Seis años después del inicio de la obra del Metro, el proyecto sigue sin echar a andar y sin un calendario para su finalización
SEBASTIÁN SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 07.06.2012 - 01:00
Seis velas lucen hoy en la tarta del Metro de Málaga, aunque la luz que irradian es más bien escasa. El sexto aniversario desde el inicio de los trabajos está asolado por las dudas y la incertidumbre de un proyecto lastrado por la crisis y a la espera de respuestas con las que difuminar un escenario para nada halagüeño. Parados los trabajos en Callejones del Perchel, donde los comerciantes volvieron ayer a echarse a la calle pidiendo soluciones, y con la pesada losa de los recortes pendiente de caer o no sobre la parte del suburbano más avanzada. Ésta es la imagen presente de una intervención sometida a un vaivén sin fin, que pocos o nadie podían atisbar en el acto de colocación de aquella primera valla en las cercanías del Palacio de los Deportes José María Martín Carpena.
La instantánea actual es fiel representación de los orígenes de un Metro tocado por el enfrentamiento institucional, por las mutaciones varias en el diseño constructivo, por las tensiones palpables entre la Junta de Andalucía y las empresas a las que adjudicó la construcción y explotación del ferrocarril urbano (al punto de asumir tres de los tramos del suburbano). Una deriva que, más allá de los logros obtenidos en estos seis años, palpables en la evolución de una infraestructura sin parangón en la capital de la Costa del Sol, degeneró en un calendario indefinido, del que se conoce su inicio pero no su final, y de un presupuesto que se prevé alcance los 760 millones de euros cuando la actuación se concibió en poco más de 400 millones.
Este cumpleaños es, sin lugar a la duda, el más complejo de cuantos se cruzan en la reciente vida del suburbano. No parece ser momento para fiestas en el seno de la nueva Consejería de Fomento, en la que, según informan, buscan con celeridad los millones precisos para poder mantener activa la maquinaria del suburbano. El primer paso al que se enfrenta la titular del departamento, Elena Cortés, es activar los 19 millones de euros presupuestados para la presente anualidad y que como consecuencia de los ajustes impuestos por el Gobierno central han quedado en el aire.
Y todo ello sin garantía alguna de que los trenes echen a andar en la última fecha prometida por la Junta, febrero de 2013. Tampoco se cumplieron los anuncios de febrero de 2009 o el 11 de noviembre de 2011. Pero esta inyección, necesaria, es escasa para las necesidades reales del proyecto en el lapso de los dos próximos años. Los datos manejados apuntan a que se precisan unos 70 millones de aportación autonómica para culminar las tareas aún en marcha en el trazado en V formado por los ramales de Carretera de Cádiz y Teatinos, con Renfe como punto de unión, y para prolongar el recorrido hasta la estación Guadalmedina, junto a El Corte Inglés. Una pieza esta última anclada en el espacio y el tiempo, donde el protagonismo reside en la ausencia de obreros y en la imposibilidad de fijar fecha alguna para que los trabajos se reactiven.
A pesar de las dificultades, la consejera volvió ayer, en el marco de su comparecencia en el Parlamento andaluz, a subrayar su compromiso con el Metro de Málaga. "La finalización de los metros de Granada y Málaga está subrayada en nuestra agenda", dijo.
Seis años después de la simbólica puesta de la primera piedra, con el interrogante de la paralización de Callejones del Perchel, aún queda lejano en el horizonte la entrada del suburbano en el centro de la ciudad, escenario de la última de las piezas del proyecto (Guadalmedina-Malagueta). Y como consecuencia de ello, cualquier atisbo de cumplir con las últimas previsiones de puesta en servicio del trazado completo, que situaban la terminación a finales de 2014, se vienen a abajo. Más aún cuando ni la propia Administración regional es capaz de perfilar cómo se impulsará la construcción de los 1,8 kilómetros de ramal que distan entre la entrada a la Alameda Principal y el Paseo de Reding, donde se levantarán la boca de acceso junto a la plaza de toros.
La instantánea actual es fiel representación de los orígenes de un Metro tocado por el enfrentamiento institucional, por las mutaciones varias en el diseño constructivo, por las tensiones palpables entre la Junta de Andalucía y las empresas a las que adjudicó la construcción y explotación del ferrocarril urbano (al punto de asumir tres de los tramos del suburbano). Una deriva que, más allá de los logros obtenidos en estos seis años, palpables en la evolución de una infraestructura sin parangón en la capital de la Costa del Sol, degeneró en un calendario indefinido, del que se conoce su inicio pero no su final, y de un presupuesto que se prevé alcance los 760 millones de euros cuando la actuación se concibió en poco más de 400 millones.
Este cumpleaños es, sin lugar a la duda, el más complejo de cuantos se cruzan en la reciente vida del suburbano. No parece ser momento para fiestas en el seno de la nueva Consejería de Fomento, en la que, según informan, buscan con celeridad los millones precisos para poder mantener activa la maquinaria del suburbano. El primer paso al que se enfrenta la titular del departamento, Elena Cortés, es activar los 19 millones de euros presupuestados para la presente anualidad y que como consecuencia de los ajustes impuestos por el Gobierno central han quedado en el aire.
Y todo ello sin garantía alguna de que los trenes echen a andar en la última fecha prometida por la Junta, febrero de 2013. Tampoco se cumplieron los anuncios de febrero de 2009 o el 11 de noviembre de 2011. Pero esta inyección, necesaria, es escasa para las necesidades reales del proyecto en el lapso de los dos próximos años. Los datos manejados apuntan a que se precisan unos 70 millones de aportación autonómica para culminar las tareas aún en marcha en el trazado en V formado por los ramales de Carretera de Cádiz y Teatinos, con Renfe como punto de unión, y para prolongar el recorrido hasta la estación Guadalmedina, junto a El Corte Inglés. Una pieza esta última anclada en el espacio y el tiempo, donde el protagonismo reside en la ausencia de obreros y en la imposibilidad de fijar fecha alguna para que los trabajos se reactiven.
A pesar de las dificultades, la consejera volvió ayer, en el marco de su comparecencia en el Parlamento andaluz, a subrayar su compromiso con el Metro de Málaga. "La finalización de los metros de Granada y Málaga está subrayada en nuestra agenda", dijo.
Seis años después de la simbólica puesta de la primera piedra, con el interrogante de la paralización de Callejones del Perchel, aún queda lejano en el horizonte la entrada del suburbano en el centro de la ciudad, escenario de la última de las piezas del proyecto (Guadalmedina-Malagueta). Y como consecuencia de ello, cualquier atisbo de cumplir con las últimas previsiones de puesta en servicio del trazado completo, que situaban la terminación a finales de 2014, se vienen a abajo. Más aún cuando ni la propia Administración regional es capaz de perfilar cómo se impulsará la construcción de los 1,8 kilómetros de ramal que distan entre la entrada a la Alameda Principal y el Paseo de Reding, donde se levantarán la boca de acceso junto a la plaza de toros.
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