie prevista era de 14 meses, por lo que debía haber acabado en abril de 2011, aunque la aparición de restos arqueológicos ha provocado retrasos e incrementos presupuestarios. Tampoco esconde que el ritmo de trabajo es más lento en estos momentos, y la causa está tanto en la escasez de recursos económicos como en la necesidad de dar prioridad a la finalización de las líneas 1 y 2 para ponerlas en marcha. «Tenemos la esperanza de que con el nuevo Ejecutivo aumente la inversión, porque la apuesta es evidente: estamos en más del 80% de ejecución y esperamos disponer de más dinero para intensificar los trabajos, rematar la losa de cubierta y reponer en superficie lo antes posible», asegura. La inversión actual está entre 500.000 y un millón de euros mensuales. «Estamos en permanente diálogo con la empresa adjudicataria para ajustar calendarios de pago y de trabajo para terminar el tramo, ya que la estación Guadalmedina es fundamental».
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