Los planes en Repsol y la Térmica tendrán que disponer del visto bueno del organismo de Fomento, al albergar edificios de más de cien metros · Urbanismo encarga un informe a una consultora expertas.
Dos de las grandes joyas de la corona del nuevo Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de Málaga, las torres proyectadas en la antigua parcela de Repsol y en la Térmica, se topan ahora con una sombra de duda. La legislación en materia de servidumbre aeronáutica obliga a que ambas intervenciones dispongan del visto bueno por parte de la Dirección General de Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Fomento, al tratarse de actuaciones que albergan edificios de alturas superiores a los cien metros.
Este hecho, según confirmaron a este periódico fuentes cercanas a la elaboración del planeamiento municipal y de la Administración central, exige de una tramitación ante el departamento dirigido por Magdalena Álvarez, al objeto de que se verifique que las edificaciones no suponen un riesgo para la seguridad de las aeronaves que sobrevuelen el término municipal o para las comunicaciones por radar de las mismas.En este contexto, el equipo redactor de la revisión del Plan General, que hasta hace unos meses tuvo que enfrentarse a las constantes variaciones de la huella sónica de la segunda pista del aeropuerto, con los efectos que ello ha tenido sobre la delimitación de los suelos próximos a la zona de Campanillas, se ven obligados ahora a buscar un modo para que los dos principales proyectos urbanísticos de la capital de la Costa del Sol, con los que pretende variar su modelo arquitectónico, no se vean abocados al fracaso.Para ello, según las fuentes consultadas, se ha encargado a una ingeniería especializada la elaboración de un informe sobre este asunto, todo ello después de que el informe sectorial realizado por Aviación Civil a la aprobación inicial del PGOU aludiese a algunas de las servidumbres que el documento debía tener en cuenta. En este sentido, la firma contratada determinará los efectos que tiene la normativa de Fomento sobre ambos proyectos. No obstante, las fuentes consultadas mostraron su confianza en que finalmente pueda alcanzarse un acuerdo con Aviación Civil para que no se produzcan variaciones.
El Real Decreto que siembra algunas dudas sobre las futuras torres de Repsol y la Térmica es el 584/1972, modificado con el Real Decreto 1541/2003. En los citados documentos se precisa que serán considerados "obstáculos" a efectos aeronáuticos aquellas construcciones que se eleven a una altura superior a los cien metros. "Las construcciones que sobrepasen tal altura serán comunicadas al ministerio correspondiente para que éste adopte las medidas oportunas, a fin de garantizar la seguridad de la navegación aérea", añade. Asimismo, se alude a la posibilidad de autorizar la ejecución de edificaciones o instalaciones en determinados casos, cuando se puedan considerar apantallados por otros obstáculos naturales o artificiales ya existentes, lo que no ocurre en los casos de Málaga.En el caso del proyecto impulsado por la promotora granadina Comarex en los antiguos suelos de Repsol, cabe recordar que se prevé la construcción de cuatro grandes torres, la menor de unos 99 metros de altura, con 24 plantas. A partir de ahí, la segunda de las edificaciones tendrá 26 plantas y 106 metros; la tercera, 28 plantas y 113 metros, y la cuarta, 48 plantas y 168 metros. Esta actuación es viable después de que el Ayuntamiento de Málaga aprobase triplicar la edificabilidad del suelo sobre el que se asentarán, lo que, a su vez, le va a reportar una compensación económica de unos 82 millones de euros. Por ello, la decisión de Fomento puede acarrear serios quebraderos de cabeza al equipo de gobierno del PP, que ya ha cobrado buena parte de esta suma. A estos edificios se suman otros cuatro edificios en altura, de más de 105 metros, en uno de los últimos suelos libres del Paseo Marítimo de Poniente, justo al lado del punto en el que hasta hace pocos años se asentaba la antigua central térmica de Málaga.
Dos de estas intervenciones están siendo impulsadas por la empresa Reyal y cuentan con la firma del reconocido arquitecto Carlos Ferrater.Algunos de los antecedentes ocurridos a nivel nacional confirman cierto optimismo entre los responsables municipales. De hecho, en 2004, el Ministerio de Fomento desbloqueó definitivamente los obstáculos que había sobre la construcción de las cuatro torres en los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. Todo ello después de que la Dirección General de Aviación Civil diese su visto bueno a la ejecución de estos trabajos. La altura proyectada de estos edificios era de 250 metros.
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