La redacción de este proyecto podría prolongarse un año, a lo que habría que sumar otros tres de obras · La Junta admite el acuerdo con la concesionaria para hacer los tajos entre la UMA y Renfe
El día en que los vecinos de Málaga viajarán en Metro por la zona centro de la capital tendrá que esperar, al menos, hasta finales del año 2012, o lo que es lo mismo, hasta dentro de unos cuatro años a contar desde este momento. La fecha que se maneja de forma orientativa por parte de los responsables de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía supone una demora sustancial respecto a las primeras previsiones, que situaban la inauguración de las líneas 1 y 2 del suburbano en febrero de 2009.El nuevo escenario en el que se mueve el proyecto del ferrocarril urbano, afectado de manera considerable por los numerosos retrasos acumulados por los trabajos constructivos y por las decisiones del Gobierno autonómico, parece que empieza a despejarse. Ayer, el nuevo consejero de Obras Públicas, Luis García, informó de que en breve saldrá a concurso la redacción del proyecto que definirá cómo se hará el tramo más delicado de esta infraestructura, el que transitará por la Alameda Principal y el Paseo del Parque.Según pudo saber este periódico de fuentes próximas a la actuación, la elaboración de ese documento, en el que también se concretarán los plazos y el coste de ejecución, se prolongará, al menos, un año desde su adjudicación. Y a este periodo habrá que sumar otros tres años, aproximadamente, de la obra, la instalación de vías y catenarias y las pruebas previas a la puesta en servicio del tramo. La suma de todas estas fases sitúan la fecha de culminación de esta parte del trazado los últimos meses de 2012 ó principios de 2013.Pero la visita de Luis García, la primera que realiza un consejero de Obras Públicas al Metro de Málaga en los últimos ocho meses, sirvió además para anunciar la licitación hoy mismo de la construcción del tajo que transita entre Renfe y la futura estación de Guadalmedina. De acuerdo con los datos aportados ayer, el presupuesto de esta actuación ronda los 70 millones de euros (sólo la parte de infraestructura), mientras el plazo de obra será de 18 meses. Este tramo, de 713 metros de longitud y donde el túnel irá a 20 metros de profundidad, incluye una estación, que estará situada bajo la glorieta Albert Camus.El avance en esta parte del trazado, que se corresponde con la primera fase del denominado tramo común del suburbano, permite avanzar en la puesta en servicio de la infraestructura desde Guadalmedina hasta, por un lado, el Martín Carpena (punto final de la línea 2) y Los Asperones (punto final de la línea 1). Esta posibilidad supone un paso más en las previsiones iniciales de la Junta, en las que apuntaba la posibilidad de poner en servicio un trazado en forma de U invertida entre el Martín Carpena y Teatinos, tomando como punto de enlace el futuro intercambiador de Renfe.Este planteamiento es factible después de que, como informó ayer este periódico, Obras Públicas haya desbloqueado el acuerdo con la actual concesionaria del Metro, la unión de empresas (UTE) encabezada por FCC, para que desarrolle los tajos de la línea 1 entre la Universidad y Renfe (Doctor Domínguez-Juan XXIII y Juan XXIII-Renfe). El consejero informó de este avance y de que el acuerdo quedará suscrito hoy. Lo que no hizo fue precisar los costes que supondrán ambas infraestructuras ni sus plazos.Preguntado por los motivos que han llevado a la Junta a mantener esta parte del ramal en manos de los socios privados, cuando se había barajado la posibilidad de quitársela, García lo justificó en que se han solventado "las dificultades jurídicas y de financiación" que existían, lo que permite que los proyectos planteados "encajen dentro de las posibilidades que marca la legislación". Pero la visita del consejero, que acudió a supervisar los trabajos del suburbano, no estuvo exenta de polémica. El alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, con quien se reunió por la mañana, criticó que no se le hubiese invitado al recorrido, al que sí pudo acudir el edil de Movilidad, Juan Ramón Casero, y mostró "cierta preocupación" por el tono de las relaciones entre ambas administraciones.
El día en que los vecinos de Málaga viajarán en Metro por la zona centro de la capital tendrá que esperar, al menos, hasta finales del año 2012, o lo que es lo mismo, hasta dentro de unos cuatro años a contar desde este momento. La fecha que se maneja de forma orientativa por parte de los responsables de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía supone una demora sustancial respecto a las primeras previsiones, que situaban la inauguración de las líneas 1 y 2 del suburbano en febrero de 2009.El nuevo escenario en el que se mueve el proyecto del ferrocarril urbano, afectado de manera considerable por los numerosos retrasos acumulados por los trabajos constructivos y por las decisiones del Gobierno autonómico, parece que empieza a despejarse. Ayer, el nuevo consejero de Obras Públicas, Luis García, informó de que en breve saldrá a concurso la redacción del proyecto que definirá cómo se hará el tramo más delicado de esta infraestructura, el que transitará por la Alameda Principal y el Paseo del Parque.Según pudo saber este periódico de fuentes próximas a la actuación, la elaboración de ese documento, en el que también se concretarán los plazos y el coste de ejecución, se prolongará, al menos, un año desde su adjudicación. Y a este periodo habrá que sumar otros tres años, aproximadamente, de la obra, la instalación de vías y catenarias y las pruebas previas a la puesta en servicio del tramo. La suma de todas estas fases sitúan la fecha de culminación de esta parte del trazado los últimos meses de 2012 ó principios de 2013.Pero la visita de Luis García, la primera que realiza un consejero de Obras Públicas al Metro de Málaga en los últimos ocho meses, sirvió además para anunciar la licitación hoy mismo de la construcción del tajo que transita entre Renfe y la futura estación de Guadalmedina. De acuerdo con los datos aportados ayer, el presupuesto de esta actuación ronda los 70 millones de euros (sólo la parte de infraestructura), mientras el plazo de obra será de 18 meses. Este tramo, de 713 metros de longitud y donde el túnel irá a 20 metros de profundidad, incluye una estación, que estará situada bajo la glorieta Albert Camus.El avance en esta parte del trazado, que se corresponde con la primera fase del denominado tramo común del suburbano, permite avanzar en la puesta en servicio de la infraestructura desde Guadalmedina hasta, por un lado, el Martín Carpena (punto final de la línea 2) y Los Asperones (punto final de la línea 1). Esta posibilidad supone un paso más en las previsiones iniciales de la Junta, en las que apuntaba la posibilidad de poner en servicio un trazado en forma de U invertida entre el Martín Carpena y Teatinos, tomando como punto de enlace el futuro intercambiador de Renfe.Este planteamiento es factible después de que, como informó ayer este periódico, Obras Públicas haya desbloqueado el acuerdo con la actual concesionaria del Metro, la unión de empresas (UTE) encabezada por FCC, para que desarrolle los tajos de la línea 1 entre la Universidad y Renfe (Doctor Domínguez-Juan XXIII y Juan XXIII-Renfe). El consejero informó de este avance y de que el acuerdo quedará suscrito hoy. Lo que no hizo fue precisar los costes que supondrán ambas infraestructuras ni sus plazos.Preguntado por los motivos que han llevado a la Junta a mantener esta parte del ramal en manos de los socios privados, cuando se había barajado la posibilidad de quitársela, García lo justificó en que se han solventado "las dificultades jurídicas y de financiación" que existían, lo que permite que los proyectos planteados "encajen dentro de las posibilidades que marca la legislación". Pero la visita del consejero, que acudió a supervisar los trabajos del suburbano, no estuvo exenta de polémica. El alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, con quien se reunió por la mañana, criticó que no se le hubiese invitado al recorrido, al que sí pudo acudir el edil de Movilidad, Juan Ramón Casero, y mostró "cierta preocupación" por el tono de las relaciones entre ambas administraciones.
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