La reforma concluirá a principios del año próximo, aunque el equipamiento técnico de la sala impedirá su inauguración antes del otoño siguiente · El espacio tendrá 303 butacas y un escenario de 10 por 15 metros
El teatro en Málaga necesita teatros. Y por ello casi todos los ojos miran a un Echegaray todavía demasiado tapado. Ayer, el alcalde, Francisco de la Torre, formalizó la primera visita a las obras después de la reciente muerte del arquitecto Francisco Peñalosa, responsable de la reforma, y confirmó que la intervención concluirá "a principios del próximo año". Con ello finalizarán unos trabajos que, desde que fueron aprobados en noviembre de 2004 (tres años después del cierre del inmueble) con un periodo de ejecución de quince meses, han venido sufriendo continuos retrasos, motivados especialmente por la aparición restos arqueológicos. No obstante, el teatro no abrirá sus puertas "hasta el verano o el otoño de 2009", cuando se hayan instalado todos los equipos técnicos. Será la siguiente temporada, por tanto, la que recobre un Echegaray vivo. De la Torre, que compareció acompañado por el delegado municipal de Cultura, Miguel Briones, y el ex gerente del Teatro Cervantes, Salomón Castiel, apuntó algunos datos técnicos: el nuevo espacio contará con 303 butacas y un escenario "móvil y versátil" de 10 por 15 metros. El presupuesto definitivo destinado a las reformas asciende a 7.200.000 euros. Con respecto a los comerciantes de calle Echegaray, quienes en los últimos días han repetido sus quejas por los retrasos de las obras, el alcalde señaló que el Ayuntamiento no tiene previsto conceder "ayudas económicas" para los establecimientos perjudicados porque "en otros lugares de Málaga hay problemas por obras de este tipo", aunque espera que, una vez abierto, "el teatro aporte vida a la calle y así los comercios se vean recompensados".Aunque el también arquitecto Borja Peñalosa, hijo del primer responsable de la reforma, ha asumido la dirección de las obras, fue ayer Salvador Moreno Peralta, que ha prestado su colaboración en todo el proceso, quien aportó más información y definió el nuevo Echegaray como "un teatro absolutamente moderno". El arquitecto destacó la "flexibilidad del escenario", que contará con un "foso a la manera clásica para que los actores puedan subir a escena desde abajo". El proyecto inicial, explicó, contemplaba un foso mucho más amplio, que ocupaba prácticamente todo el suelo del teatro, pero la aparición de las piletas romanas de garum (ya analizadas y convenientemente protegidas en la misma extensión) impidió la ejecución de esta idea original de Francisco Peñalosa. "Con ello habríamos ganado una movilidad mayor, hasta disponer del espacio con una libertad absoluta; de todas formas, el escenario que se instalará dispondrá de suficiente flexibilidad para acoger espectáculos muy diferentes: si La Fura dels Baus quiere montar un número de los suyos, tendrá sitio", destacó Moreno Peralta.Uno de los aspectos técnicos que quedarán por acometer una vez concluyan las obras es el equipamiento acústico, una cuestión que, según el arquitecto, "no será difícil de solventar ya que el edificio no estará dedicado a la interpretación musical, sino a la voz humana como elemento artístico, lo que nos resta muchos obstáculos". No obstante, los equipamientos para la mejor calidad del sonido correrán a cargo de la consultoría acústica García BBM, responsable de los mismos menesteres en escenarios como el Auditorio Nacional de Madrid y el Palacio Euskalduna de Bilbao.La decoración será otra de las cuestiones a rematar antes de la inauguración. Moreno Peralta explicó ayer que Francisco Peñalosa "estaba trabajando en los estudios de colores cuando murió, así que partiremos de lo que él ya había resuelto". Con ello se completará la recuperación de un edificio señero, construido en los años 30 bajo las órdenes del arquitecto Manuel Rivera Vera, responsable junto a Guerrero Strachan de otras obras clave de la ciudad como el Ayuntamiento y las casas de Félix Sáenz.
