martes, 23 de septiembre de 2008

La colocación de pilonas en cinco calles impedirá el acceso del tráfico al centro (Málaga Hoy)


Empezarán a funcionar en febrero de 2009 · Los puntos son Cisneros, Císter, Sancha de Lara, Méndez Núñez y Nosquera
Atravesar el centro histórico de Málaga a partir de febrero del próximo año será imposible para todos aquellos conductores que no residan en esta parte de la ciudad, sean comerciantes o dispongan de permisos especiales. Así será si se cumplen las previsiones que se ha marcado el Ayuntamiento, que presentó ayer un proyecto que incluye la instalación de sistemas para controlar el acceso al casco urbano en cinco puntos del barrio: Císter, Cisneros, Nosquera, Méndez Núñez y Sancha de Lara. En todos estos puntos, a excepción del entorno de la Aduana, para evitar problemas con los pacientes de la Clínica Gálvez, se implantarán pilonas automáticas y cámaras de lectura inteligente de matrículas que bajarán cuando se compruebe que el vehículo está autorizado para acceder a la zona.La puesta en marcha de esta iniciativa, que se ampliará en los próximos años al entorno de la Catedral, la Avenida Cervantes, la zona de Atarazanas, Mundo Nuevo y el entorno del CAC Málaga, va a suponer una inversión de 445.000 euros en obras, a los que hay que sumar 200.000 euros para la conservación de la infraestructura. El dispositivo, en funcionamiento las 24 horas, será gestionado desde un centro específico."El objetivo es dar mayor calidad de vida con la reducción de los vehículos que pasan por el centro y que no se vea afectado su dinamismo económico mediante la creación de un espacio más atractivo que el que tenemos ahora", expuso el alcalde, Francisco de la Torre durante la presentación de la iniciativa. El regidor, además, subrayó que con esta actuación se busca incentivar el transporte público, así como la movilidad en bicicleta y peatonal.Los ciudadanos que, de inicio, no se verán afectados por las restricciones son los alrededor de 6.000 residentes de esta zona de la capital; el cerca de millar de comerciantes que hay repartidos por las 40 hectáreas de superficie del barrio; los transportistas, que con autorización podrán abastecer a los establecimientos a determinadas horas, que no coincidirán con las propias de los peatones; las personas con movilidad reducida; los clientes de hoteles, que podrán acceder para estacionar en las plazas habilitadas, y los operarios de los servicios públicos y emergencias. A todos ellos se suman los vehículos de dos ruedas, que podrán pasar sin necesidad de reconocimiento de matrícula.La intención del equipo de gobierno es desarrollar en los próximos meses una campaña divulgativa en la que se explique de forma detallada el contenido y efecto de este proyecto. No obstante, la fase más importante pasa por la creación de una base de datos que incorpore información detallada de todos los afectados por la actuación y sin la cual los controles de acceso serían inútiles. Para cubrir de legalidad esta intervención, Movilidad trabaja en la aprobación de una ordenanza específica sobre la limitación de tráfico en el centro.De la Torre precisó que en los últimos meses se han mantenido encuentros con colectivos vecinales y comerciales para tratar de consensuar la iniciativa. A este respecto, el regidor fue claro: "No digo que sea compartido por el 100 por ciento, pero sí lo es un importante grado de personas".

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