Los propietarios de los números 141, 143 y 145 están encajonados entre dos edificios de ocho plantas de altura y piden que puedan equiparar sus casas
Los propietarios de tres de las casas mata de la calle Martínez de la Rosa han reclamado a la Gerencia de Urbanismo que les permita aumentar la altura de sus viviendas hasta las cinco plantas sobre la baja. Su argumento en sencillo. Se encuentran encajonados entre dos edificios de ocho plantas, lo que rompe el conjunto de viviendas unifamiliares de la zona. Consideran que la lógica urbanística les avala para equilibrar las alturas y argumentan que el propio alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, utiliza su mismo argumento para justificar el aumento a diez plantas del hotel que proyecta Rafael Moneo en el Centro."No queremos construir ahora, sino que Urbanismo nos reconozca el mismo derecho a construir que a los demás para el futuro", asegura María del Carmen Duarte, del número 141 de la calle Martínez de la Rosa. Ésta es una de las viviendas sobre las que se pide la recalificación. Lo mismo ocurre con las vecinos 143 y 145, todas casas mata que forman parte de un conjunto sobre el que la Gerencia de Urbanismo inició un expediente de protección.Sin embargo, los vecinos no están conformes. Entienden que Urbanismo no contempla la realidad de la situación y de que se encuentran encajonados por dos grandes edificios. "No queremos llegar a la misma altura de ocho plantas, pero que nos reconozcan al menos el derecho a levantar cinco", subraya María del Carmen, que actúa de portavoz de las tres familias."Hemos presentado varias propuestas a Urbanismo, incluso que vayan escalonados para que no impacten mucho", insiste Duarte, al tiempo que recuerda que en la calle "hay ya 30 bloques y se siguen dando licencias para construir edificios altos donde hay casas mata".El abogado que representa a estas tres familias, Álvaro García Cabrera, subraya que en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1997 este tramo de la calle se contempla como manzana cerrada, con una altura permitida de seis plantas sobre la baja. Sin embargo, el criterio se cambió en 2004 "sin tener en cuenta la realidad de la situación, porque estas tres casas están separadas del resto", recuerda García Cabrera. En este sentido, considera que tendría lógica levantar cuatro alturas sobre la baja, como proponen los vecinos y tapar las paredes medianeras de los bloques actuales.Criterio distinto. La Gerencia Municipal de Urbanismo mantiene en la renovación del PGOU en marcha un criterio distinto para estas viviendas y que les lleva a impedir una construcción que supere las dos plantas sobre la planta baja.El propio concejal de Urbanismo, Manuel Díaz, subrayó que permitir la construcción en altura a estas viviendas "crearía un mal precedente porque animaría a otros propietarios a pedir lo mismo". En este sentido, el edil considera que debe primar la protección del entorno y mantener la coherencia con la normativa. No obstante, se mostró dispuesto a estudiar con los vecinos una posible salida a esta petición.Urbanismo cambió el criterio del PGOU de 1997 en el año 2004, cuando decidió limitar la altura en este entorno, incluidas las calles adyacentes Josefa de los Ríos, Barón de Les y Lorenzo Silva, para evitar la aparición de paredes medianeras. Esta decisión se adoptó tras una petición de la asociación de vecinos, que pedía conservar este tipo de viviendas.
Los propietarios de tres de las casas mata de la calle Martínez de la Rosa han reclamado a la Gerencia de Urbanismo que les permita aumentar la altura de sus viviendas hasta las cinco plantas sobre la baja. Su argumento en sencillo. Se encuentran encajonados entre dos edificios de ocho plantas, lo que rompe el conjunto de viviendas unifamiliares de la zona. Consideran que la lógica urbanística les avala para equilibrar las alturas y argumentan que el propio alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, utiliza su mismo argumento para justificar el aumento a diez plantas del hotel que proyecta Rafael Moneo en el Centro."No queremos construir ahora, sino que Urbanismo nos reconozca el mismo derecho a construir que a los demás para el futuro", asegura María del Carmen Duarte, del número 141 de la calle Martínez de la Rosa. Ésta es una de las viviendas sobre las que se pide la recalificación. Lo mismo ocurre con las vecinos 143 y 145, todas casas mata que forman parte de un conjunto sobre el que la Gerencia de Urbanismo inició un expediente de protección.Sin embargo, los vecinos no están conformes. Entienden que Urbanismo no contempla la realidad de la situación y de que se encuentran encajonados por dos grandes edificios. "No queremos llegar a la misma altura de ocho plantas, pero que nos reconozcan al menos el derecho a levantar cinco", subraya María del Carmen, que actúa de portavoz de las tres familias."Hemos presentado varias propuestas a Urbanismo, incluso que vayan escalonados para que no impacten mucho", insiste Duarte, al tiempo que recuerda que en la calle "hay ya 30 bloques y se siguen dando licencias para construir edificios altos donde hay casas mata".El abogado que representa a estas tres familias, Álvaro García Cabrera, subraya que en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1997 este tramo de la calle se contempla como manzana cerrada, con una altura permitida de seis plantas sobre la baja. Sin embargo, el criterio se cambió en 2004 "sin tener en cuenta la realidad de la situación, porque estas tres casas están separadas del resto", recuerda García Cabrera. En este sentido, considera que tendría lógica levantar cuatro alturas sobre la baja, como proponen los vecinos y tapar las paredes medianeras de los bloques actuales.Criterio distinto. La Gerencia Municipal de Urbanismo mantiene en la renovación del PGOU en marcha un criterio distinto para estas viviendas y que les lleva a impedir una construcción que supere las dos plantas sobre la planta baja.El propio concejal de Urbanismo, Manuel Díaz, subrayó que permitir la construcción en altura a estas viviendas "crearía un mal precedente porque animaría a otros propietarios a pedir lo mismo". En este sentido, el edil considera que debe primar la protección del entorno y mantener la coherencia con la normativa. No obstante, se mostró dispuesto a estudiar con los vecinos una posible salida a esta petición.Urbanismo cambió el criterio del PGOU de 1997 en el año 2004, cuando decidió limitar la altura en este entorno, incluidas las calles adyacentes Josefa de los Ríos, Barón de Les y Lorenzo Silva, para evitar la aparición de paredes medianeras. Esta decisión se adoptó tras una petición de la asociación de vecinos, que pedía conservar este tipo de viviendas.
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