El teatro en Málaga necesita teatros. Y por ello casi todos los ojos miran a un Echegaray todavía demasiado tapado. Ayer, el alcalde, Francisco de la Torre, formalizó la primera visita a las obras después de la reciente muerte del arquitecto Francisco Peñalosa, responsable de la reforma, y confirmó que la intervención concluirá "a principios del próximo año". Con ello finalizarán unos trabajos que, desde que fueron aprobados en noviembre de 2004 (tres años después del cierre del inmueble) con un periodo de ejecución de quince meses, han venido sufriendo continuos retrasos, motivados especialmente por la aparición restos arqueológicos. No obstante, el teatro no abrirá sus puertas "hasta el verano o el otoño de 2009", cuando se hayan instalado todos los equipos técnicos. Será la siguiente temporada, por tanto, la que recobre un Echegaray vivo. De la Torre, que compareció acompañado por el delegado municipal de Cultura, Miguel Briones, y el ex gerente del Teatro Cervantes, Salomón Castiel, apuntó algunos datos técnicos: el nuevo espacio contará con 303 butacas y un escenario "móvil y versátil" de 10 por 15 metros. El presupuesto definitivo destinado a las reformas asciende a 7.200.000 euros. Con respecto a los comerciantes de calle Echegaray, quienes en los últimos días han repetido sus quejas por los retrasos de las obras, el alcalde señaló que el Ayuntamiento no tiene previsto conceder "ayudas económicas" para los establecimientos perjudicados porque "en otros lugares de Málaga hay problemas por obras de este tipo", aunque espera que, una vez abierto, "el teatro aporte vida a la calle y así los comercios se vean recompensados".Aunque el también arquitecto Borja Peñalosa, hijo del primer responsable de la reforma, ha asumido la dirección de las obras, fue ayer Salvador Moreno Peralta, que ha prestado su colaboración en todo el proceso, quien aportó más información y definió el nuevo Echegaray como "un teatro absolutamente moderno". El arquitecto destacó la "flexibilidad del escenario", que contará con un "foso a la manera clásica para que los actores puedan subir a escena desde abajo". El proyecto inicial, explicó, contemplaba un foso mucho más amplio, que ocupaba prácticamente todo el suelo del teatro, pero la aparición de las piletas romanas de garum (ya analizadas y convenientemente protegidas en la misma extensión) impidió la ejecución de esta idea original de Francisco Peñalosa. "Con ello habríamos ganado una movilidad mayor, hasta disponer del espacio con una libertad absoluta; de todas formas, el escenario que se instalará dispondrá de suficiente flexibilidad para acoger espectáculos muy diferentes: si La Fura dels Baus quiere montar un número de los suyos, tendrá sitio", destacó Moreno Peralta.Uno de los aspectos técnicos que quedarán por acometer una vez concluyan las obras es el equipamiento acústico, una cuestión que, según el arquitecto, "no será difícil de solventar ya que el edificio no estará dedicado a la interpretación musical, sino a la voz humana como elemento artístico, lo que nos resta muchos obstáculos". No obstante, los equipamientos para la mejor calidad del sonido correrán a cargo de la consultoría acústica García BBM, responsable de los mismos menesteres en escenarios como el Auditorio Nacional de Madrid y el Palacio Euskalduna de Bilbao.La decoración será otra de las cuestiones a rematar antes de la inauguración. Moreno Peralta explicó ayer que Francisco Peñalosa "estaba trabajando en los estudios de colores cuando murió, así que partiremos de lo que él ya había resuelto". Con ello se completará la recuperación de un edificio señero, construido en los años 30 bajo las órdenes del arquitecto Manuel Rivera Vera, responsable junto a Guerrero Strachan de otras obras clave de la ciudad como el Ayuntamiento y las casas de Félix Sáenz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario