Una segunda pista de vuelo, una gigantesca terminal equivalente a 3 campos de fútbol, una estación de tren y otra de autobús, rápidos viales de acceso... El futuro planea sobre el aeródromo de Málaga
Dos pistas de vuelo en paralelo mirando al Mediterráneo. En medio, una gigantesca terminal de 250.000 metros cuadrados -equivalente a 31 campos de fútbol-, y adosada a ésta un dique de embarque de 241 metros de longitud y veinte puertas de acceso. Así será el aeropuerto de Málaga en un par de años, cuando Aena finalice las obras de ampliación y mejora que está llevando a cabo desde el año 2005 con una inversión global de 1.400 millones de euros. Estas cifras hablan por sí solas de la grandiosidad de esta obra civil, cuyos trabajos van a buen ritmo. A ello se une la nueva torre de control, que entró en funcionamiento en 2002, y un aparcamiento de siete plantas con capacidad para 2.500 plazas.
La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, lo dijo esta semana: «Estamos preparando el aeropuerto para un futuro muy amplio». Con esas gigantescas instalaciones, el recinto aeroportuario estaría en condiciones de atender a 30 millones de pasajeros al año, el doble que ahora. Llamará poderosamente la atención la enorme cubierta de la terminal, al estar diseñada con una sucesión de pirámides -son 117 piezas-, denominadas casetones, de 18 por 18 metros cada una, y de las que ya están colocadas 40.
Un intercambiador
Una de las novedades es que dentro del aeropuerto habrá un intercambiador con otros medios de transporte, de tal forma que existirá una conexión directa con una estación de trenes y con otra de autobuses. El cercanías discurrirá por debajo de la segunda pista y del río Guadalhorce.
Aparejada a la nueva pista de vuelo, se acometerán las nuevas instalaciones eléctricas, además de una plataforma de estacionamiento de aeronaves, un edificio para el servicio de extinción de incendios y el soterramiento del ferrocarril en la zona de actuación. A este proyecto se unirá la construcción de nuevas carreteras y viales de acceso al aeródromo. Queda menos de un año para que entre en servicio la nueva terminal -estará unida a la actual-, y dos años para que la segunda pista esté operativa y el futuro aeroportuario de Málaga esté garantizado.
Dos pistas de vuelo en paralelo mirando al Mediterráneo. En medio, una gigantesca terminal de 250.000 metros cuadrados -equivalente a 31 campos de fútbol-, y adosada a ésta un dique de embarque de 241 metros de longitud y veinte puertas de acceso. Así será el aeropuerto de Málaga en un par de años, cuando Aena finalice las obras de ampliación y mejora que está llevando a cabo desde el año 2005 con una inversión global de 1.400 millones de euros. Estas cifras hablan por sí solas de la grandiosidad de esta obra civil, cuyos trabajos van a buen ritmo. A ello se une la nueva torre de control, que entró en funcionamiento en 2002, y un aparcamiento de siete plantas con capacidad para 2.500 plazas.
La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, lo dijo esta semana: «Estamos preparando el aeropuerto para un futuro muy amplio». Con esas gigantescas instalaciones, el recinto aeroportuario estaría en condiciones de atender a 30 millones de pasajeros al año, el doble que ahora. Llamará poderosamente la atención la enorme cubierta de la terminal, al estar diseñada con una sucesión de pirámides -son 117 piezas-, denominadas casetones, de 18 por 18 metros cada una, y de las que ya están colocadas 40.
Un intercambiador
Una de las novedades es que dentro del aeropuerto habrá un intercambiador con otros medios de transporte, de tal forma que existirá una conexión directa con una estación de trenes y con otra de autobuses. El cercanías discurrirá por debajo de la segunda pista y del río Guadalhorce.
Aparejada a la nueva pista de vuelo, se acometerán las nuevas instalaciones eléctricas, además de una plataforma de estacionamiento de aeronaves, un edificio para el servicio de extinción de incendios y el soterramiento del ferrocarril en la zona de actuación. A este proyecto se unirá la construcción de nuevas carreteras y viales de acceso al aeródromo. Queda menos de un año para que entre en servicio la nueva terminal -estará unida a la actual-, y dos años para que la segunda pista esté operativa y el futuro aeroportuario de Málaga esté garantizado.
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